CAPITULO 12

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El olor, de los diferentes platillos en el aire que transitaba hasta mi nariz me hacía agua la boca, era un lugar tranquilo y tradicional del cual está tan bien adaptado al ambiente que hacía que las personas se sintieran como en casa, no era un lugar maravilloso como otros ni tan grande, este restaurante se enfocaba claramente en la calidad de sus platos nuevos, originales que son creaciones del nuestro chef.

Las personas que deseen probar una comida tradicional en forma de gourmet, eso fue lo que me dijo mi jefa al darme la inducción el primer día, la gente llegaba a este lugar para probar varios platos tradicionales como: arroz atollado, marranitas vallunas y entre otros.

Aunque los uniformes eran bastantes extravagantes para un restaurante así al parecer a la gente le llamaba a atención, y eso hacía que la gente viniera más al restaurante por morbo que por las ganas de la gastronomía.

En cuanto a mí, como mesera me daba lo mismo mientras que gane al menos el mínimo es lo suficiente para vivir, aunque hay veces que está muy pesado el trabajo ya que hay demasiados pedidos para mí, aunque existen esos días que parece que el lugar estuviera muerto ya que nadie llega a comer un poco, algo como lo de hoy.

- Tim, tim – las pequeñas campanas de la puerta sonó, así indicando un nuevo cliente que debía recibir, y por llamarla mala suerte o buena, el aquel cliente que llego al sitio para que lo atendiera no era nada más ni menos que Aarón.

El chico sostenía una bufanda de color marrón atraves de su cuello de la cual hacia resaltar su extravagantes ojos esmeraldas, su chamarra negra combinaba muy bien al parecer con ese típico jean caqui.

-hola, bienvenido, en que le puedo servir? – le dije avergonzada, con un rostro totalmente rojo y con un tono casi cortado por los nervios.

- oye no, tranquila. No me saludes tan elegantemente – dijo sonriendo amistosamente.

Solo era modestia, porque me tocaba realizarlo con cada cliente sin importar que sea un amigo, familiar o conocido. Su cabello negro resaltaba más que su peculiar peinado un en cierta forma era más que un peinado era algo alborotado.

- Bueno, señor dígame que le sirvo...? – decía mientras sacaba la libreta para apuntar la orden y el solo echaba un vistazo al menú para tomar una decisión al comer.

- Bueno, solo dame un helado de chocolate en copa con frutas. – dijo para luego voltéame a verme.

- Como usted, ordene mi señor. – contestándole a su pedido, del cual me sonroje.

Este alimento no solo era fácil, pues era un poco complicado al realizar el decorado en la copa, además de ordenar las diferentes frutas con el helado para que se viera algo presentable.

Unos minutos después, yo como una mesera común y corriente, le lleve al cliente su respectivo helado, pero siendo yo sincera cómo es posible que Aarón se pueda comer este helado tan inmenso.

Pero sin darme cuenta, supe que él estaba aquí por la promesa que realizamos que el propio helado, la vasija de la copa estaba tan fría que hacía que mis dedos se entumecieran y al llegar a su mesa pude ver como aquel chico de cabello oscuro y ojos verdes como si él fuera un gato negro andante por la noche me vigilara.

- Señor esta le alimento a su gusto – dije con una sonrisa en el rostro

- Deja de ser tan modesta conmigo – él dijo para luego probar con una pequeña cuchara el alimento frio con sabor a chocolate.

- Mmm. – dijo con un gusto que roso su legua alrededor de los labios.

- Y porque no mejor, vienes a comer junto a mí? – esa pregunta me abrió los ojos de repente como platos.

Esa pregunta me lleno de impacto para mí, había varias razones para rechazar la oferta como también hay algunas razones para aceptarla, unas de tantas opciones es que ningún empleado puede aceptar la comida de un cliente, no era por mala educación eras más bien por lo social.

Pero siendo sincera se me llena de baba la boca en probar dicho helado y más junto a él, además quisiera seguir hablando un poco más con él y la razón de saber porque llego aquí y como supo que trabajaba en este lugar.

- Vamos, ven a comer un poco, además no hay nadie Emily esto está más solo que el desierto –

- No estoy segura, Aarón? Le dije con un poco de dificulta en rechazarlo

Aarón, con un movimiento repentino cogió la cuchara repleta de helado y sin pleno aviso de un movimiento rápido me lleno la boca con el helado, su sabor era realmente dulce, era cálido y a la vez frio parecía ser sacado de una heladería profesional y como dije anteriormente todo es tan tradicional que hasta el helado esta hecho a mano por nuestro chef.

Mi boca se llenaba de diferentes sabores que lo manifestaban y eso me veía cuando yo comencé a masticar y a saborear el delicioso olor del helado que me dio probar Aarón.

- Oye , gracias pero no lo hagas además porque viniste? Le dije muy preocupada

- Primero, llegue hasta este sitio porque había un rumor de los mejores helados de pueblo. En segundo fue coincidencia encontrarte trabando aquí y en tercero necesito hablar contigo –

- Guau enserio, solo fue coincidencia – dije con sarcasmo

- Claro dime, lo que me ibas a preguntar? –

Una sonrisa se mostró en el para luego volver a colocar una bola de helado en su boca, podía oír como masticaba y luego de escuchar como pasaba el alimento atraves de la garganta. Me dijo esa pregunta que no puede negar.

- Te invito a una cena con unos amigos de la universidad, por favor.. acepta? - Decía el con una tierna voz.

- Mira Iris no quiere ir, ni Marcos. La única que me puede acompañar ese tú? – me lo decía mientras colocaba su mirada frente a la mía.

- Claro voy a ir.. - esa fue mi respuesta, pero... " quisiera no haber dicho eso"

Harmful LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora