Capítulo 8

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Leah

Me removí incomoda e intente taparme más ante el repentino frío que sentí, mas ni encogiéndome en posición fetal el frió se iba. Entreabrí mis ojos y mire confundida la habitación de Caneck, suspire al recordar lo ocurrido en la noche anterior, me levante totalmente desnuda de la cama en la cual, por cierto, me encontraba sola, tome la camisa de Caneck que estaba en el piso, la mia de seguro estaba echa pedazos en la cocina.

salí de la habitación sin hacer tanto ruido y me dirigí hasta la mia donde tome ropa del armario, finalmente me encamine al baño, donde tome una ducha larga y reconfortante mientras intentaba aclarar un poco mis pensamientos en cuanto a todo lo ocurrido. Ya después de estar completamente limpia y darme cuenta que no tenia ninguna opción más que seguir con el plan inicial, salí de la ducha y me vestí con la ropa que había traído con anterioridad.

Me mire en el espejo una ultima vez antes de salir, el chaleco blanco me quedaba suelto y me abrigaba lo suficiente para no tener que ponerme una chaqueta sobre el, mire para abajo  de mi cuerpo y  divise los jeans negros y las zapatillas blancas que traía puesta, nada revelador y lo suficiente cómodo para salir a la farmacia caminando.

Salí del baño y me dirigí al tocador donde tome del secador y con cuidado seque de mi cabello, ya después lo peine y deje suelto, no me moleste en maquillarme mucho, nunca fui muy aficionada de eso, opte por ponerme un poco de brillo labial y salí de la habitación en dirección a la cocina donde me encontré a un Caneck sin camisa y con el cabello revuelto y un poco mojado, estaba tan concentrado cocinando  que no se dio cuenta de mi presencia,  tosí llamando su atención a lo que se dio la vuelta y me miro confuso.

-¿Ya te levantaste?, quería llevarte el desayuno a la habitación...- susurro lo ultimo decepcionado- siéntate te serviré- dijo acercándose hasta mi y plantando un casto beso en mis labios que me dejo sin respiración y sorprendida.

Me senté intentando recobrar la compostura mientras Caneck situaba el desayuno sobre la isla de la cocina, había desde crepes  hasta tostadas con huevo, opte por tomar un pequeño sorbo de la tasa de café mientras Caneck se sentaba junto a mi, me sobresalte al sentir como ubicaba su mano sobre mi pierna, lo mire de forma acusadora, más simplemente me ignoro y apretó ligeramente de mi pierna mientras tomaba una tostada.

Tome un poco de la fruta picada y comimos en silencio el desayuno en el cual en todo momento Caneck mantuvo su mano en mi pierna.

-tengo que salir- dije mientras Caneck tomaba de los trastes para ponerlos en la losa sucia, lo vi tensarse ante mis palabras y se giro lentamente para verme molesto.

-no lo harás- sentencio y dejo los ultimo platos para después mirarme fríamente.

-necesito ir a la farmacia- dije molesta ante su actitud y el se acerco a mi con paso amenazante.

-sabes bien lo que opino de esa mierda- gruño enojado y yo opte por pararme del asiento y dirigirme a la salida de la cocina.

-tienes 21 años Caneck y yo tan solo 19, aun no estamos listo para eso- dije caminando hasta la sala mientras el caminaba siguiéndome, lo escuche suspirar y gruñir frustrado.

-te acompañare...- sentencio finalmente y se dirigió hasta su habitación a seguramente ponerse alguna camisa, ya después de unos minutos salio totalmente vestido, lo mire molesta, me jodía el echo de que todo lo quedara tan malditamente bien y me revolucionara aun más las emociones y sentimientos que se supone ya estaban muertos.

  -ya vamos- dije y me dirijo hasta la entrada con Caneck detrás de mi.  

(***)

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(***)

-pasemos a por un café- dijo Caneck ya después de salir de la farmacia, aun lo sentía un poco molesto pero ya se estaba relajando. Asentí y caminamos en silencio.

Sentí como repentinamente Caneck tomaba de  mi mano y seguía caminando como si nada.

-Caneck- le recrimine mientras intentaba apartar mi mano de la suya pero este la apretó con fuerza impidiéndomelo.

-no empieces Leah- dijo molesto, suspire y simplemente lo deje tranquilo, como había dicho, Caneck siempre se ponía meloso después del sexo, digo, no es tanto como esos tipos que abrazan a cada segundo o te besan sin parar, pero el simple echo de Caneck sosteniendo mi mano no es usual, a el realmente le cuesta demostrar sus emociones.- hay una cafetería en la siguiente cuadra- aclaro y seguimos caminando hasta legar a la cafetería mencionada por Caneck- tú ve a sentarte, yo pido los cafés- dijo y yo asentí para dirigirme a unas de las mesas que daban junto  a la ventana que daba vista a la calle de la ciudad.

-tanto tiempo sin verte Leah- me sobresalte al escuchar una voz que me pareció familiar y me voltee para ver a un chico pelirrojo acercarse con una sonrisa y después abrazarme con fuerza.

-Erick...-susurre perpleja y le regrese el abrazo con fuerza, no obstante fuimos bruscamente apartados por Caneck quien tomo de la camisa de Erick furioso.

-no la toques- gruño molesto y yo tome de su brazo con fuerza intentando apartarlo.

-Caneck por favor...-suplique y lo escuche suspirar derrotado para después soltar a un muy asustado pelirrojo.

-¿volvieron?- pregunto Erick mirándome perplejo mientras acomodaba de su camisa 

-es complicado...- dije sin saber explicar nuestra situación.- sera mejor que nos sentemos- dije sentándome  al notar como la mayoría de las personas dentro de la cafetería nos miraban. Caneck me dirigió una mirada molesta, sin embargo se sentó junto a mi y Erick opto por sentarse frente a ambos.

-no esperaba que hubieran regresado después de todo lo que paso- dijo Erick mirándonos fijamente, sentí como Caneck se tensaba ante sus palabras, seguramente recordando toda la mierda que había sucedido en nuestro segundo año en la universidad.

Pitiless (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora