-Jade, tengo hambre. –dije dándole suaves golpecitos en el hombro.
-Sigue durmiendo Dani. Son como las cuatro de la madrugada.
-Pero no tengo sueño. Lo que tengo es hambre.
-Ve a la cocina.
-Acompáñame por favor.
-No. Y déjame dormir. –dijo cubriendo su cabeza con la sábana.
-Está bien… Averiguaré dónde está la cocina. Si el microondas explota y muero, que quede en tu conciencia.
-Así al menos me dejarás dormir.
-Muy graciosa Jade. –dije levantándome de la cama y saliendo sin hacer mucho ruido.
Salí de esa habitación y entré en la que estaba justo al lado de la nuestra. Abrí la puerta y sin hacer mucho ruido me puse al lado de la cara del que ahora había notado que era Michael.
-Michael tengo hambre.
Él ni se inmutó a pesar de que tenía su oído justo al lado de mi cara.
Volví a repetírselo y nada.
-Está sordo el idiota.
-Lo he oído. –me respondió Michael cuando salía por la puerta.
-Eso sí que lo has oído, ¿no?
Decidí salir de ahí e ir a la otra habitación que había. Dentro estaba Calum, así que decidí hacer lo mismo que había hecho con Michael.
-Calum tengo hambre.
Abrió un ojo y después se alejó dando un pequeño salto en la cama.
-Joder Dani, que susto me has dado. Si tienes hambre ve a la cocina y coge algo.
-Pero no sé dónde está la cocina.
-Búscala.
-Levántate.
-No.
-Por favor.
-He dicho que no.
Al decir esto me subí a su cama y empecé a saltar sobre ella como una niña pequeña hasta que cambió de opinión.
-Gracias. –le dije cuando vi que salía de la cama y se dirigía hacia la puerta.
-Te odio. –me respondió antes de salir por la puerta de su habitación.
-Yo también te quiero, eh.
Poco después nos encontrábamos en la cocina con un vaso de leche en el microondas.
-¿Tienes algo para picar mientras se calienta?
-Creo que tenemos Nocilla.
-¿No tenéis Nutella? No me gusta la Nocilla.
-Creo que no, pero es prácticamente lo mismo. –dijo sacando el tarro de Nocilla de uno de los pequeños armarios de la cocina. –Pruébala, ya verás.
-Está bien… -dije antes de meter el dedo en el tarro y metérmelo a la boca. La verdad es que estaba buena.
-¿Y bien? ¿Es lo mismo o no?
-Está aceptable. –dije metiendo de nuevo el dedo en el tarro para comer más.
-Te has manchado ahí. –dijo señalándome la cara.
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208 | c.h.
Fanfiction"-Por favor, déjeme su DNI. -Aquí tiene. -dije mostrándoselo. -Danielle Ruiz. Los datos son correctos. Tome, la tarjeta de su habitación. -dijo extendiéndome la mano con una pequeña tarjeta. -Es la 208. Disfrute de su estancia. -Gracias."