Se dirigieron a la cabaña y entraron en ella, Agoney lo hizo primero y luego el guerrero, que cerró por completo para tener más intimidad.
Tadan se acercó al joven, quién le miraba en silencio esperando que le contase aquello tan intrigante que no podía decírselo fuera, pero antes de hablar, le pasó de largo y se acercó a la cama, cogiendo una manta.
Volvió de nuevo al lado de Agoney y se la colocó por los hombros para que entrara en calor, pues en el efusivo abrazo que Agoney le había dado notó el frío en su piel, cosa extraña, pues él siempre emanaba calor.
- ¿Y esto?- preguntó curioso mirando la manta.
- Algo me dice que no has tocado una sola manta en todo el día ¿Me equivoco?
- Emmm no, no te equivocas- sonrió con culpabilidad -tenía un intruso en mi cama, ya que tú no venías...
Tadan entrecerró los ojos.
- Eres...- se quedó pensando la palabra adecuada, pero desistió haciendo un gesto con la mano sacándole una sonrisa a Agoney.
- Es que tardaste mucho
- Pero que no tienes porqué esperarme justo en la puerta, no voy a aparecer antes por eso- sonrió el guerrero.
- La inquietud era que no aparecieras- murmuró para sí, aunque el contrario llegó a oírle.
- Ey...- agarró la manta con la que el joven se envolvía y tiró de ella, acercándole a él -no es tan fácil librarse de mí
- Uf, lo que me queda que aguantar
Tadan abrió la boca por la sorpresa, fingiendo estar dolido. Agoney, que le conocía bien, adivinó sus intenciones e intentó huir, pero esta vez fue el guerrero más rápido que él, atinó a cogerle de la cintura, alzarlo y lo dejó caer sobre la cama, arrancándole varias carcajadas.
- ¡Oye no vale!- se quejó Agoney intentando sacar las manos de la manta -me has pillado con la guardia baja
- Eso es peligroso, lo sabes ¿No?- rió Tadan agarrándole las muñecas y llevándolas por encima de su cabeza para evitar que contraatacase.
Tras un rato solo riendo hasta que consiguieron calmarse, se quedaron mirándose con una sonrisa involuntaria hasta que la voz de Alfred sonó fuera de la cabaña.
- ¿Ago? ¿Estás aquí?
- ¡Sí Al!- elevó la voz para que le oyese.
- Pasa si quieres Alfred- le invitó Tadan.
Alfred aceptó la propuesta y apartó el trozo de madera para poder pasar al interior, en cuanto entró y vio a los dos chicos sobre la cama se tapó los ojos.
- ¡Es que lo sabía!
- ¡Que solo estamos tumbados Alfred!- rió Agoney -Destápate los ojos anda
- No, mejor no, no quiero ver cosas que no deba ver- confesó -Ago es para decirte que tu padre te busca, quiere que vuelvas ya a la cabaña
- ¿En serio? ¿Desde cuando le importa donde duerma?
- Desde ahora, supongo- se encogió de hombros y hizo una breve pausa, abrió un poco los dedos para mirar de nuevo y volvió a cerrarlos -solo eso, me voy
- Vale, gracias Al, buenas noches- le respondió su amigo.
- Buenas noches- dijo saliendo de la cabaña -y a ti también Tadan
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Colores en el viento
FanfictionAño 1607. Una expedición de colonos dirigida por el gobernador Guix partirá desde Inglaterra para conquistar una tierra salvaje, contando con la experiencia del capitán Raoul. Allí, se encontrarán con el pueblo indio de los Guanches y Agoney, el hij...