Loki Laufeyson
Ardía como una puñalada constante, su lado Aesir fue el único culpable, de ello se había tratado de convencer pues no se imaginó que el bajar la guardia un leve instante lo heriría tanto. Y vaya qué dolía. Antes de cruzar esa línea con el más alto, había pensado que el amor era algo innecesario, que podías elegir si corresponder o no, que si se sentía mal un rechazo, pasaría rápido y al cabo de unos días, quizás semanas, estaría completamente bien al igual que antes, pero ya había perdido la cuenta de los meses qué pasaron desde qué este le abandonó, llevándose parte de su corazón en el transcurso y el sentimiento seguía sin ser borrado.
Aún podía escuchar el ronco cántico desde el interior de la habitación qué una vez compartieron y su dulce acento al llamarle hermano, quizá esto último pudo seguir presenciandolo, solo que ya no habría calidez que le envolviera a los segundos. Vaya que se habían arruinado, pero la culpa recaía en él mismo, pues en el fondo sabía qué no eran destinados.
Se levantó de la cama, envuelto en varias sábanas de seda opaca, el cuerpo le dolía dado que había estado ocupado tratando de distraerse, la magia era lo único que le confortaba ahora, esta era capaz de hacerlo sentirse vivo o siquiera útil para otra cosa qué no fuera causar caos. Sus pupilas viajaron de la nada a los nudillos para observar cada pequeño raspón y quemadura parte de su trabajo duro, esto no le importó a pesar de ser conocido por sus aires de diva.
Salió de sus aposentos y como si fuera ya una broma cruel, su infortunio incrementó al toparse con dicho sujeto, este emanaba un aroma sofocante a chocolate y picor, clara muestra de su celo y el castaño sujetándolo posesivo a su lado lo confirmaba. Sonrió mientras se tambaleaba discretamente al otro extremo del pasillo, vaya que Thor era insensible puesto que no era sencillo controlarse al ver a la persona que amaba en tal estado y saber que otro sería su alivio.
– Así qué de ustedes provenía ese aroma tan vulgarmente pesado. No esperaba menos de Thor pero ¿Tony? No me hagas terminar de perderte el respeto, si es qué alguna vez me nació.– Recobró la postura como pudo antes de que el par a su costado tomara cuenta del estado en que le habían colocado. Odiaba verse débil pero al menos su lengua sacó un gruñido de molestia por parte del hombre de hierro.
– Compórtate a la altura de la corona por una vez en tu vida.– Soltó el rubio sin modificar la rapidez de sus pasos, demasiado distraído en cada pequeña sensación qué cruzaba por su cuerpo a causa de la cercanía de su pareja cómo para detenerse a tratar de remediar asperezas con el embustero.
Loki se evitó reclamar el no ser llamado hermano y aumentó la rapidez en sus pasos, si hubiera hecho lo anterior se estaría replicando ahora por lo estúpido e infantil que sonaría, mas ya se cobraría el insulto respecto a su comportamiento.
Sin darse cuenta llegó al jardín, su lugar favorito en la galaxia quizá. Ahí tomó asiento en la tercera banca a su izquierda, dónde Frigga y él se sentaban a charlar incluso durante horas cuando niño. Se cuestionó el porqué permanecer dónde no le querían, el orgullo fue la única respuesta un tanto valida, pero no lo suficiente.
Suspiró al sentirse sobrepasado con la situación, necesitaba desaparecer, alejarse incluso de sí mismo si era posible. Se planteó ir a Midgar, el hogar de los amados amigos de el rubio puesto qué no estaría mal crear un par de disturbios, sacarle el buen humor a ese idiota o tratar de pasar desapercibido y encontrar la paz qué se merecía.
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Leche de amapola
Fanfiction-SpiderFrost -Ligero ThunderIron -Top Loki Loki sufrió el rechazo de su hermano luego de qué ambos mantuvieran una corta relación, esto le afectó incluso sabiendo qué no había futuro justo para ellos al no ser destinados. El dios viajará a Midgar p...