Defectos ✔

7

Al día siguiente ella se levantó temprano, consiguió ducharse y vestirse de una vez y fue a preparar el desayuno, se sorprendió de ver a Tiffany en la cocina super animada haciendo el desayuno.

—¿Tan temprano?

—Pensé que estarías triste y quería prepararte el desayuno.— sonrío algo apenada.

—Sé que esperabas eso pero no quería quedarme en cama a deprimirme, mi bebé me necesita y leí en internet que estra triste es malo para los bebés— sonrió dándole vuelta a los huevos que tenía en la sartén.

Jolene le daba envidia la fuerza y valentía que tenía su mejor amiga, le ayudó a preparar el resto del desayuno.

—Cuéntame como te fue en el club, ¿conociste a un chico?— le pregunto pícara la castaña.

Inmediatamente Jolene pensó en Patrick y Jimmy. Pero su mente voló más en los momentos que había pasado junto al pelinegro.

—¿Sabías que Hugo Jane tiene un segundo hijo?— soltó sirviendo el jugo.

—¿Enserio? Pensé que sólo era el parásito de Jimmy.

Para Tiffany eso era Jimmy, un parásito, no lo soportaba había tenido la dicha de encontrarlo una que otra vez en el club donde trabajaba y era un total patán con las chicas. Se trató de sobrepasar con ella varias veces y también con sus compañeras.

—Pues no, se llama Patrick y es amigo de Nicolás.

—Uyy, Nicolás— soltó un suspiro sosteniendo si cabeza con su mano puesta en la mesa—, cuéntame como vas con él.

—Ya te dije que tiene esposa.—le volvió a repetir.

—¿Y? Nadie le quita lo guapo y papasote que está.

Jolene rodó los ojos, su mejor amiga no tenía remedio.

—Nos vemos en la noche— le dio un beso en la mejilla.

Cuando llego a la oficina, Luz ya había llegado y estaba preparando café. Era raro ya que Nicolás no tomaba café por las mañanas lo que decía que vendría alguien. Saludo a su compañera y le pregunto si vendría alguien y ella le dijo que no, solo estaba preparando café porque había tenido una mala noche y necesitaba mantenerse despierta.

—El bebé de mi vecina no dejó de llorar toda la noche y ella no hace nada para calmarlo— se quejó Luz mientras bebía de su café.

—Eso está mal.

Luz concordó con ella antes de volver a su trabajo.

—¿Sabías que la chica de contabilidad esta embarazada?— Jolene negó con la cabeza.

—Pero ella no era lesbiana, ¿cómo pudo?

—Se hizo inseminación artificial, según me contó Isabella. El día del baile lucía su pancita.

—¿A sí? No lo note.

—Andas muy distraída— ella sonrió.

Antes de que pudieran seguir intercambiando información de los empleados de la empresa, apareció Nicolás acompañado de Patrick. Jolene solo siguió a su jefe hasta la oficina.

—Quiero que canceles mis citas del medio día— Jolene asintió, en realidad no eran muchas así que podía inventar alguna excusa sin sentirse culpable.

—¿Algo más?— cuestiono sin mirar a su lado.

Patrick veía como Jolene rebosaba de profesionalismo, puesto que ni siquiera lo había mirado cuando había aparecido con su mejor amigo. La miro por lo que parecieron ser horas hasta que ella se fue.

—¿Quieres un trago?— Nicolás le hablo pero parecía en trance viendo el lugar donde minutos antes había estado la pelinegra—, ¡Hey, Patrick!— paso su mano enfrente de su cara.

—¿Qué?— reacciono.

Nicolás solo sonrió dándose cuenta de que algo había pasado en aquel fin de semana. Y lo descubriría en ese instante.

Al medio día Jolene bajo en busca de su almuerzo en la cafetería más cercana, si bien no comía en la empresa, siempre buscaba algún lugar cerca. Antes de que ordenara algo para comer apareció a su lado Alejandro. Lucía algo decaído. No había escuchado la parte de la historia de él, así que lo escucharía. Después de todo el bebé era de él, era su hijo.

—Supongo que ya te has enterado, ¿no es así?— musitó él sentado en frente de ella, Jolene comía lentamente mientras lo escuchaba.

—Sí y quiero que me expliques que fue lo que pasó, pero antes de todo déjame decirte que Tiffany jamás te sería infiel.

—Lo sé, lo sé, fui un tonto, Jo. Debí aceptarlo pero no... no estoy listo para ser padre, ni siquiera se si seré un buen papá y quiero darle lo mejor a ella y al bebé.

—Si los dejas jamás lo sabrás— tomo un poco de jugo—, pero lo más probable es que Tiff y yo nos vallamos de aquí.

La mentira serviría para que él deje de ser tan estúpido y busque la manera de recuperar a su mejor amiga.

—¿Qué? No pueden hacer eso.

—Claro que si, la ciudad es pequeña y ella no querrá verte así que...

—Diablos, supongo que tendré que pedirle perdón.

—Y que se casé contigo.— quería lo mejor para su mejor amiga y para el bebé también.

—¿Qué? Yo no quiero...

—Piensa, Alejandro. No querrás que tu hijo nazca en unión libre, ¿o si? Eso no lo aceptaría la familia de Tiff.

La familia de Tiffany era muy conservadora, toda la generación había tenido una boda religiosa y una civil, Tiffany no sería la excepción.

—Solo quiero lo mejor para ellos y si eso implica casarme con ella lo haré— hablo decidido.

—Me alegra que lo entiendas— Jolene se limpió la comisura de su boca, ya había terminado de comer—, pero no puedes parecerte hoy en el departamento.

—¿Por qué no?

—Tiff está muy dolida aún y no quiero que la pase mal, dale tiempo para recuperarse.

Alejandro asintió siguiendola hasta la salida del local.

—Gracias, Jo— le dio un beso en la frente—. Iré el fin de semana.

—Esta bien, cuídate.

De regreso a la oficina Luz había ido a comer, así que ella se encontró sola en el piso. Arreglo algunos documentos que tenía en su escritorio.

—Buenas tardes— la voz chillona de una chica le hizo alzar la mirada.

—Buenas tardes, ¿en qué le puedo ayudar?

—Necesito ver a Nicolás.— cayo en cuenta de que aquella mujer era la misma con la que Patrick había asistido al baile la vez pasada.

—¿Tiene una cita?

—No...

—Entonces me temo que no podrá ver al señor Nicolás, además hoy está algo ocupado y no atenderá a nadie a partir— vio su reloj de muñeca—, de ahora.

Grace apretó los dientes conteniendo la rabia, ¿quién se creía aquella muchachita para tratarla así? ¿Acaso no sabía quien era? Podría hacer que en un chasquido de dedos la pusieran de patitas en la calle.

—Dígale que Grace Floyd quiere verlo y le aseguro que me hará pasar.

Jolene alzó la ceja haciendo lo que ella le decía y efectivamente en cuanto dijo su nombre la hizo pasar.

[...]