Capítulo 4

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Me desperté y miré mi móvil; 5:37 de la mañana.

Luke aún dormía en su cama como cualquier persona normal.

Fui al baño y cerré la puerta. Una vez allí me miré al espejo. Estaba horrible.

Suspiré.

Me lavé la cara con ambas manos y fui hacia la puerta para regresar a mi cama, cuando vi que el móvil de ese tal Luke estaba al lado del toallero.

Soy bastante curiosa, por lo que cogí el móvil.

Tenía un bloqueo de pantalla.

Mierda.

Intenté poner la contraseña más fácil del mundo: 1 2 3 4.

Pensaba que la pantalla no se desbloquearía, pero estaba totalmente equivocada.

Podría haber cotilleado algo si no hubiese escuchado un: “¿Dani? ¿Estás bien? Son como las 5” de parte de Luke.

-Sí, un momento. –casi grité tras la puerta. Dejé el móvil bloqueado justo donde estaba y le tiré de la cisterna del váter para simular que había ido.

-¿Qué hacías levantada? –dijo con una voz ronca. Se notaba que acababa de despertar.

-Me he despertado y he ido al baño. –dije mordiéndome el labio.

-Está bien. –dijo bostezando.

-¿Y tú qué haces despierto? ¿Te he despertado yo? Creo que sí, lo siento. –dije rápida.

-No te preocupes, de todos modos no tenía sueño.

 -Si te soy sincera yo tampoco…

-¿Llamamos al servicio de habitaciones y pedimos algo? Tengo hambre.

-Como quieras. –dije encogiéndome de hombros.

Minutos más tarde trajeron a la habitación dos cajas de pizza. Luke le dio propina al chico que las traía, que por cierto parecía un zombie, y después se fue dejándonos de nuevo solos.

-¿En serio te vas a comer todo eso a las –miré el reloj del móvil -6:03 de la mañana? –dije mirando las dos cajas de pizza.

- puedes ayudar, pero respondiendo a tu pregunta, sí, me las voy a comer. –dijo abriendo una de las cajas. –Adelante. –dijo ofreciéndome una porción. La verdad es que no olía nada mal…

Cogí un trozo y me puse a comer junto a Luke.

-¿Sabes? –dije con la boca llena de pizza. –He cogido bastante confianza contigo esta noche, es decir, no suelo coger confianza con una persona a la que le he hablado como diez minutos.

-Bah, tonterías. Seguro que hemos estado hablando más de veinte minutos. –dijo y yo reí. -¿Quieres que te cuente un chiste?

-¿Por qué no? Adelante.

-¿Cuál es el queso que no es tuyo?

-¿Qué? –dije riendo.

-Nacho cheese. –en cuanto dijo esa frase os puedo jurar que el trozo de pizza que llevaba en la boca saltó hasta la televisión, dejando una marca de ello sobre esta. Creo que la carcajada que acababa de soltar la habían oído hasta las fans que había en la puerta del hotel. –Shhh, no te rías tan fuerte, que la gente normal ahora mismo está durmiendo. –me dijo Luke tapándome la boca y riendo suavemente.

-En serio, no esperaba un chiste tan malo. –dije aún riéndome.

-Ese trozo de pizza pegado a la tele no dice lo mismo.

-Me he reído de lo malo que era. Y es tu culpa que ese trozo esté ahí pegado, si no me hubieras hecho reír mientras comía…

-No esperaba que te hiciera tanta gracia. –dijo Luke antes de que tocaran a la puerta. -¿Quién hay despierto a las 6 de la mañana?

-Ve a comprobarlo. –le dije a Luke mientras pegaba mi espalda al respaldo de la cama y cogía otra porción de pizza.

Luke abrió la puerta y se pudo escuchar a una señora de unos cincuenta años hablando en francés.

-Vous savez quelle heure il est? –dijo la señora un poco enfadada.

-¿Qué? –respondió Luke sin entender nada.

-SILENCE –dijo esa señora un poco borde antes de irse.

Luke cerró la puerta lentamente y le vi una cara de confusión.

-Una señora loca o algo. –dijo encogiéndose de hombros y sentándose de nuevo en la cama para coger otro trozo de pizza.

-Eso era francés idiota. –dije en un tono burlón. –Ha dicho que son las 6 y que nos callemos. –terminé con una media sonrisa.

-Entonces venía a hablar contigo. –yo sólo le saqué la lengua como respuesta.

Después de terminarnos las pizzas, dejamos las cajas a un lado.

-Ahora lo que tengo es sed. –dije.

-Bebe del grifo.

-Acabarás llamando al servicio de habitaciones.

-No voy a llamar.

-Sí lo harás.

-Es mi habitación.

Los dos nos quedamos mirándonos fijamente durante dos segundos y después de eso ambos estallamos a carcajadas.

Pero las risas se fueron cuando volvieron a tocar a la puerta.

-Hostia, la francesa. –dijo Luke fingiendo terror y escondiéndose bajo las sábanas.

-Ve tú a abrir.

-Ya abrí la última vez, te toca a ti. –rodé los ojos y me levanté de la cama con miedo de que la señora hubiese traído esta vez refuerzos, y con refuerzos me refería a un palo o cualquier cosa con la que golpearme.

Suspiré antes de abrir unos milímetros la puerta.

-Vamos Luke, abre. No estoy ahora para bromas. –dijo una voz desconocida. Miré al chico que había justo en frente mío. Tenía el pelo de un color claro y era más bajo que Luke. –Oops. –dijo al verme. –¿Os interrumpo de algo? –dijo riéndose. Tenía risa de colegiala, nadie lo hubiera adivinado por su apariencia.

-No nos interrumpes de nada idiota. –dije un poco molesta por pensar que me había tirado a Luke o cualquier tontería semejante.

-Vaya, a eso se le llama levantarse de buen humor. –dijo y siguió riendo.

-Discúlpala Ash, Calum le ha robado su habitación, por eso ha dormido hoy aquí. –dijo Luke después de comprobar que no era la “señora loca” como él la había llamado anteriormente.

-Así que tú eres la que le robó ayer la habitación a Calum. –dijo riendo. –Bien hecho. –me dijo poniendo la mano para que se la chocase.

-Bueno, técnicamente no se la robé. Nos dieron a los dos la misma habitación y yo llegué primero. –dije encogiéndome de hombros.

-Luke, vamos a bajar a desayunar. Cámbiate y en cinco minutos te esperamos abajo. Tú también puedes venir si quieres. –dijo el tal “Ash” antes de salir por la puerta.

-Acabas de comerte una caja entera de pizza. ¿En serio vas a desayunar?

-Ajá. –dijo cogiendo una camiseta de Nirvana y unos pitillos negros. -¿Quieres venir? Puedes simplemente tomar algo de beber.

Dudé durante unos segundos si bajar con ellos a desayunar o no.

-Está bien, iré con vosotros.

208 | c.h.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora