Capítulo 5

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Punto de vista de Eric

El bar estaba vacío mientras me dirigía a mi oficina.

Me quité la chaqueta y la colgué. Llevar traje y corbata era una completa molestia, una que a veces era necesaria. Cuando no era necesario presentarme como un hombre de negocios de buena reputación, en la sociedad, prefiero esta manera :Jeans, musculosa, chaqueta y botas.

Siempre había un suministro interminable de correos electrónicos y documentos que requerían mi atención. Comencé a vadearlos todos cuando sentí una profunda molestia proveniente de Pam. Estaba dominando el vínculo que compartíamos. No había otra explicación; Vasile había llegado. Segundos después, Pam estaba en la puerta de la oficina y antes de que llamara, le di el permiso para entrar. Sus mejillas estaban más rosadas de lo que habían sido ayer. Estaba saciada pero más bien irritada. Estaba vestida con el uniforme del Fangtasia, corsé y pantalones ajustados de cuero con botas negras que le cubrían hasta las rodillas. Ella era el tipo de "dominatriz" que los turistas adoran tanto. Por otro lado, ella le desagradaba este estilo tanto como a mi no me gustaban los trajes. Lo único que la llevaba a tolerarlos eran los corsé que tanto solía usar en su vida humana.

Pam fue la foto de la molestia. Sus manos estaban en sus caderas y su ceja estaba arqueada. Quería reír. Ella estaba de mal humor.

-Eric, Vasile pide tu tiempo- Si ella no fuese una vampiresa, juraría que iba a vomitar al decir esas palabras. Tal como estaba, ella simplemente hizo un gesto hacía su boca con sus dedos e imitó un movimiento de arcada.

No pude evitar sonreír. Entonces le indiqué que lo dejara entrar. A pesar de su disgusto, lo hizo sin soltar otra palabra. Vasile se acercó a la puerta, su infame capa ondeaba tras de él y me saludó con una reverencia exagerada. Siempre fue muy teatral.

-Me alegra verte de nuevo- le dije.

-El placer es todo mío- le indiqué que se sentara.

Fuimos conocidos durante tanto tiempo, según los estándares humanos, incluso podríamos decir que eramos como amigos, pero a diferencia de los humanos, nunca nos dimos la mano.

-¿Qué te trae por mi área, Vasile?- hubo una amplia década que lo a acercado a esta región. Me dio curiosidad.

-Estoy solo en tránsito, como siempre, Eric. Como sabes, nunca me quedo mucho tiempo en un lugar y solo pensé que era hora de visitar esta zona del mundo. Me quedaré lo suficiente como para ver los lugares de interés, reconectar con los viejos amigos y disfrutar de la variedad de comida en tu región.

-Vasile, debes ser consciente- el rostro tranquilo que tenía cuando entró se estaba desvaneciendo- Mientras estés aquí, debes cumplir las reglas de la sociedad- Si él quiere quedarse, tendrá que cumplir con mis ordenes. No quiero tener ningún problema con él. Pero tampoco puedo permitir que ataque o mate seres humanos como lo hace en algunas partes del mundo. Si lo hizo, no tenía ninguna intención de dejarlo alejarse de cualquier desastre que causara. No importaba si él era un vagabundo o no.

-Eric, ¿Me obligarás a beber la sustancia pútrida que llamas sangre?- Su tono era suplicante e incrédulo; como si esas tácticas fueran efectivas en mí. Él me conoce mejor que eso.

Asentí para reforzar mí posición. Vasile, debes recordar que en esta área soy la ley. Si quieres quedarte, tendrás que cumplir con mis ordenes y eso significa que no puedes atacar o matar humanos- En esta etapa no mencioné la asignación otorgada para humanos cooperativos. Preferí que entendiera que tiene que alimentarse de sangre sintética. De lo contrario, corría el riesgo de que caminara por la calle preguntándole a cualquier humano si él o ella le importaría ser un donante. Sabía que estaba fuera de lugar y no podía distinguir la diferencia entre los pandilleros y los humanos que estaban asustados por los vampiros.

Sombra de luna // Eric NorthmanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora