Capítulo 2

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STILES STILINSKI

—¿Con quién hablabas que casi te sacan el celular? —preguntó Scott, de camino a la cafetería.

Luego de la advertencia del profesor, sus ojos no dejaban de ir a mí, en varias ocasiones. Estaba esperando el momento de volver a atraparme con el celular en la mano. No le di el gusto, no lo volví a sacar de mi bolsillo en ningún momento, sin embargo él no se dió por vencido.

—Lydia.

No iba a dar tanto rodeo en el asunto.

—Oh, ya veo. La pequeña pelirroja.

—Para tu información: es rubio fresa.

Malia salió de un salón, uniéndose a nosotros en el pasillo.

—Hola, mi amor.

Scott no nos miró. A él le cae bien Malia, lo que no le cae es que sea mi novia, dice que ella no es la chica correcta para mí.

—Los dejo, me voy en busca de Allison y Lydia para ir a comer.

Scott no espero nuestra respuesta. Volvió a hacer el camino anterior, Allison y Lydia se habían quedado charlando mientras guardaban sus cosas. De seguro todavía están allí.

—¿Qué haces después de clases? —preguntó Maia con emoción.

—Ayudaré a Scott con algo importante.

Mentiroso.

Regresé a caminar, no podía ver la cara desilucionada de ella, me haría sentir mal, sabiendo que estoy mintiendo en su propio rostro.

Ella venía detrás mío, pisando mis talones.

—¿Qué es ese algo importante que no te permite estar con tu novia?

Que preguntona estás hoy, Malia.

—Se debe a Allison —volví a mentir—. Oye, Malia, no quiero hablar de los temas personales de mis amigos, esto es de Scott, no debo ventilar sus problemas. Si él quiere, te lo va a contar pero yo no diré nada.

—Está bien, solo quería invitarte a estudiar en casa —dice apenada.

Claro, estudiar.

Lo menos que hacíamos era estudiar. Cuando Malia me invitaba a su casa, íbamos por una cosa y terminamos por otra. Sí, nos poníamos a estudiar pero ella se ponía cariñosa haciendo que olvidemos el estudio y terminemos en su cama, teniendo sexo.

Desde que salgo con ella, todo es sexo, nada de amor, al menos no de mi parte. La quiero pero no la amo, y es que me pregunto muchas veces qué hago saliendo con Malia si no la quiero de esa forma.

Ni yo sé la respuesta.

—Otro día.

Había dos lugares vacíos en la mesa, me senté en medio de Isaac y Theo, dejando que Malia se siente lejos de mí, pero a ella no le molestó, el asiento estaba al lado de su mejor amiga, Kira. Miré a otro lado, Lydia estaba hablando alegremente con Allison.

Su risa me hizo sonreír. Se veía hermosa cada vez que ríe.

—Dejá de mirar o disimula un poco —susurró Isaac—. Malia puede darse cuenta de que te gusta Lydia.

Lo ignore, comí de la comida que Scott había elegido para mí en la cafetería. Como mejor amigo, conoce lo que iba a pedir, y es que mucho no se puede elegir, la comida no es tan rica que digamos.

—¿Qué haremos el viernes? —intervino Liam.

—«Haremos» dijo el mosquito —bromeó Theo, haciendo enfadar a Liam.

—Pueden vente a casa, los viernes estoy sola —comentó mi linda rubia fresa.

—¡Genial! —exclamó Hayden.

Isaac colocó los hombros sobre la mesa, apoyando su cabeza sobre los puños.

—Lyds, ¿te molesta que lleve a alguien?

—No, claro que no molesta —ella le sonrió—, necesito conocer a la afortunada.

—¿Cómo sabes que es una chica? —Scott miró a Lydia y después a Isaac, tratando de encontrar algo extraño en eso.

—He hablado con él sobre el tema pero no la nombró nunca.

Ni a nosotros nos habló de eso. Creo que fue una sorpresa para todos los amigos masculinos de Isaac, somos de contarnos las cosas y algunas veces nos aconsejamos pero ahora él busco a Lydia para hablarlo, esto debe ir enserio.

—¿Entonces, el viernes a las 20hs? —quiso asegurarse Allison.

—Sí, en la casa de Lydia.

Para después del almuerzo, las clases continuaron con normalidad y aburridas. No volví a tener ningún problema con otro profesor, no saqué el teléfono. A la hora de irnos, me despedí de mis amigos y subí a mi amado Jeep, es una herencia de mi madre por eso lo amo.

Conduje hasta casa, con la música de la radio a todo volumen. Estacioné el coche en la entrada, el auto de mi padre no se encontraba, lo que me dió a entender que todavía seguía en el trabajo. Corrí escaleras arriba y me eché en mi cama, pero mi momento de tranquilidad duro poco, el timbre volvió a sonar por tercera vez.

Que denso...

Bajé con pocas ganas, tomándome todo mi tiempo. Si estaban apresurados y seguían tocando el timbre de forma insistente sabrían esperar.

Abrí la puerta, llevándome una sorpresa.

—Perdón por no haber avisado pero me urge hablar contigo...

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Chan, chan... ¿Quién será?

¿Tienen alguna idea? Yo creo que algunas van a acertar el nombre jajaja les deseo suerte con eso.

Besos 💋

Solo Yo ||Stydia|| [en edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora