Viaje de Sanación

Capitulo 02

«Yo aquí... tú allá... hasta que nuestros caminos se vuelvan a juntar.»

Viaje de Sanación

II

"Hacerle frente a la realidad"

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—¡Esto es genial! —exclamó. La mujer de cabellos plateados tras ella, elevó sus gafas oscuras para observar a su nieta.

—Sabía que te gustaría, hadita mía —se acercó a la joven y apoyó su mano en el hombro.

—¡Es muy bello, nonna!

—¡Y espera a ver mi pueblo! —Gina sonrió observando el «Arco della pacce»— Esto es nada al lado de la vista al Lago que tenemos allá.

—¿Y cuándo iremos? —le preguntó, tomándose una selfie con el arco detrás de ella.

—En dos días, supongo —la abuela de Marinette se cruzó de brazos— Necesitamos quedarnos en Milán para encontrarte un liceo para que termines tus estudios.

—Es verdad —comentó con una mueca. Por un momento, quedo tan absorta en la vista que tenía frente a ella que, no pensó en nada más.

—Vamos a ir a la oficina de educación a ver las opciones que hay —la mujer de ojos verdes, desconociendo el porqué de su nieta, comentó algo que la hizo detener en su lugar— ¿Marinetta?

—No sé si quiero buscar un instituto de Moda —bajó la mirada, observándose el calzado.

—¿Qué ridiculez es esa? —se acercó a Marinette, poniendo sus manos en los hombros de ésta—. ¡¡Amas diseñar!!

—Es que... —al empezar con el tartamudeo, Gina giró sus ojos con fastidio.

—¡Hadita mía, ¿es por ese problema que surgió con el tal Agreste? —al verla levantar los ojos con espanto latente en sus iris celestes, se respondió sola— Déjame preguntarte algo... ¿Por quién empezaste a coser?

—Por ti —le respondió—. Recuerdo que me dijiste que la ropa carecía de personalidad, a menos que nosotros le diéramos nuestro sello.

—Exacto —la mujer soltó a su nieta y aplaudió, bajándose las gafas—. Aquí no hay nadie que te conozca, así que puedes retomar esa pasión que tenías antes de que las influencias de terceros llegaran a ti.

—Pero...

—No, Marinetta —negó con la cabeza—. Nadie puede tener el poder de darte o quitarte un sueño, solo tú misma. Y si viniste aquí para sanar tu mente, retomar algo que te gusta y que amas hacer, es la mejor forma.

...

Marinette observaba la decoración de la habitación de hotel donde se estaba quedando. Tanto el techo como las paredes presentaban características renacentistas, en cierto punto, inspiradoras. Era como estar en alguna de las novelas antiguas que solía leer en sus tiempos libres.

Su abuela había insistido quedarse en Milán hasta conseguir una vacante en algún instituto y luego ir a Lago Di Como, un lugar bellísimo a menos de una hora de Milán. Gina le había asegurado que amaría tanto el lugar que no desearía salir de ahí.