—Eres un tonto…— le dije riendo pasando mis brazos por su cuello y poder unir nuestros labios. Sin siquiera pedir autorización, adentró su carnoso y exquisito miembro en mi boca.
Tanto como su miembro y el mío debatían en una pequeña guerrilla, tan satisfactoria como las caricias que YoonGi proporcionaba sobre mi pierna.
— ¿Te imaginas que tus padres llegaran y nos encontraran así? — me dijo riendo después de separarse de mis labios.
—Creo que mi madre se desmallaría, mi padre se quedaría en shock y mi hermano se reiría — le dije imaginando la escena —...pero están a kilómetros de aquí, así que no hay nada de qué preocuparse — le dije mordiendo mi labio inferior.
—Eso me agrada — dijo pícaramente atacando mis labios, lo tomaba de la nuca para dar mayor intensidad al beso y que no pudiera alejarse de mis labios, aunque estoy cien por ciento seguro de que alejarse no estaba entre sus planes.
Se acomodó sobre mí, siempre cuidando no lastimarme, nuestros cuerpos se acoplaban perfectamente, tal como dos piezas de rompecabezas.
Mientras el deleitante roce de nuestros labios seguía, comencé a jugar con el borde de su playera, hasta que, decidido, introduje mis manos por debajo de esta y así poder tocar su suave y tibia piel. Él no tardo en hacer lo mismo, sus manos paseaban de mi cintura a mi abdomen.
Nuestras respiraciones comenzaban a acelerarse, su pecho se contraía a causa de la dificultosa situación. El beso cada vez era más salvaje, comencé a subir su playera, quería deshacerme de ella y poder sentir su piel en contacto con la mía.
Tuvo piedad de mi, y se separó de mis labios para sacar el pedazo de tela, -a estas alturas bastante incómoda- y la lanzo a un lado. Aproveché para cargar mis pulmones nuevamente con ese aire vital que el beso me había robado. Su lengua recorría toda mi cavidad bucal dejando ese delicioso sabor, por donde quiera que pasara.
Comencé a levantarme, sin separarme de sus labios, para sentarme en la cama y poder cambiar de lugar con él, cuando logré que estuviera recostado, me senté sobre su cadera y sonreí victorioso al verlo en el estado en cual estaba, su pecho se contraía rápidamente y me miraba expectante.
Devoré nuevamente esos labios que ahora habían adquirido un intenso color rojo y un grosor más antojable de lo común.
Subía mi camisa al mismo tiempo de que acariciaba mi piel que poco a poco iba siendo descubierta, dejo de subirla hasta que llegó al inicio de mi pecho, asi que me separé de él y me quité mi remera para lanzarla al mismo lugar donde estaba la de YoonGi.
Su mirada paseaba por mi torso desnudo, sonrojado me recosté sobre su pecho, solo que ahora mi víctima no fueron sus labios, si no su cuello. Lo besaba parsimoniosamente haciéndolo estremecer. Pasaba mi lengua e hincaba mis dientes, provocando que suelte pequeños y sensuales gemidos, que me incitaban a continuar con mi labor. Bajé dejando un rastro de besos, hasta su clavícula, donde en lugar de dar un beso, succioné su piel para dejarle una marca, mientras que con mis manos acariciaba todo su bien marcado torso. Escuché su risa mientras que me abrazaba pegando aun más nuestros cuerpos, era totalmente increíble sentir su tersa piel en contacto con la mía, giró haciéndome quedar nuevamente debajo de él.
—Sabes que soy tuyo, no necesitas dejarme marcas — dijo sensualmente en mis labios.
—Lo sé, pero me gusta hacerlo — le dije ladeando mi cabeza para hacer otra en su cuello y luego regresar mi mirada hacia la suya.
—Me encantas — me dijo mordiendo su labio inferior acentuando aún más el color rojo de estos.
—No hables — le dije sonriente atrayéndolo de nuevo a mis labios.
Los besos, caricias y miradas iban perdiendo inocencia, cada vez eran más intensas y extasiantes. Fue dejando un rastro de besos por mi mejilla y cuello.
Se entretuvo un buen rato en mi pecho y luego bajó hasta mi abdomen, pasaba su lengua con una lentitud que me hacia estremecer, permanecía con los ojos cerrados y mi espalda se encorvaba al sentirlo jugar con la boca, halando los cordones de mi short.
Fijó su mirada a la mía, mientras comenzaba a sacar mi short, cuando este no cubría más mi piel, me inqué en la cama tal y como él lo estaba, avancé hacia él, pasó una mano por mi cintura y así unirme lo mayor posible a su cuerpo, volvió a besarme de esa forma tan única, que me vuelve completamente loco. Saqué mis brazos de su cuello y me miraba sin pudor alguno, pero a mí me intimidaba un poco, así que lo atraje una vez más a mis labios, fue recostándome poco a poco, con una mano me tomaba de la nuca y la otra se encontraba en mi pierna, esta última fue reptando por mi cadera, pasando por mi cintura hasta llegar a mi pecho donde se apodero de una de las partes más sensibles de mi cuerpo. Apretujaba mis pezones de una increíble manera, bajó sus besos hasta uno de ellos, mientras que con su gran mano jugaba con el otro.
Introdujo uno de ellos a su boca, inundándome de una gran cantidad de placer, la cual tenía que salir de mi cuerpo de una forma u otra. Fue aquí cuando agradecí que estuviéramos completamente solos, y así no tener que retener los gemidos que YoonGi provocaba en mi.
Sentí como comenzaba a bajar la última prenda que cubría mi cuerpo.
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El Niñero || Yoonmin || Adaptación.
FanfictionJiMin, un chico de 17 años vive con sus padres y su hermanito. Un día sus padres le dicen que se van de viaje por algunos meses, JiMin se emociona ya que le encanta viajar, pero sus padres le dicen que es por un asunto de negocios, solo irían ellos...