MARCAS DE UN ALFA III

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Danny estaba a punto de cometer asesinato, sí, él, Danny el paciente, sus manos estaban apretadas a sus costados, él era consciente que Steve tenía amigos en la universidad, también era consciente que era atractivo, fuerte y tenía ese encanto que encandilaba a las y los omegas, pero esa alfa se estaba pasando.

Danny estaba en la cocina de la casa de McGarrett, estaban recién vinculados y era normal que Danny creara un nido en la habitación del moreno, también era normal que hubiese marcado toda la estancia, lo que no era normal, era, que el muy idiota se dejará abrazar por aquella alfa, no sólo abrazar.

¿No se daba cuenta que la mujer le restregaba sus atributos?

¿No podía oler las feromonas de la mujer?

Por lo visto, no.

Bien, Danny ya no aguantaba la situación.

— Hola Matt — dijo nada más su hermano mayor contesto el móvil — ¿Puedes venir por mí?, no — contestó a la pregunta de su hermano — es muy idiota para darse cuenta, no me importa, ven por mí.

Danny subió a la habitación de Steve, deshizo el nido y limpió el lugar, ventilándolo para liberarlo de aquella potente mezcla de aromas. Cuando estuvo satisfecho, leyó el mensaje de su hermano.

"Estoy fuera"

"Voy enseguida"

El rubio cogió su pequeña maleta y cerró discretamente la habitación, al pasar enfrente del gran espejo del pasillo cubrió con su camisa la marca de apareamiento. Iba bajando las escaleras, cuando un fuerte agarre en su codo lo detuvo abruptamente.

— Aléjate de Steve, omega— advirtió la alfa.

— ¿O si no que?— contestó el omega.

— Lo lamentaras, él es mío — gruñó la alfa.

— Un idiota para otra idiota, que lo aproveches — Danno se zafó del agarre, pero unos fuertes ruidos obligaron tanto al omega como a la alfa a bajar corriendo hasta la sala.

Si de algo pecaba Matt Williams era de tener complejo de hermano, no le pasaba ni con Bridget ni con Stella, quizás porque una era beta y la otra alfa, pero siempre había tenido cierta debilidad por Danny, era el bebé de la familia y el único omega aparte de su madre, desde niño se había encargado de aquellos que molestaban a su hermanito, y cuando sus instintos alfas le dijeron a una corta edad que Steve McGarrett sería un granito de problemas para el culito de Danny, lo odio con todas sus fuerzas.

Por eso no se hizo esperar y entró a la casa del alfa de su hermano, aunque le costara reconocerlo Steve "idiota" McGarrett era el alfa de su hermanito, pero nada más entrar el gruñido territorial del alfa McGarrett activó sus instintos de conservación.

Si vivieran en la sabana africana, sería la representación gráfica de un león solitario invadiendo el territorio del león alfa de aquella manada, al diablo la lucha de territorio, Danny le había hablado con voz cortada y llena de furia contenida, que la fuerza divina tuviera misericordia de McGarrett, nadie ni siquiera él, harían llorar a Danno.

Steve apenas percibió el aroma de otro macho alfa se puso a la defensiva en espera del invasor, cuando el hermano mayor de Danno entró en su campo de visión, se lanzó contra él.

Ambos rodaron por el piso, quizás, el alfa rubio le llevara años de ventaja, pero meterse en el territorio de un alfa recién acoplado era un grave error. Matt pateó a Steve en el estómago para librarse de su llave, cuando se incorporó y vio al alfa sacudirse en el suelo se lanzó contra él.

Steve le dio un puñetazo en la boca del estómago, sacándole el aire al alfa debajo de él, Matt le aplicó una especie de llave, asfixiándolo con su antebrazo.

Ambos alfas estaban recluidos en su forma salvaje, caninos de fuera y ojos rojos.

Su hipersensibilidad, les advirtió que el omega por el que estaban luchando se acercaba.

Danny no podía creer lo que estaba viendo, joder, la última vez que vio a su hermano en su forma salvaje fue cuando ese amigo suyo lo quiso tocar indebidamente, el pobre diablo terminó en urgencia con una docena de puntadas.

Cathe empezó a gruñir a Matt, y se iba a lanzar contra el alfa, cuando un chillido del omega detuvo el tiempo en ese lugar.

— ¿En serio Danno? —gruñó Steve.

— ¡Si, en serio!— el rubio omega se contoneó y arrastró a su hermano fuera de aquella casa —y cuando tengas tus sentidos en orden, y si decido perdonarte por tu falla, volveremos, mientras tanto— miró a la alfa — ¡que te aproveche!— el portazo se oyó más allá del plexo solar del alfa moreno.

— ¿Pero, que hice? — se preguntó confundido el alfa.

La alfa sonrió ajena al verdadero problema del moreno alfa.

Un mes después, Danno no hablaba a Steve, y Steve no encontraba manera de acercarse a su omega, Catherine había sido una buena amiga todo ese tiempo.

Las náuseas y los cambios de humor de Danny, tenían a los Williams henchidos de emoción, un cachorro.

Steve cada vez más se sentía perdido, no soportaba estar lejos de su gruñón y liberal omega, pero eso iba a cambiar, su sonrisa se ensancho cuando le llegó un mensaje de Danno.

"Tengo que decirte algo"

"Me perdonarás"

"Ya veremos"

El timbre de la puerta sonó justo cuando la mesa estuvo lista, la comida china estaba servida, el vino y las velas, pero al abrir la puerta no fue Danno quien entró, sino Cathe, que al ver la mesa se lanzó a besarlo, justo cuando Danny estaba en la entrada de su casa.

Steve alejó a la alfa y vio la irritación en los ojos del omega.

— Cuando dije que aprovecharas, no me refería a exactamente esto McGarrett— dijo el omega con voz plana y contenida, entonces una brisa nocturna lleno los pulmones de Steve, Danno olía diferente, olía a piña, olía a él mismo y Danny mezclados.

— ¡Mierda! —dijo cuándo Danny echó a correr— no es lo que crees cariño, es un error— pero Danny no lo escuchó.

Danny llegó a la playa con respiraciones agitadas.

— No te preocupes cariño, que yo solito velaré por los dos— se abrazó cuando la helada noche acarició su cuerpo, unos fuertes brazos lo cobijaron.

— Danno, no es lo que piensas, ella se me echó encima, lo juro — el omega se apretó en el abrazo.

— No te voy a perdonar tan fácilmente McGarrett — dijo el omega.

— Lo sé.

— Pues que bueno, ahora, llévame a casa — Danny lo abrazo.

— Claro cariño, mi cama ha estado fría y vacía sin ti — Steve se imaginaba el sexo de reconciliación con la dulce guirnalda de tener un breve contacto con su cachorro.

— Bueno, espero y te acostumbres a la sensación, con casa me refiero a mi casa — el omega sonrió con malicia, cuando la manada Williams miró desaprobadoramente al alfa.

— ¿De cuánto tiempo estamos hablando Danno?— el alfa se molestó en preguntar.

— Ah... no lo sé, cuando sepa que estoy listo te avisare— Danny entró a su casa contoneándose, era su imaginación o Steve veía más grandes las caderas de su omega, le gusto la vista.

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