Final

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punto de vista de Eric

No quiero hacer nada en contra de su voluntad ¡Sé que su cuerpo me desea tanto como yo deseo el suyo!

La penetré con mis dedos. Ella abrió la boca para gritar pero no salió nada.

Lamí la longitud, chupándola. Mi dedo profundizó su llama interior. Mi pulgar en un movimiento circular avivó su clítoris simultáneamente. Sus insistentes "no"fueron reemplazados por gemidos de placer. Sentí la tensión creciendo en su cuerpo y ella dejó de pelear conmigo. Se abandonó a mi boca y mis dedos. Luché contra la voluntad de follarla duro. Quería escucharla gritar mi nombre.

Seguí penetrando en ella, acariciándola , chupándola y lamiéndola. Arqueó su cuerpo y segundos después las contracciones del orgasmo empujaron mis dedos. Los quité y los probé con la lengua. Quería saborear todos los fluidos calientes que la liberaron. El sabor de su placer era indescriptible.

El impulso de morderla era tremendo. La idea de probar su sangre y su sexo en mi boca era demasiado para las palabras. Ejercí el control, aún no.

Estaba jadeando, su corazón latía irregularmente y besé su boca. Su saliva se mezcló con el sabor de su placer. Puse mis dedos en su boca. Ella los lamió. No pude evitar un rugido cuando sentí su boca y lengua calientes chupando mis dedos.

Yo quería más. ¡Ahora!

Me arrodillé entre sus piernas. La levanté a la altura de mi boca, dejando sus piernas sobre mis hombros. Metí mi lengua dentro de ella.

Ella gimió de placer. Cada gemido respondía a cada movimiento de mi lengua. La toqué con más violencia, succionando ansiosamente su clítoris y ella apretó mi cabeza entre sus piernas cuando otro orgasmo la golpeó.

Sus contracciones se sintieron en mi lengua y la probé nuevamente. Mataré a esta mujer. Morirá de placer.

Me rasgué los pantalones y los bóxers y me coloqué encima de su cuerpo. Ella tenía difilcultad para controlar la respiración. Su cuerpo era brillante. Si no entro en su cuerpo ahora mismo, seguramente me volveré loco. Presioné mi dolorido pene contra sus pliegues húmedos e hinchados. La miré.

Sus ojos estaban abiertos y fijos en los míos. Ojos llameantes. Deseo en su cara.

-Eric desátame, por favor...

Me lo dijo en voz baja, susurrando. Nunca le diría esto, pero ella podría pedirme cualquier cosa con esa voz y esa mirada y yo lo haría suyo.

-Dime Katie, ¿Continuarás engañándote a ti misma?       

-No.

Sus ojos se clavaron en los míos y se mordió el labio inferior. Ella continuó con la misma voz.

-Quiero tocarte, sentir tu cuerpo... ... te deseo.

La solté de inmediato. Pasó su mano por mi pecho, mi espalda y abrió más las piernas para acomodarse entre ellas.

Esto será bruto y salvaje. No me importa.

Me deslicé en ella de una vez. Mi cuerpo vibró al sentir.

Ella gritó. No quería romperla en pedazos, pero su cuerpo pedía más y más.

Ella me atraía cada vez que intentaba salir. Me encerró en sus piernas.

Clavó sus uñas en mi piel y me dio uno de sus senos en mi boca para poder lamerlos.

Traté de mantener el control, pero ella exigía más. Mi pene se enterró dentro de ella, golpeando duro y fuerte. Sus caderas se movían cada vez más rápido. Katie me volvía loco por completo.

-Eric, más, más, más.

Rogaba gritando, con una mirada envuelta en llamas de puro deseo.

Y perdí el control. La follé violentamente. Fui salvaje. Primario. Use toda mi fuerza y velocidad.

-Hazme tuya, completamente tuya... ¡Te necesito Eric!

La agarré por el pelo, totalmente enloquecido, y la besé. La besé con deseo, con desesperación, con calentura; mientras entraba y salía de ella sin pensar en nada más. Sin parar. Mi cuerpo y el de ella se unieron como nunca lo había hecho antes. Era experimentado en todo esto del sexo y siempre disfrutaba, pero ella me hacía llegar a otro nivel. Todo lo que sentí era algo completamente nuevo. Ella podía conmigo.

La pelirroja gritaba. Quería pensar que era por el placer, pero probablemente la estaba matando. No me importaba. No podía pensar.

Se puso tensa y rígida. Todo su cuerpo estaba arqueado, dejando una vista tan excitante. Su poderoso orgasmo barría al mío.

Tiré de su cabeza por el cabello, tocando cada rincón de ella la incliné hacia un lado y clavé los colmillos en su cuello.

Pude sentir como traspasé la fina capa de piel que me separaba de su maravillosa sangre. Su sangre fluyó por mi garganta y esta quemaba, el placer indescriptible aumentó mi orgasmo, haciéndome soltar un ronco y profundo rugido sin control.

Mi cuerpo tembló cuando mis fluidos invadieron su  cuerpo. Fue como entrar al Valhalla y ser tocado por el mismísimo Odín.

Cuando recuperé algo de control sobre mi mente, busqué el daño que había hecho en su cuerpo. Piel enrojecida me puso en alerta. Pero ella me besó ansiosamente pidiendo más. Me liberó sin piedad, como una amazona enloquecida. 

Verla así me mataba. Debí haberme detenido pero no quería hacerlo. Estaba devuelta y listo de inmediato y nunca dejaría de estarlo.

La follé toda la noche. En todos los sentidos, en todas las posiciones habidas y por haber.

Parecía que ninguno de nosotros estaba cansado del uno del otro.

Que un orgasmo solo podría traer a uno más fuerte.

No pudimos parar. Y cuando menos me lo esperaba, algo estalló dentro de mi mente, algo conocido, algo que no se podía olvidar. Me dejé llevar por otro indescriptible orgasmo y ella se dejó caer a mi lado. La miré, la besé, la toqué.

-¿Que es lo que me ocultas?

Estaba muy receptiva para todo, pero parecía no saber de que estaba hablando. ¿Era posible esto que llegó a mi mente? ¿Podía ella ser algo más que una simple humana? 

Una chispa que encendió mi mente, eso fue lo que me hizo querer involucrarme aún más, pero ella ronroneó y se estremeció ante mí y me volví loco.

Sabía que ella era algo que ya conocía, algo que no había vuelto a ver desde hace un poco más de cien años. Ni yo me lo podía creer, pero no pude parar, no pude dejar de satisfacerla y cuando sentí su húmeda y cálida lengua lamer lentamente mi cuello, perdí nuevamente cualquier ápice de conciencia.

Creo que moriré aquí esta noche y, sinceramente, no me importa una mierda.

Y bien, esto a sido todo señores... 

La verdad es que no sé que escribirles aquí, Me e tardado incluso, en digitar esa última frase. 

He querido dejar esto hasta aquí y me gustaría saber si alguien tiene alguna idea de que cosa fue a lo que Eric se le pasó por la mente. 

Mientras escribía, traté de instaurar un ambiente de desfachatez dentro de mi mente para poder transmitirles a través de mis palabras como me imaginé todo esto y me gustó mucho la idea de implantar esa duda. Los invito a comentar y dejar sus teorías. Les estaré respondiendo a la espera de que alguien llegue a la conclusión acertada. 

También les recuerdo que ya están disponibles los primeros cinco capítulos de lo peligroso es, una maravilla de historia con contenido totalmente adulto.

Besos infinitos.






Sombra de luna // Eric NorthmanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora