15-Pequeño Secreto

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Advertencia: Contenido explicito

El primero en entrar a la habitación fue Aris, quien seguía secando su cabello rizado, detrás suyo estaba Temo, sentía que esto era un sueño, del cual no quería despertar, simplemente quería dejarse llevar, pero estaba muy nervioso, y como siempre, su novio aparentaba estar de lo más normal, sin una pizca de nerviosismo, a veces quisiera aparentar sus emociones como él.

Antes de ir con Ari, se giró para cerrar la puerta, así lo sentiría más íntimo, y no correrían el riesgo de ser descubiertos, y al parecer el más alto también pensó lo mismo, acercándose al cuerpo pequeño de Temo, este al sentir su presencia, se giró, topándose con sus bellos ojos brillantes, a esta hora, la habitación se encontraba algo oscura, sin ningún rayo de sol que entrara vagamente, pero aun así podían distinguir sus cuerpos, Ari llevo su mano izquierda al pomo de la puerta para colocar seguro- Evitemos ser descubiertos- Ari prefería que si alguien intentara abrir, imaginaran a que realmente los vieran.

Temo no respondió, estaba recargado en la puerta, petrificado ante la mirada de su novio, sintió como las manos suaves de Ari, retiraban lentamente la toalla de su cintura, cayendo al suelo y luego posarse en su cintura, el rostro de Ari desapareció en su cuello, zona que sabían con perfección que era muy susceptible ante cualquier toque, Ari conociendo ya eso en sus encuentros, besaba su cuello, la piel en sus labios era una hermosa sensación, el olor de la combinación de la loción y esencia de Temo impregno sus fosas nasales, erizando su piel, de pronto sintió la necesidad de probar su piel, con sus ojos cerrados, abrió sus labios, lamiendo un poco de su piel, al principio dudaba de hacerlo, pero aquello hizo temblar el cuerpo de Temo, quien al sentir su lengua, llevo sus manos al cabello desordenado de su novio.

Sus labios se unieron, los besos eran desordenados, sin despegarse de su cuerpo, caminaron hacia la cama, Ari topo con la cama, con un movimiento lento, se sentó en la orilla, Temo se mantenía de pie frente a él, como aquella vez que durmió por primera vez en la habitación de Ari, pero esta vez, solo poseía un traje de baño, corto, amarillo, ajustado, dejando ver su evidente erección, Ari al verlo, paso su lengua por sus labios, tomo las caderas del menor acercándolo a él, uniendo nuevamente sus labios, Ari comenzó a recostarse en la cama, con Temo encima de él, justo como aquella vez en su sala, sus manos aprovechaban para acariciar la piel desnuda de su novio, y no iba dejarlo escapar, sus manos recorrieron su piel hasta llegar a sus glúteos, dejado leves caricias.

Temo no se iba a quedar atrás, y esta vez el intentaría hacer lo que su novio tanto amaba hacer, llevo sus labios al cuello de Ari por primera vez, esparció unos cuantos besos en su piel, Ari dejo escapara de sus labios jadeos, los besos, la fricción y las caricias lo provocaban. Tomando las caderas de Temo, lo giro para esta vez ser él quien quedara encima de su cuerpo, Ari hizo un recorrido de besos dulces y suaves por su cuerpo, iniciando en sus dulces labios, mentón, clavícula, pecho...abdomen, Temo mantenía cerrados sus ojos, suspirando ante cada beso, mojando sus labios constantemente, sentía como su cuerpo ardía, pensaba si eso era normal, que su cuerpo cada vez la temperatura aumentara.

Aristóteles detuvo el recorrido de sus labios, Temo al percatarse de eso, abrió sus ojos observando a Ari, quien miraba una parte especifica de su cuerpo, esa erección que necesitaba atención, el rizado lo miro hacia los ojos, posando sus manos al borde de la tanga amarilla, cuando se disponía a retirarla, Temo llevo su mano a una de ellas para detenerlo.

-Tranquilo Tahi- la voz de Ari era suave- te prometo que lo vas a disfrutar- Temo sabía que lo haría, pero no dejaba de darle pena que su novio lo viera por primera vez desnudo, agradecía que no hubiera mucha iluminación, luego de pensarlo por un corto tiempo, retiro su mano para que Ari prosiguiera, deslizando lentamente aquella prenda amarilla, dejo escapara la erección de Temo, el cuál sentía un gran alivio, en el momento de retirarlo por completo, Ari se dispuso a contemplar el cuerpo desnudo de su novio, de Temo, y es que no había duda, no había ninguna imperfección en ese chico que tanto amaba, era arte, como era posible que un ser poseyera tanta belleza, trasmitiera tanta ternura, y aun así lucir tan sensual.

Testosterona (Aristemo) [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora