Quisiera Volver

Daniel

Aristóteles se encontraba hecho una furia tomó el primer taxi que encontró afuera del hospital Dio la dirección a donde se dirigía por su mente pasaban una y mil cosas se preguntaba, por qué, se preguntaba cuando su padre había cambiado tanto, cómo el hombre que leía tantos libros de mente tan abierta. Idolatraba tantos escritores, recitaba tanta poesía se había convertido en un hombre tan cruel cerrado tan duro tan frío de corazón

Y su abuela su abuela era otro tema siempre la considero una mujer recta, Buena, cariñosa, amable, o al menos esos eran los recuerdos que tenía en su niñez su adolescencia fue otra cosa simplemente cambio o tal vez nunca fue como la recordaba, la gente siempre dice que vemos lo que queremos ver y no en lo que realidad hay

Tal vez él nunca vio lo cruel que podía llegar a ser su abuela y su papá habían hecho cosas terribles, mentiras, engaños, en una ocasión golpes pero asesinato eso ya era algo muy diferente, era otro nivel y aunque no le hablaba a su padre y quería su abuela habían cruzado la línea se habían metido con lo que más amaba con lo que más quería

La tranquilidad que había tenido en el taxi se obligó al diablo en cuanto bajo de él una vez cruzada la puerta recordó la razón de su visita y nuevamente un fuerte coraje se apoderó de su cuerpo y de su cabeza también bajo directamente al sótano en busca de su padre, abrió la puerta sin ninguna clase de tacto pero no encontró a su padre ahí, así que supuso que estaría con su abuela, subió rápidamente las escaleras y tocó con fuerza la puerta donde vivía su abuela, y encontró la puerta se abrió el infierno se desató

La gran mesa en casa de los Córcega estaba puesta blanca se esmeran en preparar la cena los hijos de Pancho estaban al igual que los de Julieta y Robert todos se encontraban sentados en la grande meza linda junto con Frida se encontraban vigilando a todos doña blanca y el señor Eugenio ya se encontraba sentado esperando la llegada de doña Imelda y de audifaz ambos se encontraban muy extraños

Audifaz había salido mediodía y a su regreso se encontraba intranquilo nervioso y podía jurar que con un poco de miedo se encerró en la habitación de su madre y no habían salido así que blanca decidió llamarle para que vinieran a sentarse a comer una vez que todos estaban reunidos en la mesa y estaban a punto de cenar fueron detenidos por insistente golpe en la puerta linda se levantó abrir creyendo que era Julieta y entre abrió la puerta y lo único que pudo reconocer fue a su primo Aristóteles entrando como alma que lleva el diablo

Todo pasó tan rápido no sabía ni cómo ni cuándo pero cuando se dieron cuenta Aristóteles tenía sus manos en el cuello de su padre y lo apretaba con fuerza blanca trataba de detenerlo gritándole que era su padre

Linda también se levantó tratando de separarlo de su padre mientras escuchaban todos los gritos de los niños a su alrededor simplemente aunque trataba no podían alejar las manos de Aristóteles del cuello de audifaz fue entonces cuando escucharon como Julieta le gritaba

Ari suéltalo escúchame tienes que soltarlo por favor ari lo vas a matar- gritaba Julieta con fuerza y miedo al mismo tiempo

Se lo merece él se merece estar muerto intentó asesinar al hombre que amo y a mi hijo -también gritaba el chico mientras seguía apretando el cuello de su padre quién en ese entonces empezaba a respirar con dificultad manoteando tratando de quitarse a su hijo de encima- el merece morir juro que lo voy a matar Julieta lo voy a matar

La casa era un total caos los niños gritaban mientras que doña blanca y Julieta trataban de separar Aristóteles de audifaz doña Imelda se encontraba llorando gritándole a su nieto que soltar a su padre nadie podía detener Aristóteles era increíble lo que un coraje podría llegar a causar el chico, tenía tanto coraje en su corazón que no lo pensaba simplemente apretaba el cuello de su padre sin detenerse y cuando todos pensaban que estaba a punto de surgir una tragedia entró polita corriendo tratando de detenido su hijo