Náuseas
Con trabajo podía seguir manteniendo los ojos abiertos, pero cada que parpadeaba, la imagen del parabrisas cubierto de sangre regresaba a su mente. La maldita abeja zumbando estaba a punto de reventarle sus tímpanos. La silueta de un hombre acercándose a ella desde la carretera la invadió de miedo, sin poder descifrar su rostro. Volvió a abrir sus ojos. Las cadenas empezaban a quemar sus muñecas dejando moretones por tan esfuerzo que hacían.
La poca luz que entraba desde las cortinas totalmente cerradas calaban en su mirar. Y ahí estaba él, de espaldas contra ella, fijando la mirada en la ventana. Se tronaba los dedos emitiendo un fastidioso sonido que la ponía aún más nerviosa.
—¿Entiendes lo importante que es la familia? —preguntó casi en un susurro —Las familias fuertes son la columna de la sociedad. No hay nada más hermoso, que la fundación de un esposo y una esposa, criando a sus hijos orgullosos de su hogar. —prosiguió tronando su cuello —Sólo necesito que mires hacía el futuro, es todo. Olvida el pasado.
Alyssa intentó moverse, gimiendo. —Mi cuerpo... duele.
—Los choques pueden provocar ese efecto. —contestó aún de espaldas.
La chica mordió sus labios, evitando que las lágrimas salieran. El dolor la recorría completamente. —Por favor, haz que se detenga. —movió sus manos y las cadenas la apretaron más —Por favor, haz que se detenga. —repitió.
Justin permaneció serio por unos segundos. Le dolía saber que su mujer estaba sufriendo pero su egoísmo y orgullo eran más grande que cualquier otra cosa. —¿Me amas? —preguntó sin dirigirle la mirada. Al no obtener respuesta, insistió. —¿Me amas?
Alyssa levantó la vista con dificultad, tratando de encontrarlo pero éste seguía frente a la ventana. No podía creer el cinismo de ese psicópata. Apretó los dientes con coraje y contestó. —Sí. Te amo, Justin.
El ojimiel sonrió para sí mismo y por fin se volteó, mirándola. Sintió dulzura y satisfacción al verla tirada en la cama en estado débil. —Yo también te amo, cariño. —se acercó un poco a ella —¿Quieres que esto se detenga?
—Sí. —contestó de inmediato, asintiendo con su cabeza.
—Bueno, yo quiero algo también. —dijo Justin sentándose a un costado de la cama, sin tocarla —Quiero un bebé. —Alyssa abrió los ojos sorprendida, sin imaginarse que esa sería su petición. Estaba realmente loco. El castaño al notar su expresión, continuó hablando —¿No es eso lo que toda mujer quiere de su marido? ¿Un bebé? —la miró fijamente, mientras sus ojos color avellana se convertían más oscuros de lo normal. —Quiero un bebé. Una familia propia de mí. —Alyssa apretó sus puños con impotencia, sin saber que hacer —¿Quieres qué esto se detenga?
La chica soltó lágrimas sobre sus mejillas. Claro que quería que se detuviera. Sin pensarlo más, contestó. —Sí, sí.
—Dame una familia, y lo haré. —mencionó Justin con la misma postura, con el mentón endurecido. Las venas en su cuello sobresalían —Dar y recibir, eso es lo que hace un buen matrimonio.
Alyssa tragó saliva. —Un buen matrimonio no hace violencia, algo que tú haces conmigo.
El castaño bufó y ser acercó aún más, acariciando su mejilla mientras Alyssa sentía asco. —Esto no es violencia, es castigo por desobediencia. Una buena esposa tiene que obedecer a su marido, cueste lo que cueste. —sonrió de lado, estremeciéndola —¿Acaso tú lo hiciste? Haz memoria, cariño.
—Solo así logré darme cuenta de quién eres. —contestó moviendo su cabeza, evitando el roce del ojimiel —Tú no eres mi esposo. Eres un farsante.
Justin respiró bruscamente, tornándose serio. —Un farsante no cuida de una desconocida, ni la cambia, ni la alimenta, ni la baña, mucho menos le hace el amor. —tomó de su muñeca moreteada y la apretó mientras Alyssa fruncía el ceño de dolor —Eres mi maldita esposa, aunque te cueste creerlo. Te salvé la vida, en este momento estarías muerta.
—Preferiría estar muerta, que con un enfermo mental como tú. —escupió.
El castaño aumentó su fuerza y la chica lanzó un grito de dolor. —¿Te duele? —preguntó encajando ahora sus uñas también en su muñeca. Alyssa gritó con llanto y Justin levantó su voz —¿Te duele, joder?
—¡Sí! —cerró los ojos —¡Detente, por favor!
El ojimiel paró de lastimarla y llevó su mano a su cabello, desesperado. —Así me duelen tus palabras.
Alyssa comenzó a llorar, arrugando su frente cómo una niña pequeña. Deseaba poder ser rescatada de los brazos de ese hombre. Pero por ahora, sabía que no le quedaba de otra más que acceder a todo. Su vida estaba en riesgo. —Lo siento, lo siento.
Justin limpió sus lágrimas con la yema de su dedo. —Para, mi amor. No llores, por favor, me partes el alma. —rogó —Esto pronto acabará. Sabes lo que te he pedido.
—Si te doy un bebé, —contestó Alyssa —¿No crees que sería injusto para él? Sus padres no estarían juntos.
—Tal vez —mencionó —¸o tal vez sí. Todo está en ti. Yo me quedaría contigo el resto de mi vida, cariño.
La chica sintió náuseas de sólo imaginarse una vida entera a lado de ese hombre. Quería golpearlo hasta poder escapar de él. Sabía que era capaz de llegar a hacer cualquier cosa con tal de cumplir sus caprichos, y eso la aterrorizaba por completo. Estaba segura que sería capaz hasta de matarla. Pero tenía que mantenerse firme y segura para ganarse su confianza. Pronto saldría de ahí, viva. —Eso lo veremos, pero por favor, desátame.
Justin negó levantándose de la cama. —No puedo hacer eso, escaparías. No lo puedo permitir, ¿lo entiendes, verdad?
Alyssa cerró los ojos. Estaba enfermo pero no tenía ni un pelo de tonto, al contrario, era una persona muy inteligente, demasiado para poder lograr todo lo que había hecho. —Me has pedido un hijo, ¿Cómo quieres que te lo de, si me encuentro atada?
El castaño rio divertido, mostrando su dentadura perfecta. —No tienes que hacer ningún trabajo. Todo puedo hacerlo yo, y lo sabes.
—No quiero hacerlo ahora. —confesó mientras intentaba zafarse disimuladamente, cosa que era inútil.
Justin volvió a acercarse, acariciando su oscura cabellera. Posó sus labios en el lóbulo de su oreja y lo lamió. Alyssa se estremeció, sintiendo repugnancia. —No mientas, cariño. Amas que te haga el amor, me has rogado por eso.
Bajó a su cuello, respirando sobre su piel. Adoraba el aroma de su esposa, siempre tan femenina y veraniega. Estaba loco por ella, literalmente. Lo besó y Alyssa sólo aguantaba las ganas de llorar, de nuevo. No quería que la tocara, que la besará, mucho menos que le hiciera el amor, no ahora después de saber quién era en realidad, un demente.
Llegó a su boca y besó la comisura de sus labios. Alyssa cerró los ojos, deseando que parará. Justin paró y la miró fijamente. —¿Por qué no lo estás disfrutando?
—Mi cuerpo duele, Justin. Duele mucho —contestó —, por favor, para.
—No. No pararé, te deseo. —Comenzó a besar sus labios, sin ser correspondido —Iremos por un bebé, quieras o no, Alyssa. —y dicho eso, se colocó encima de ella, sin tocar su cuerpo para no lastimarla más de lo que ya estaba.
Subió cuidadosamente de su blusa y volvió a besarla, esta vez, introduciendo su lengua. Alyssa no pudo contenerse, y en ese instante, lo mordió. Justin se separó enseguida, y tocó su labio inferior. Al ver su dedo, notó sangre en él. La sangre empezó a hervirle y levantó su mano, pegando una fuerte bofetada en su mejilla. Alyssa sintió ardor en su pómulo y las ganas de llorar regresaron a ella. Se levantó de la cama furioso. —No debiste hacer eso. No te ha quedado claro que debes obedecerme, ¿verdad?
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Amnesia. jb
FanfictionDespués de un accidente automovilístico, Alyssa pierde la memoria. Ahora, un hombre que dice ser su esposo, cuida de ella. Extraños acontecimientos empiezan a ocurrir, levantando las sospechas de que él no es su verdadero marido. ¿Estará en lo cie...