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El día viernes de mañana llego puntual al trabajo, a pesar de que se podía tomar el día libre pues había sido la fiesta, ella prefirió no hacerlo y trabajar ese día a compensación por el lunes, ya el pasaría todo el fin de semana en el club campestre con sus padres.

—Pensé que no vendrías puesto que Luz tampoco, llamo esta mañana para avisar.

—Quize venir hoy ya que el lunes me tomaré el día libre— anuncio ella encendiendo la computadora.

—Bueno, jefa— bromeó él, Jolene sonrió.

—¿Hoy no hay mucho que hacer?

Nicolás y ella entraron a la oficina.

—No, pero hay que organizar la agenda de la semana que viene.

—Justamente eso quería comentarte— vio en su blog de notas en la tableta—, la señora Eddie estuvo llamando en la semana y quiere una cita urgente contigo.

—Agendala para el viernes en la tarde y cancela todas las citas de ese día.

—Bien.

A media mañana apareció Patrick en la oficina, buscando a su mejor amigo para confesarle lo que había sentido esa noche junto a la chica de ojos azules. Saliendo del elevador esperaba que nadie estuviera allí pero se equivocaba, ella estaba allí concentrada en sus actividades.

—Buenos días— saludo el pelinegro.

Jolene alzó la vista para encontrarse con una par de ojos mieles que la observaban.

—Buenos días, el señor Nicolás lo está esperando, ¿desea café o té?

—No te preocupes, gracias.

Ella asintió volviendo al trabajo y él desapareció por la puerta. En la oficina Nicolás estaba esperándolo, sabía que acudiría a él cuando estuviera confundido o cuando había pasado algo con Jolene.

—Tan temprano por aquí, eh.

—Si, lo sé, se supone que no debería estar aquí.

—¿Por qué?

—Debería estar en camino al club donde pasaré el fin de semana junto a toda la familia y Grace— susurró abatido.

—¿También irás al club?

—Sí, ya sabes, pasaré tiempo de calidad con la familia— rodó los ojos algo molesto.

—Jolene también irá— soltó indiscretamente Nicolás.

Patrick lo miro sorprendido, quizás podrían verse allí y pasar un rato juntos, sería agradable conversar con alguien como ella. Su voz lo volvía loco, era tan suave.

—¿Estás seguro?

—Si, de echo vino a trabajar hoy porque el lunes lo tomará libre.

Jolene llegó al departamento después del almuerzo, se le hizo raro ver el saco de Tiffany en el sofá y los tacones por allí. Fue a su habitación para cambiarse y terminar de arreglar su maleta, sus padres pasarían por ella al atardecer ya que el club no quedaba tan lejos en auto.

—¡Tiff ya llegué!— le gritó cuando salía del baño.

—¡En mi habitación!— le gritó de regreso.

Jolene fue en albornoz hasta la habitación de su mejor amiga, quien sostenía un sobre en sus manos.

—¿Saliste temprano hoy?— la castaña lucía muy feliz y andaba saltando por donde quisiera de la felicidad.

—Si, hoy voy al club con mis padres, ¿lo olvidaste?— encendió un cigarrillo y le dio una calada.

—Apaga eso— le dijo histérica.

Jolene la miro extrañada, era raro que no quisiera fumar ya que lo hacían de vez en cuando, no les gustaba el olor que quedaba en todo el departamento.

—¿Qué...?— Tiffany no dejó que ni siquiera terminara de preguntarle el porqué y ya le había quitado el cigarrillo apagándolo.

—Vine antes tenía que pasar por el médico.

—¿Es sobre lo que conversamos anteriormente?— le pregunto.

—Sí.

Jolene se acostó junto a ella en la cama.

—¿Y qué te salió?

—Pues...— suspiro—, tengo que dejar de consumir alcohol y de fumar.

—¿Uh?

—¿Enserio no te das ni una idea de lo que tengo?— dijo sorprendida Tiffany.

Jolene negó con la cabeza.

—¡Vamos, Jo! Usa tu hermosa cabecita.

Lo único que le prohibiría fumar y tomar es un embarazo pero no creía... Tiffany estaba sonriendo.

—¡¿Estás embarazada!?— grito.

—¡Si! Tengo dos meses de gestación— saco el sobre y le enseño la prueba además de la ecografía.

Jolene la abrazo feliz por ella. No podía creer que sería tía tan pronto, su amiga tenía veintitrés años y ella veintidós pero parecían de la misma edad. Sin duda era una buena noticia.

—¿Cuándo le dirás a Ale?

—No sé, quizás el día sábado que cumplimos cuatro años de novios.

Jolene asintió:—Tienes que decirle— le aconsejo cuando su mejor amiga estaba dudando.

—¿Y si no quiere hacerse cargo?

—Es Alejandro, eres el amor de su vida, sin duda estará tan feliz como yo, como tú, como todos.— sonrío ella.

—Sí, tienes razón.

Jolene se vistió con un vestido veraniego para el viaje y se peinó el cabello dejándolo suelto, sus padres la estaban esperando abajo en el auto.

—Me tengo que ir, Tiff. Cuídate y cuida de esa bebé.

—No se que será pero esta bien, cuídate tú. ¡Y saluda a tus papás de mi parte!

—¡Lo haré!— le grito cerrando la puerta.

[...]

Defectos ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora