Mundo Imaginario

CAPITULO III

CASA

Al tocar suelo frente a mi estaba lo que en mis más locos sueños creí podría habitar, un enorme castillo. Tengo que ser sincera y decir que el castillo de Cenicienta en Disney era mi mayor sueño, pero al estar frente a este…mi mente explotó, no podía esconder mi emoción y comencé a actuar como niña pequeña entrando a Disney Land, su sueño hecho realidad...
-¡Vamos, Inuyasha!- comencé a correr el largo pasillo, aunque por la noche la luz era poca alcancé a distinguir que había flores grandes a los costados del pasillo que dirijo a a la puerta más grande que he visto en mi vida, me triplica a la altura, mientras corría podía sentir que no me agitaba para nada al correr, cosa extraña para mi pues no tengo condición física, pensé que la adrenalina de ver tal majestuosidad me impulsaba, pero mis pies no podían detenerse, cada vez agarraba más velocidad…
-Andrea! Detente!- escuché el grito de Inuyasha, intentaba hacerlo, volteé a verlo y pude sentir cómo me eleve del suelo pero no caí sino que seguí…estaba volando, tenía el suelo a 2 metros de mi alcance y supongo mi extraño conocido alcanzó a ver mi cara llena de miedo porque comenzó a seguirme.
Yo ya estaba cerca de llegar a la puerta y no podía detenerme, me Di cuenta que Inuyasha aún estaba lejos de mi, sólo pude poner mis manos cubriendo mi rostro, si iba a morir no quería ver, aunque no fuera lógico, sólo me preparé para el impacto…sentí cómo atravesé la puerta y caí al suelo boca abajo, pero seguía consciente y no me dolía nada.
-Andrea, estás bien?!   Te dije que te detuvieras!- comencé a levantar la cabeza cuando escuché su voz, si la entrada de ese castillo era impresionante el interior era increíble. Justo enfrente de mi había una puerta más pequeña, bueno, un tamaño más normal y sobre ella unas escaleras largas que daban hacía ambos extremos del salón, el suelo parecía de oro, brillaba tanto, decidí que era hora de levantarme y al intentar hacerlo Inuyasha me extendió su mano…
-Lo siento, no pude…-dije aún confundida- Pero…volé…¡volé! Inuyasha, me viste?! Estaba volando! Mis pies no estaban en el suelo y después no me podía detener y la puerta…¡la puerta!- al mirar la puerta estaba intacta- Pero yo…
-Tú padre puso un hechizo a la casa, en realidad no está hecha de materiales reales…Todo aquello que ves, en realidad no está, puedes destruirlo y se volverá a construir  a excepción de su trono, pero lo demás sí es hecho por él, todos creían que en cuanto el rey falleciera todo esto se iría…estaban equivocados…- pude notar como él hablaba de “mi padre" con nostalgia, como si lo extrañará, más que un rey…parecía que hubiera sido…
-Un gran mentor…eso fue tu padre para mi, por eso prometí que te encontraría, y te entrenare, así como se lo juré, tú restauraras el orden…pero por ahora tienes que dormir, ven, te llevaré a tu habitación.
Inuyasha subió las escaleras del lado izquierdo del castillo y se dirigió por el pasillo del mismo lado.
Sentía que él me ocultaba algo, pero insistía en que al amanecer me contaría todo lo que necesitaba saber. El sol parecía no querer salir, me fue de gran dificultad el dormir esa noche, la más larga de mi vida, llena de preguntas cerré mis ojos en un último intento y al abrirlos…
El aire se siente diferente, el cuarto es enorme y frío, la cama me envuelve en la suavidad de las sábanas y mi almohada se siente tan bien, quisiera no levantarme en esa comodidad pero un pequeño rayo de luz toca mis ojos, es extraño, pero esta luz no me incómoda, incluso siento como si fuera una caricia suave en mi rostro, no es tan caliente como el sol. Me levanté y mis pies sintieron el suelo tan característico de este castillo, mi casa…noté que los pasos que daba no hacían ningún tipo de ruido, entonces vino a mi, el primero de muchos recuerdos que tendría en este nuevo lugar…
Flashback.
-Te encontraré- escuchaba la voz juguetona de un hombre- ¿dónde estará mi princesita?
Una niña corrió a través de una gran biblioteca, se escondió de la voz del hombre que la buscaba, no pudo soportar la emoción y dio unas pequeñas risas escondida tras una pequeña mesa, justo de su tamaño.
-¡Aquí está!- grito el hombre, la niña comenzó a reír más fuerte y fue tomada por ese hombre alto, las facciones finas, realmente apuesto, sus ropas no eran muy ostentosas pero podía reconocer quien era…sabía quién era la niña- Andrea, tus pasos pueden ser suaves, pero tu risa ilumina el lugar, te amo, princesa- mi padre puso un beso en mi cabeza
-Andrew quiere jugar también! Vamos por ella!- gritaba inocente entre risas
Mi padre me puso en el suelo y se quedó en silencio.
-ella quiere jugar vamos por ella!- gritaba más ahora como berrinche- vamos por ella! Vamos por ella!- insistía, él se dio la vuelta, comenzaba a llorar y a gritar mucho más fuerte, mi padre volteó con la intención de callarme, pero yo me alejaba, nubes borrosas me separaron de él y todo se volvió en blanco y una luz brillante…
t…..
Caí al suelo recordando eso, sentí lagrimas gruesas caer por mi rostro, venían más y más recuerdos, estaba asustada, realmente me sentía de 6 años, pérdida, buscando a mi padre, veía a la niña corriendo entre muchas personas sin saber a dónde ir.
Volteó a ver la ventana donde entra esa luz y corro hacía ella, al abrir las cortinas la luz invade mis ojos, el Valle y los árboles, la gente caminando, el jardín enorme, todo era parte de mi vida, y lo había olvidado durante 10 años viviendo en la Tierra, mis padres estaban muertos, mi pueblo sólo, toda mi vida había sido arrebatada y ahí estaba sintiendo algo que nunca había sentido, coraje, irá, y extrañamente el deseo de matar a alguien…