MARCAS

MARCAS DE UN ALFA II

Después de lo ocurrido aquella noche, algo cambio en la relación de Steve y Danny, bueno, dándole nombre a la extraña dinámica de la pareja.

Steve era un alfa al que su omega no respetaba su autoridad.

Danny era un omega que no pensaba como omega, no pensaba en una casa en los suburbios, con rejas blancas, perros y mucho menos se veía embarazado y descalzo en la cocina a la espera de su alfa.

Todos sus amigos cercanos tenían el mismo pensamiento.

Eran el uno para el otro.

Steve era el clásico alfa machista que pensaba que un omega únicamente debía cargar con los hijos y los quehaceres.

Danny fue educado por un padre alfa de mente abierta cuya esposa tenía una profesión, la cual ejercía.

La madre de Danny era omega, madre y profesionista, eso era a lo que aspiraba Daniel, ser libre, no estar sujeto al yugo de ningún alfa de las cavernas, por mucho que lo cogiera de las mil maravillas.

***

Todos en la universidad, más bien, en la isla entera se habían percatado del cambio en la pareja.

Danny siempre distraído y Steve tras él como perro faldero.

Los días pasaban, volviéndose semanas, incluso meses.

Danny estaba sentado en el regazo del moreno mientras pedían comida en el restaurante de Kamekona.

Steve acariciaba el cuello de Danny, mientras este ronroneaba, Kono miraba de Chin a su novio y de vuelta a su primo.

— De acuerdo, esto es raro ¿Alguien me podría explicar que está pasando, llevan meses así? — dijo la isleña.

— Están vinculados por el alma — tranquilamente contesto el primo de la chica.

— Vinculación de alma ¿Acaso eso es real? — la morena no lo podía creer, eso eran cuentos de niños.

— Al parecer sus bestias internas se reconocieron como almas gemelas.

Habia viejas historias de abuelas que decían que rara vez nacía el omega perfecto para un determinado alfa.

Kono siempre había pensado que esas historias eran para las o los omegas que creían que en algún lugar del planeta estaba la otra mitad de su corazón.

La realidad era diferente, a veces no se alcanzaban a conocer y los alfas y omegas se limitaban a vincularse con quienes se sintieran cómodos, aunque casi siempre eran felices siempre les faltaba algo.

Pero mirar a sus amigos, en ese estado de empalagues, le resultaba grotesco.

Mientras seguían esperando sus pedidos, las caderas de Danny se movieron traviesas entorno al duro falo del alfa, tenían buen sexo, pasaban los celos del alfa juntos, hacían el amor el resto del tiempo, pero a Danny como buen omega en contra de su naturaleza que era, todavía no le llegaba el celo.

Y eso era algo que aunque no lo dijera en voz alta, al omega le preocupaba.

Por eso apenas terminar la reunión con sus amigos, se fueron al apartamento del alfa.

Danny, todo el camino estuvo masturbando a Steve, mientras este conducía con dificultad.

La mirada traviesa del omega hizo sonreír al alfa.

— Paciencia pequeño— dijo el alfa.

Danny estuvo a punto de protestar al oír ser llamado pequeño, pero los labios del moreno lo acallaron.