Viaje de Sanación

Extra V: Chat Noir

«Hay cosas que creemos tenerlas tan seguras, que olvidamos que podemos perderlas en un abrir y cerrar de ojos.»

Viaje de Sanación

Extra V

Chat Noir

...

Chat Noir llegó a la Torre Eiffel, se sentó en una viga recargando la cabeza en otra. Se sentía derrotado, cansado.

—Chat Noir —escuchó, detrás de él, la voz de Rena Rouge, pero no volteó a verla.

—¿Estás bien? —al parecer, Carapace también estaba ahí.

—¡¡Encima que venimos a ver como estabas!! —y para rematar, Chloé se sumó.

—Si esto es una reunión, no tengo ánimos —dijo, desganado.

Los tres superhéroes se miraron, Rena fue la que trató de adelantar un paso.

—¿Leíste la carta de Marinette? —le preguntó, Chat Noir movió su cabeza en señal de negación y aquello intrigó a los chicos, pues no entendían que lo tenía así entonces.

—Alya —dijo Chat, sorprendiendo a la mencionada con su verdadera identidad—, ¿Qué era Adrien Agreste para Marinette? —preguntó, con un tono cansino.

—Pues...

—¡¡Sé honesta!! —gruñó el chico, pero Carapace se puso frente a ella.

—Tranquilo, Bro, no te la desquites con ella.

—Está bien —Rena Rouge apoyó su mano en el hombro de Carapace—, responderé. Para Marinette, Adrien era una persona muy importante en su vida.

—Eso es basura —soltó el portador de la mala suerte—. Adrien Agreste no era nada para ella...

—¡Ay, por favor! —soltó Chloé, aburrida de ese teatro— ¡Ella estaba enamorada de él! —ante aquella frase, Chat Noir se enderezó, pero se mantuvo dándole la espalda a sus amigos—. Creo que mi querido Adrien es el único que no se ha dado cuenta...

—¿Y creían que sus sentimientos eran verdaderos? Quizás solo le gustaba la fama, quizás solo era una fan más... —dijo, ahogado en sus propios recuerdos. Todas las veces que Marinette le negó sentir algo más por él, que no sea el cariño de una fan, de una amiga... ¿Era todo falso?

—¿Qué demonios te sucede, Chat Noir? —dijo Rena Rouge, fastidiada con el chico— ¡¡Yo, de primera fuente, te puedo confirmar que sus sentimientos eran reales!! En un inicio, parecía una fanática más, pero, mientras más lo conocía, se dio cuenta que de verdad estaba enamorada de él. Al punto de atar sus sentimientos en el fondo de su corazón para solo tratarlo como amigo.

—Y si estaba enamorada de él, ¿por qué solo le dejó una tarjeta con buenos deseos? —cuestionó, sacudiendo la tarjeta entre sus garras.

—¿Qué? —exclamaron los tres, al ver como Chat Noir parecía tener en sus manos, la tarjeta que Adrien había recibido.

—¡¿Cómo tienes eso?! —Queen Bee, saltó hacia el chico para sacarle la tarjeta—. Esto es de mi Adrien —pero, cuando la mirada neón del superhéroe se encontró con la celeste de la abeja, ésta retrocedió un paso.

—Es mía —respondió el del traje de gato con la voz hecha un hilo.

— No puede ser... —susurró. Al parecer ese era el día de las revelaciones. ¿cómo no lo había notado antes?— ¿Adrien?