Mi desicion, Temo parte 2

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Me encontraba en tranquilidad, recostado sobre el árbol que se encontraba afuera de la casa que Aristóteles había construido el no había entrado puesto que no lo creía conveniente, el esperaría a Aristóteles

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El estaba descansando en dicho árbol ya que había estado realizando algunas investigaciones respecto a una grieta que se había abierto en el cielo y según Daniel en el infierno también estaba dicha grieta

Daniel, el ya no era el joven Ángel que recordaba en su juventud, y es que los ángeles físicamente no cambiaban al pasar de los años, la mayoría se mantienen con una apariencia de un chico de 20 años o menos, eso depende de tu misión ya que hay algunos como Samuel que si envejecen pero en sus casos no lo hacían, ellos no envejecían pero si lo hacían diferentes características de ellos, por ejemplo el tono de los ojos cambiaba dependiendo tu edad, siempre los tonos opacos como el azul y gris mostraban la vejes en un Ángel al igual que las alas, estas son siempre blancas pero cuando estas se tornan en un tono azulado claro anunciaban el fin de tu existencia y las de Daniel ya tenían unas ¾ partes en ese tono y sus ojos estaba en un tono gris pero poco a poco se comenzaban a opacar, no le quedaban más que unos cuantos siglos, pero estaba agradecido de que aun lo haya podido ver con vida

Este le había explicado que ni él ni Andrés tuvieron la autorización de interferir en ninguna de sus vidas, ambos los habían visto recorrer su camino pero sin mostrarse, no querían que sus almas se alteraran es por ellos que siempre los mantuvieron al margen

Andrés también mostraba los siglos que llevaba en sima, este al contrario de Daniel si se veía su edad físicamente, era gracioso cuando se reunían los tres,

Carlos por otro lado, su pequeño quien ya no era tan pequeño, era ahora el comandante en jefe de la guardia personal de Samuel a él no lo veía tanto como quería pero sabía que su hijo se había convertido en un hombre de bien, se había casado con un Elfo, el vivía en el mundo de los mortales y aunque estaban separados por meses el amor entre ellos siempre fue fuerte, llevaban 4 siglos juntos, pero fue él quien le dijo que visitar al oráculo para ver el mundo de los mortales otra vez de sus aguas no rompería ni que quebrantaría su trato ya que el oráculo estaba dentro de los límites del cielo, el sonrió agradecido ante el dato y fue personalmente con el oráculo y este ya esperando su llegada le obsequio una bandeja echa de oro blanco y piedras preciosas que tenía en su interior agua del lago que el protegía

Te obsequio esta agua, para que puedas ver a tu familia puedes llevártela y cuando lo creas conveniente me la regresaras, pero debes cuidarla bien ya que si se cae una sola gota perderá su efecto

Entiendo gracias----Hablo mientras sonreía----Desde entonces atra vez del agua pudo observar a su familia, notando como Aristóteles se hundía cada vez mas sin él, y la manera en como descuido a sus pequeños, el se comenzó a sentir triste pero trataba de no demostrarlo

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Fue en ese momento de paz y tranquilidad cuando su amigo apareció ante él con una mirada seria ---Pasa algo

Aristóteles está tocando fondo, Samuel cree que está a punto de matarse, debes bajar y evitarlo

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