El Niñero || Yoonmin || Adaptación.

Capítulo 43: Lágrimas.

Me desperté ante el sonido de mi despertador, esta vez no eran las caricias de YoonGi las que me despertaban. - ¡Basta! - mi voz interna me reclamó. Yo mismo me lastimaba recordándolo a cada momento.

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Entré al baño y dejé correr el agua para que su temperatura se estabilizara, mientras eso sucedía me dirigí al closet, tomé lo primero que vi. No tenía ánimos de ponerme a buscar algún conjunto. Dejé mi ropa sobre la cama y regresé a la regadera.

Si por mi fuera, me hubiera quedado por horas en la ducha, pero mi vida no había terminado solo porque YoonGi ya no está en ella.

Terminé de vestirme y tomé mi bolso, aún no muy seguro, salí de mi habitación.

— ¡Ya me voy! — avisé desde la puerta.

Salí de la casa y subí a mi auto, aún no había pensado en qué diría, ya que seguramente TaeHyung me preguntará sobre lo que sucedió ayer, pero no podía contarle la verdad ya que si no le decía a HoSeok, él mismo iría a buscar a Min para aniquilarlo.

—Min YoonGi, te mereces que le cuente a Hobi — hablaba conmigo mismo —. Pero no puedo hacerlo — suspiré profundamente.

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Llegué al colegio, afortunadamente era algo tarde, por lo que todos estaban en los salones, así no me encontraría con Hope, y en el salón sería más fácil evitar las preguntas de Tae.

Entré al edificio, los pasillos estaban vacíos. Así que sin dificultad alguna llegué a mi casillero, saqué mis libros para las siguientes clases y cerré este de un fuerte golpe, caminaba hacia el salón cuando mi celular comenzó a vibrar. Lo saqué de mi bolsillo y miré la pantalla. Era un mensaje de... YoonGi. Sin siquiera abrirlo lo eliminé, no quería entrar llorando al salón.

Di dos golpes sobre la puerta de la aula y entré, todas las miradas se dirigían hacia mi.

—Park... llega tarde — me recordó el profesor.

—Lo siento — dije mientras caminaba hacia mi lugar, tratando de ignorar la extrañada mirada de mi amigo.

Saqué rápidamente un par de bolígrafos, el cuaderno de la materia y comencé a escribir todo lo que estaba en el pizarrón. De pronto una pequeña bolita de papel golpeó mi mejilla derecha, volteé y TaTa me dijo 'Léela' marcando los labios y sin sonido para que no nos descubrieran.

Tomé el pequeño papel y leí: '¿Qué te sucede?' reí nerviosamente y volteé a verlo nuevamente y me miraba con detenimiento. Me conocía tan bien.

Respondí el papel: '¿Que me sucede de qué?' aproveché que el profesor volteaba hacia el pizarrón para seguir escribiendo y lancé el papel hacia el asiento de TaeHyung.

Me regresó el papel: 'Sabes que no me puedes engañar, algo te sucede' bien a él no podía mentirle sobre nada, sabía muy bien cuando algo me sucedía, si estaba triste, feliz, enojado. Le hice una seña indicándole que me esperara, asintió con la cabeza y cada uno siguió escribiendo en su cuaderno.

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- ¡Estúpido timbre! - pensé molesto no podía retrasarlo más, tenía que hablar con Tae. Tomé mis libros, salí del salón y rápidamente él me alcanzó.