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—¡Jo! Despierta— su madre se tiró a la cama tratando de despertarla.

Jolene se levantó asustada, anoche habían llegado algo tarde al club y no cenó por lo cansada que se sentía, así que solo comió una manzana y se fue a la cama. Hoy le esperaba un gran día, tomarían el desayuno en el salón verde, se llamaba así porque tenía plantas por todos lados y se veía hermoso, después irían a jugar tenis, irían a jugar golf y de allí tomarían el almuerzo junto a la piscina.

—Hola, mamá.— saludo ella saliendo de la cama.

—Vístete, tenemos un gran día por delante— dicho eso la señora Jenner salió de la habitación dejándola sola. Se dio una ducha de quince minutos y se colocó ropa para practicar deportes, una faldita blanca con una camiseta de color azul, medias blancas hasta media pierna y sus zapatillas deportivas, agarro su cabello en una coleta alta floja y salió de allí con la bolsa donde llevaba sus raquetas.

Alcanzo a sus padres en la sala verde justo a tiempo. Se sentó junto a ellos a disfrutar del gran desayuno. Cuando terminaron caminaron hasta la cancha de tenis donde estaban nada más y nada menos que los señores Jane. A Jolene casi le da un paro cardíaco cuando vio a Patrick muy sonriente estrecharle la mano a su padre y su madre saludaba a Hugo, su jefe, como si lo conociera toda la vida.

Se ajustó la visera de su gorra y camino hasta sus padres en media cancha con los Jane.

—Ella es nuestra hija, Jolene— la presento su madre.

—¿Jolene? Claro que la conozco, trabaja con nosotros— Hugo estrechó su mano muy sonriente.

Lo que verdaderamente le llamo la atención fue ver a Patrick con ellos, no sabía que su jefe tendría un segundo hijo ella solo conocía a Jimmy Jane ya que varias veces había asistido con su padre que varias reuniones generales pero jamás imaginó que él también fuera su hijo pero tampoco lo presentó como tal y no les hallaba parentesco porque Jimmy era rubio de ojos verdes, muy parecido a los señores Jane, y Patrick era pelinegro y de ojos mieles.

El juego comenzó de tres a tres, Jolene y sus padres de un lado, Patrick y los señores Jane del otro. El juego fue muy reñido pues todos allí no sabían perder y al final terminaron empatados.

—Buen juego— Patrick estrechó su mano con la de ella, Jolene solo sonrió de seguro y tenía las mejillas rojas.

Sus padres invitaron a los Jane a jugar golf a modo de desempate y ellos aceptaron así que todos fueron en carritos hasta el campo. Jolene y Patrick irían en uno ya que los mayores decidieron ir todos juntos.

—¿Conduces?— le pregunto el pelinegro.

—Sí— ella se subió en el asiento del piloto y él a su lado.

—No sabia que tus padres conocieran a los míos— confeso él secándose el sudor con una toalla.

—A mi también me tomo por sopresa— conducía despacio por el camino siguiendo al carrito de sus padres. Ahora lo confirmaba, él si era hijo de los señores Jane.

—Ganaremos en el golf— afirmó él bajándose, ya habían llegado al campo.

—Eso lo veremos— dijo Jolene sonriendo mientras caminaba hasta donde estaban sus padres.

Patrick se la quedo mirando con una sonrisa en su rostro aquella chica parecía tan tímida pero tan extrovertida a su manera que le dieron ganas de seguirla pero se detuvo  ya que Jimmy llegaba acompañado de Grace.

Al final del día los Jenner habían derrotado a los Jane en casi todos los juegos del club, salvo en el tenis que empataron.

—Querida— la llamo su padre, era de noche y estaban en el salón de eventos disfrutando de una hermosa velada, Jolene tenía un vestido blanco corto un poco ajustado con su cabello suelto.

—Si, papá.

—Quiero que me respondas algo.

Jolene asintió, ella jamás les ocultaba nada a sus padres, siempre le habían inculcado el valor de la honestidad.

—¿Tienes novio?

Jolene largo una carcajada:—Claro que no papá, si tuviera lo hubiera traído con ustedes.

—Yo quiero nietos— su madre le dijo seria.

—En un futuro lejano los tendrás— la consoló.—¿A llamado Karl?

Karl era su hermano mayor, él trabajaba en Londres y llamaba cada semana pero esta vez no había recibido ninguna llamada y además no respondía las suyas.

—Sí, me dijo que estaba bien y que había cambiado de número.

—Maldito, Karl. ¿Por qué no me aviso?

—No había tenido tiempo cariño.

Ella asintió algo resentida con su hermano mayor.

Todo el fin de semana estuvo en compañía de Patrick, con quien conversó atentamente sin tener que esconder su alocada personalidad, de algún modo sentía que él la entendía y viceversa. Reían de la mínima cosa y parecían niños cuando veían golosinas.
Jimmy también estaba junto a ellos y habían formado una linda amistad, ese fin de semana el trío se había echo inseparable. Sus padres los observaban muy sonrientes y contentos pues sabían que aquella amistad significaba que más adelante abría negocios de por medio.

Cuando llego a su departamento encontró a su mejor amiga hecha un mar de llanto, dejó su maleta botada y corrió a ver que le pasaba.

—Tiff, ¿qué tienes?— le preguntó pero la castaña sólo lloraba abrazandola.

No le pregunto nada más, la llevo a su habitación, le ayudó para que se duchase y una vez en su cama arropada ella le confesó lo que pasaba.

—Le dije a Alejandro que estaba embarazada.

—Pero es bueno, ¿no?

—Él dijo que no era su bebé y me dejó.

Jolene no podía creerlo, jamás en su vida había esperado a que Alejandro reaccionara así con la noticia del embarazo.

—Esta bien, cariño. No importa, sabes que siempre contarás conmigo.

La abrazo hasta que se quedó dormida y se fue a su habitación, mañana tendría que ir a la oficina y no debía llegar tarde, de seguro su mejor amiga no tendría ánimos de hacer nada por lo que decidió que se levantaría temprano para hacerle el desayuno.

[...]

Defectos ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora