—Espera —Blake se para frente a mi, impidiéndome pasar —Paris... —Observa mi rostro con suma atención, cómo si no se quisiera perder ni un solo detalle de él, solo Blake puede mirarme de ese modo y ocasionar millones de sensaciones inexplicables dentro de mi —No logro comprender nada de lo que me dices, mucho menos se la razón por la que vienes a mi casa y empiezas a gritarme cosas mientras lloras... —Su mano se posa sobre mi mejilla y hace un leve movimiento con sus dedos —Pero prefiero que hablemos adentro.
—No voy a entrar a esa casa —
—Está bien —Lo piensa por un instante —Podemos ir a cualquier otro lado.
—¿Que te hace pensar que quiero seguir hablando contigo? Te hice una sola pregunta que no fuiste capaz de responder —Muerdo un poco mis labios, trato de sacarlo todo aunque la lluvia siga descendiendo sobre nosotros —Solo quería saber la verdad.
—¡¿Que quieres que te diga?! —Se exalta, su mandíbula está salida y eso solo hace notar lo molesto que se encuentra —¿Pretendes que te explique algo de lo que no tengo ni puta idea?
Sus palabras no causan nada en mi interior pero su rostro me deja sin aliento.
—Yo... —Frota su cara con desesperación, está confundido pero en este momento eso no es algo que me importe, lo único que quiero es que de sus labios salgan las palabras que necesito escuchar —No quería decir eso...
—Me queda claro. Tu fuiste quien dejo esa nota en mi abrigo y no está siendo capaz de admitirlo —Dejo de mirarlo por que ahora estoy más que dispuesta a irme. Después de pasar casi la vida entera detrás de él se que está es la mejor decisión.
La salida no está muy lejos pero mis piernas duelen, duelen tanto que parece que las rejas se estuvieran alejando.
—¿Nota? —Pregunta a mis espaldas —Yo no he dejado ninguna nota.
—¿Ah no? —Me doy la vuelta mientras le pregunto con sarcasmo el cual espero que note —¿Entonces quien fue?
—¿Exactamente por estas asi? —
—¡¿Así como?! —Le gritó a todo pulmón, los hombres son tan descarados, no tienen vergüenza y mucho menos les afecta cómo se sienten las mujeres —¡Solo quiero una maldita explicación! Quiero que me digas por que la otra noche me hiciste venir para nada...
Y sin aviso previo sus labios se estamparon contra los míos en un beso tan deseado por mi parte. Estaba sorprendida, Blake nunca había sido ese tipo de chico, el que te besa sin avisar o te abandona en una noche, pero me estoy dando cuenta de que ya no somos unos niños y que es imposible tapar la luna con un dedo.
Le correspondí, lo besé, pero no me moví, no hice nada. Por más que deseaba que esto sucediera el no se lo merecía después de todo lo que me ha hecho pasar por años.
—¡¿Que te sucede?! —Lo empujó alejándolo de mi pero accidentalmente eso ocasiona que se resbale y caía al suelo mojado, las suelas de sus botas se ven bastante lisas ¡Ay Dios! ¿Que hice? Asustada y muy preocupa me acerco nuevamente a él, pero las carcajadas que empiezo a oír solo me hacen dar cuenta de que Blake no se ha lastimando —¿De que te ríes?
—¿Sueles empujar a los chicos con los que te besas? —Recuesta sus manos hacia atrás para poder tener su máxima atención sobre mi.
—No lo sé —Elevó las cejas mientras tuerzo mis labios —Aparte de mi accidental video eres el único al que he besado.
Sus carcajadas de detienen y en sus ojos puedo apreciar que la rabia los inunda.
—No me lo recuerdes —Se levanta del suelo y pasa por mi lado sacando las llaves de su auto —Sube.
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Mesa para dos ©
Teen FictionEn la universidad estamos acostumbrados a ver cómo las chicas prefieren estar con los deportistas más codiciados del lugar y que incluso muchas veces son recocidos por la mayoría de la ciudad; pero siempre hay un caso en particular que destaca por s...