Consumida por la oscuridad

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Edición: 17 de febrero de 2019


En un abandonado castillo muy lejos del territorio de los brann, cuatro masas oscuras perturbaron la soledad del lugar; una de ellas formó al monstruo de Drago, que una vez que se cercioró de que el sitio estuviera abandonado, liberó con un chasquido de dedos a los tripulantes de las demás sombras.

De dos de las cuatro sombras, Fogo y Gothi cayeron de sentón en el suelo mientras que sus compañeros alcanzaron a sobrevolar antes de caer, y de la cuarta sombra cayó el cuerpo de Astrid el cual quedó solamente tendido en el suelo.

—Drago, ¿dónde estamos? —miró el brann a su alrededor, el cual se le hacía peculiarmente conocido. —¿Acaso este lugar es...?

—Así es, es donde nuestros antepasados se reunían para planear la masacre de neutrales y pegasos.

—¡Wow! Pensé que había sido destruido. —siguió admirando Fogo a su alrededor hasta que su vista se encontró con el cuerpo de la regente de Noytrol. —Eh, Drago... ¿Qué piensas hacer con ella?

—Llévala adentro—Ordenó el monstruo con una sonrisa malévola.

—Uh... pero...

—¡OBEDECE!

—¡Está bien, está bien!

Temeroso de su hermano, Fogo se apresuró a llevar el cuerpo de la neutral, sin embargo, al cargarla notó que esta estaba demasiado fría.

—Eh Drago, creo que está muerta.

Desesperado por los comentarios del brann, Drago le arrebató el cuerpo de Astrid y la cargó él mismo entre sus garras para poder contradecir a su hermano; sin embargo...

— No... ¡No puede ser! ¡está muerta! ¡Ya no nos sirve para nada!

Furioso la dejó caer nuevamente y se quiso arrancar el poco cabello que le quedaba por la frustración al ver que había perdido la oportunidad de obtener su poder. Sin embargo, la silenciosa Gothi y su cuervo se acercaron al cuerpo de la neutral para analizarlo con más detenimiento.

— Sigue viva amo. —reportó el cuervo por la anciana.

—¡¿Qué dices?! —gruñó Drago viendo como la anciana tenía la mano sobre el pecho del cuerpo de la neutral.

—Su corazón late, pero no le queda mucho tiempo, sin su esencia pronto perderá la vida.

—Entonces es el mismo problema, ya no hay nada qué hacer. —bufó Fogo rendido.

—¿Y sí hay una solución? —susurró el putrefacto para sí mismo.

—¿Drago?

—Tengo una idea.

Y sin decir nada más envolvió el cuerpo de la neutral y así mismo entre sombras que se dispararon hacia el interior del castillo abandonado, Fogo y Gothi los siguieron como perros fieles, sin embargo, al entrar en la estancia principal ya no había nadie.

.

En una cámara oculta entre los rincones del castillo, Drago arrojó nuevamente el cuerpo de Astrid al suelo, esta, de tantos golpes y forcejeos ya tenía el cabello a medio soltar y la banda con la cual se arreglaba se le había zafado, cayendo a unos centímetros de donde estaba.

Drago la observó con asco, viendo como patéticamente se le había salido a su enemiga una lagrimita del ojo, lo cual después le causó un enorme placer al verla en ese estado. Sin embargo, no podía perder mucho tiempo así que rápidamente se preparó para poner un nuevo plan en marcha.

LA GUERRA DE LOS ELEMENTOS (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora