Capítulo 2

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— ¡Mamá! ¡Nuestras fotos desnudos no, por favor! —

gritó mientras corría dentro de la casa nuevamente.


— ¡Ada! Qué bueno verte — Dominic me estrujó en sus brazos y se hizo a un lado para que entrara.

— Lo mismo digo, Señor Holland. Hacía meses que no nos veíamos.

— Nikki, apúrate, ven. Ada está aquí — gritó mientras caminábamos hacía la cocina.

— Su casa es muy linda, Dominic.

— Sí, es el resultado de mucho trabajo.

— Amaría tener una casa como ésta algún día.

— Estoy seguro que así será

— ¡Ah, qué emoción! — la Señora Holland apareció por la puerta de la cocina y de un instante a otro me estaba apretando entre sus brazos —. Amé tanto tu libro, Ada. Se convirtió en uno de mis favoritos.

— Me alegro mucho que le haya gustado, Señora Holland. Es un placer escribir para gente que aprecia el trabajo.

— Llámame Nikki o Nicola, como gustes. Pero no me digas Señora Holland, me hace sentir vieja — reímos.

— ¡Mamá! ¿Dónde está mi camiseta verde? — un chico bastante alto y pelirrojo se asomó por la puerta.

— ¡Sam! Hay visitas, ¿podrías ser más educado? — la Señora Holland lo regañó —. La dejé en tu cama ésta mañana, junto con el resto de ropa recién limpia.

— Perdón y gracias — el chico salió corriendo a su habitación y se escucharon retumbar los pasos apurados por la escalera.

— Discúlpalo, Ada. Es un muy buen chico una vez que lo conoces.

— Apuesto que sí, Dominic.

— ¿Por qué no van a sentarse al sofá mientras termino unos detalles de la cena?

— ¿Puedo ayudarla en algo, Nicola? — pregunté.

— Oh no, linda. Son unas tonterías que se hacen en dos segundos — me sonrió amablemente —. Gracias de todas formas. Y Dominic...

— ¿Si, amor?

— Hay cervezas en el refrigerador, por si les apetece.

— Me leíste la mente, linda — Dominic besó la mejilla de Nikki y sacó dos porrones de la heladera —. Vamos, es por aquí, Ada.

Lo seguí hasta el salón mientras observaba toda la casa. Era hermosa y muy acogedora, era... británica; creo que ninguna otra palabra la describiría mejor. Nos sentamos en el sofá mientras charlábamos y bebíamos.
He de admitir que estaba un poco nerviosa, era la primera vez que conocería a toda la familia de mi mentor, y no entendía el porqué del todo. Tenía miedo de caerles mal, pero le caigo bien al Señor Holland ¿verdad? ¿Por qué le caería mal al resto de su familia?

— Hola — un niño pelirrojo de unos 10 o más años aproximadamente, apareció en la puerta del living —. Me llamo Patrick, pero me dicen Paddy. Un gusto conocerla, señorita — se acercó tímidamente y extendió su mano.

— Hola Paddy, soy Ada. El gusto es todo mío — le sonreí y estreché su mano.

— ¿Lo hice bien, papi?

— Claro que sí, campeón — dijo Dominic mientras le revolvía el cabello y el pequeño sonreía orgulloso.

— ¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre, Paddy?

Ciggies (Tom Holland)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora