208 | c.h.

Capítulo 2

*POV Calum*

¿Esta chica pretendía que durmiera en la calle? Porque si era lo que quería lo estaba consiguiendo.

Yo sólo quería dormir tranquilo y descansar, pero claro tenía que pasar algo que me lo impidiese.

La pasada noche, el impedimento fue Luke. Me tuvo despierto hasta las 4 de la madrugada viendo un programa extraño de la televisión de España que se llamaba "Hay una cosa que te quiero decir"

Ninguno de los dos entendía nada, pero nosotros nos divertíamos simplemente poniendo voces a las personas que participaban en ese programa.

Y para colmo, después de eso estuvimos jugando como dos horas al fifa.

En resumen, ninguno de los dos habíamos dormido una mierda.

Y yo estaba muerto de sueño.

Ambos bajamos por el ascensor y salimos de este para dirigirnos a recepción.

Pero por desgracia el hotel en vez de paredes tenía cristales. ¿A quién cojones se le ocurre poner cristales en vez de paredes?

A pesar de que fueran casi la una de la madrugada, fuera del hotel aún esperaban unas diez chicas.

"Mierda"

Eso fue lo único que pensé cuando las chicas se levantaron corriendo del suelo y empezaron a verse algunos flashes a través del cristal.

Me habían visto salir del ascensor del hotel con una chica.

Ahora todo el mundo pensaría que me había acostado con ella.

Bueno, técnicamente lo había hecho, pero sólo fue un error. No sabía que iba a haber nadie en mi cama.

Ahora empezarían los rumores de que ella es mi novia, o peor aún, que me voy a casar con ella y voy a tener un hijo llamado Eustaquio.

Y no exagero, eso mismo lo leí en un tweet hace no más de un mes.

Me reí bastante la verdad.

Empujé a esa chica de nuevo al ascensor y esperé a que se cerrara.

-¿Estás loco? -dijo levantándose del suelo del ascensor con una mano en la cabeza.

-Lo siento... Pero esas chicas iban a empezar a crear rumores de que estamos juntos y cosas así.

-¿De qué estás hablando?

-Es cierto, lo hacen con todas las chicas a las que nos acercamos, y si encima nos ven saliendo del ascensor de un hotel...

-Espera, espera, espera. -dijo lentamente. -No me jodas, ¿tú eres el famoso? -terminó la frase mirándome de arriba a abajo.

-¿En serio no te habías dado cuenta? Por ese cristal acaban de salir como diez flashes de diez cámaras distintas, ¿y aún no sabías que era famoso?

-¿Sabes? Por tu culpa me duele la cabeza. He venido a este hotel a relajarme, y el único silencio que he escuchado ha sido cuando me he dormido. Y ni ahí. Tengo dolor de cabeza por los gritos y encima ahora no puedo estar en mi cama durmiendo plácidamente porque al señorito Calum le han tenido que dar la misma habitación que a mí.

-Eh, yo no tengo la culpa de que escogieras el mismo hotel que una banda con talento. Y, ¿sabes? Yo tampoco tenía ganas de que me dieran la misma habitación que a ti. Y tampoco me apetece mucho que ahora empiecen los rumores de que me he acostado contigo, de que eres mi novia e incluso de que nos vamos a casar, ¿entiendes? -no sabía de dónde habían salido todas esas palabras. Pero si ella quería guerra, la iba a tener.