Rebelde Tentación. Cronicas Majo. (Pausada)

No me conoces.

Capítulo 3.

-Ma-majo.- La escuché gemir mientras mantenía mi cabeza entre sus piernas. Sentí su cuerpo tensarse unos segundos y luego relajarse mientras soltaba el aire. Aparté mi rostro de su intimidad y saque mis dedos de ella. -Eso fue... wow.- Fue lo único que dijo antes abrazarse a mi.

-Lo sé.- Dije con orgullo. -Soy increible.

-Eres más que eso.- Dijo antes de besarme.

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Ya era de mañana al regresar casa, cuando algo llamó mi atención o más bien alguien. Jade se encontraba fuera de su casa en un sillon con un libro en las manos, parecía muy concentrada.

-¡Ey, bicho raro!- La grité desde la valla.

Ella volteo a verme y sonrió. -Ey, Majo ¿Qué haces tan temprano?- Preguntó una ves estubo cerca.

-Salí a caminar.- Mentí. Ella me vio cons suspicacia, pero no mencionó nada al respecto. -¿Y tu?

-Leer.- Dijo con simplesa antes de levantar el libro que estaba en su mano. -Las mañanas y las noches son mis unicos ratos libres. Entre la escuela y el trabajo... no me queda mucho.- Dijo con un encogimiento de hombros.

-¿No sales a fiestas?- Pregunté aunque ya me esperaba la respuesta.

-No soy mucho de fiestas, es... estresante estar rodeada de tantas personas.- Contestó con una leve mueca.

-Bueno, la escuela no es mucho mejor.- Bromee y ella rió.

-Supongo, pero como casi no me redeo de personas... es mejor.- Negó. -Supongo que soy esa clase de personas, las que solo tienen pocos amigos y prefieren pasar tiempo a solas.- Se encogió de hombros.

-Casi puedo apostar a que no has tenido novio.- Reí.

-Los he tenido.- Me miro entre ofendida y divertida. -Pero no es la gran cosa... supongo que...

-Te aburres.- Terminé por ella y asintió. -Es normal, supongo... yo no soy de relaciones serias.

-Julie cree que eres una playgirl.- Dijo riendo divertida.

-Supongo que lo soy.- Dije con un encogimiento de hombros. -Creo que está bien mientras no le haga daño a nadie.

-En eso tienes razón, cada quien es libre de vivir como le plazca.- Asintió. -Bueno debo volver adentro, el desayuno no se hará solo.

-Bien, adiós entonces. Nos vemos luego en el trabajo.- Dije y ambas nos fuimos.

Llegué a casa, por suerte aun nadie se había levantado, fui a mi habitación y me tiré sobre la cama, estaba muy agotada.

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Era más de medio día, llevaba cerca de 2 horas tratando de llamar a casa... o más bien la casa de mis padres, quería hablar con mi hermana menor, pero parecía que no había nadie.

Escuché el sonido de llamada de nuevo, una y otra vez... Hasta que por fin alguien contestó. -¿Hola?- Era ella, solo podía ser ella.

-¿Sophie?- Pregunté casi desesperada.

-¡Majo!- Exclamó con felicidad. -¿Dónde estas? ¿Cómo estas? ¿Cuándo vuelves? Ya te extraño.- Dijo demaciado rápido.

-Oye tranquila...- Reí. -Estoy con nuestros tíos, estoy bien... no creo que vaya a volver y también te extraño.- Dije en orden y la escuché reir. -¿Cómo has estado?

-Mal, papá y mamá pelean más ahora.- Dijo algo triste.

-¿Con quien estas hablando?- Escuché que preguntaron de fondo, para luego escuchar un ruido raro. -¿Quién habla?- Escuché fuerte y claro.

-Tu hija preferida ¿Quien más?- Le contesté a mi padre.

-Creimos que había quedado claro que no queríamos que llamaras, mucho menos a tu hermana, no es necesario que la contagies de tu... actitud y tu...

-¿Lesbianismo?- Completé. -Solo quería saber como estaba es todo.- Dije ya algo molesta.

-Ella esta bien, nos tiene a nosotros y solo eso necesita, así que deja de llamar.- Me contestó molesto.

-No puedes impedir que llame a mi hermana.- Le dije molesta.

-Observame.- Dijo y colgó.

Intenté llamar de nuevo, pero el teléfono no sonaba, tal vez lo habían desconectado. Mi ira subió barios niveles ¿Qué se creian? Sophie era lo más valioso en mi vida y me lo prohibían, como si fuera un objeto o algo similar. No podía creerlo, simplemente no.

Salí de casa hecha una furia, sólo quería algo con que distraerme, alcohol, eso necesitaba, mucho alcohol.

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No sabía bien donde estaba, había terminado llendo a un lugar para comprar alcohol clandestino, me había unido a unos chicos en callejón, parecían una banda de drogadictos... y recuerdo haber consumido mucha mariguana, lo último que recuerdo es estarme besando con una de las chicas que estaban ahí, pero ¿Ahora? Parecía una habitación, una muy ordenada.

Miré mi celular, eran las 5 de la madrugada. Me puse mis botas y salí de ahí, bajé unas escaleras y reconocí mejor el lugar, era la casa de Jade, ella estaba en la sala viendo una película.

-Oh despertaste.- Dijo viendome.

-¿Cómo llegué aquí?- Dije sin comprender. Me senté a su lado y me vio molesta.

-Julie y yo te tragimos, estabas en un callejón, fue dificil dar contigo, pero ya quería irte de ahí y no sabía como regresar.- Negó. -Te veías terrible, así que mejor te tragimos aquí.

-Oh, ya despertó.- Dijo Julie llegando. -No deberías tomar de esa manera, pareciera que quieres acabar muerta.- Dijo negando y sentandose en el otro sofá.

-Ese no es asunto tuyo.- Contesté a lo que Jade me vio mal.

-Esto es serio, Majo puede ser peligroso.- Me recriminó.

-No me interesa.- Dije como si nada.

-Por supuesto que no.- Dijo Julie ahora molesta. -Eres una chica ruda que nada le hace daño ¿no? Apuesto que en el fondo solo eres una bebé asustada.- Dijo sería.

Me puse de pié. -Tu no me conoces, no hables como si lo hicieras.- Dije apuntandola con el dedo. -Ademas nadie les dijo que fueran a buscarme.

-Si, tu nos llamaste.- Intervino Jade.

-Olvidalo, Jade, es obvio que no nos lo va a agradecer.- dijo negando. -Solo vete ¿Quieres?- Me dijo viendome a los ojos. -Solo traes problemas.

Me quedé helada, no sabía que decir, sus palabras de alguna manera me habían afectado.

-Julie, eso no es correcto.- La reprendió.

-No, es verdad... Solo traigo problemas. Así que haganse un favor y no me busquen.- Dije antes de darme la vuelta y salir de ahí.