Todos se encontraban en la sala de espera, impacientes por saber cómo se encontraban los trillizos e Imelda, en una de las esquina, Ari y Temo mantenían sus manos entrelazadas, cuando el doctor se acercó a los presentes.
-Como están mis hijos, Carlos?- Daniela solo podía pensar lo peor desde que sus hijos estaban siendo examinados
-Afortunadamente ellos están bien- suspiros de alivio se hacían presentes en la sala, ahora solo quedaba saber el estado de salud de Imelda. Una doctora camino posicionándose enseguida del pediatra
-Familiares de Imelda Sierra?- prácticamente toda la sala afirmaron, levantándose de sus asientos- La señora Imelda sufrió una intoxicación por cianuro, y aunque es complicado sacar a un paciente de esta crisis sin que haya secuelas ya le administramos oxigeno-
-Y.. con eso ya no tendrá secuelas?- Eugenio quien se encontraba apoyado del andador
-No, gracias a que la encontraron rápido y le dieron oxigeno hizo mucha diferencia- miro a los adolescentes, debido a que antes Carlos había platicado con ella informándole la situación y lo que los chicos habían hecho- la salvaron, ella está fuera de peligro- en Ari se le volvieron a iluminar los ojos, sonriendo por primera vez desde que llegaron al hospital- el tratamiento se verá reducido debido a su pronta acción-
La familia comenzó abrazarse, y hablar entre ellos, mientras que Ari abrazaba a Temo, rodeando su brazos en su cintura, mientras que el más bajo posaba sus brazos alrededor de su cuello, gran parte de la ayuda fue el, se sentía orgulloso por lo que había realizado, gracias a él su abuela estaba fuera de peligro, no había dudas que su novio era muy inteligente- Gracias Temo- susurro-
-No tienes por qué agradecer- Ari acerco sus labios a su hombro depositando un tierno beso
-Tengo al novio más listo, tierno y apuesto del mundo- se separó, tomando sus manos
-Basta..- rio, sus mejillas comenzaban a teñirse de un color carmesí
Luego de un par de minutos, todos iban a su casa, Ari y Temo se despidieron, ya que ambos debían tomar caminos diferentes, Temo solo podía pensar que había sido una semana muy intensa, había experimentado tantas cosas, desde estar por primera vez con el amor de su vida, sentir la adrenalina de ser descubiertos, atreverse a usar ropa que nunca imagino usar, ver a Ari recuperarse por completo de su pierna, ver su futuro en una escuela lejos de la ciudad, y ahora lo de Imelda, que había olvidado por completo que mañana, Domingo, sería el cumpleaños de Ari.
-Ándale hijo.. Camínale.. que ya debemos irnos a la casa- Pancho caminaba rumbo al estacionamiento-
-Si.. Papancho.. espera- se giró al ser mencionado- quiero.. quiero caminar un rato, pensar un poco..-
-Hay hijo, no me gusta que camines solo por las calles-
-Papá... estoy grande, se cuidarme, aparte, tengo el celular con carga- no quería volver a ser regañado como aquella vez cuando fue a la feria con Ari, y ambos tenían sus celulares sin pila-
-Hay Temo- a veces a Pancho se le olvidaba lo mucho que había crecido, se acercó posando su mano derecha en su hombro- Esta bien, pero no tardes mucho pensando -
-No papá- rio
-Ta wueno, cualquier cosa me hechas un telefonazo-
-Si- Pancho se acercó a su hijo besando su frente, para luego caminar a la burra.
Temo nunca se había puesto apreciar por si solo las calles de la ciudad, era un lugar tranquilo, muy colorido, necesitaba aire fresco para pensar como darle todos esos regalos a Ari, algo que fuera especial y nunca lo olvidara, recordó cómo está mañana ambos lloraban en aquella banca, dándole una idea, para que Ari cada vez que pasara por el lugar, lo recordara con felicidad y no con tristeza.
Al seguir caminado, había una tienda que le había llamado la atención, llamada "Joyas Cartier", camino hasta una de las vitrinas observando los relojes, pulseras, collares y anillos que vendía el lugar, pensó que sería un buen detalle, darle una argolla de promesa a Ari, ahora que tenía decidido irse.
Decidio adentrarse al lugar, por dentro las paredes era de color negro, sillones blancos que ni ganas te daban de sentarte por los bonitos y elegantes que se veía, habian personas muy refinadas, con las personas que atendían el lugar, se sentía colapsado por tanto brillo de la joyería.
-Puedo ayudarlo en algo?- una señorita detrás del mostrador llamo la atención de Temo
-Si..si busco un anillo- sabía que quería un anillo pero no sabía específicamente cual comprar
-Mire por aquí está la sección de anillos- la señorita era rubia, llevaba un saco negro, camisa blanca, y una falda que moldeaba sus curvas, todas vestían de esa manera, excepto por los hombres, ella comenzaba a señalar los anillos, a decir sus características, y los precios, que a decir verdad, ella le mostraba los más baratos.
-Que hay..que hay de ese- señalo el más brillante de todos, de color amarillo, sin duda fue el que más le llamo la atención
-Está dentro del catálogo de anillos de compromiso- la señorita trataba de bajar de la nube a Temo, lo veía demasiado joven para comprar algo asi- además le saldría en más de 30 mil pesos, que le parece..- la señorita cuyo nombre era Nancy según su gafete, quería mostrarle otra joya
-Me permite verlo- la interrumpió, ella con un poco de duda
-Estas seguro?, no quieres ver otros ejemplares más baratos?- ella no comprendía, además si quería darle un regalo a su novia, debía usar otro tipo de diseño- no crees que a tu novia le..-
-Novio- dijo de inmediato, la chica quedo sorprendida y luego sin disimular su rostro fue de desagrado- me lo va mostrar o no?-
-Sucede algo por aquí?- un chico, que a juzgar por su apariencia, debía estar dentro de los veinte años, su voz era grabe, cabello negro liso, piel muy blanca y de una estura alta, más alta que él y la chica aun con tacones
-Quiero que me muestre este anillo pero no quiere hacerlo- la mirada de la chica rubia lo veía de pies a cabeza con desagrado.
-Tu si lo vas entender, es tu cliente- se alejó de ellos para tender a una señora que había entrado al lugar
-No le hagas caso, mi nombre es Sergio, y estoy aquí para ayudarte y brindarte un buen servicio- abrió la vitrina sacando la argolla- tienes muy buenos gustos,- le entrego el anillo, Temo solo podía aprecia su belleza, imaginándose a Ari con él -es de oro amarillo, tiene como significado fusionar dos almas enamoradas-sonrió, ver al Chico perderse entre la belleza del objeto entre sus manos, era muy tierno-el precio exacto es de 34 700 pesos
-Me encanta- suspiro para luego ver al vendedor- me lo llevo-
-Excelente- tomo nuevamente la argolla- tenemos cajas de diferentes colores- señalo detrás de él las típicas cajas de matrimonio, eso a Temo le parecía poco original- no te veo muy convencido-
-Es que... quiero algo que combine con su personalidad, con su talento-
-Que es lo que más le gusta a tu pareja?-
-La música...el piano- sus ojos se iluminaron, recordando todas veces que Ari le daba clases de piano, o simplemente lo contemplaba cantar y pasar sus dedos por las teclas del instrumento-
-Tengo la caja perfecta para ti, es un diseño que aún no sale a la venta, pero solo por ser tú, podrás llevarte el primer ejemplar, espera unos momentos- Temo estaba confundido pero agradecido que Sergio estuviera para apoyarlo,- mira- dejo sobre el mostrador de cristal una caja en forma de piano, Temo abrió sus ojos de asombro
-Es...es bellísimo-
-Sabía que te gustaría-
Temo de entre todos los regalos que le tenía preparado a Ari, este sin duda iba ser el más significativo, compro el anillo y la caja, dando la tarjeta que Pancho le había obsequiado, Nancy solo miraba de reojo ante la compra, estaba sorprendida que tuviera el dinero para llevarse algo tan caro.
-Muchas gracias- la sonrisa de Temo era imborrable, sabía que había hecho la compra perfecta
-Gracias a ti por venir,tu novio lo amará- Temo solo asintió, despidiéndose de él, giro para salir de aquella tienda, tomando rumbo a su casa, para organizar la mejor sorpresa de cumpleaños.
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Testosterona (Aristemo) [En Edición]
FanficUna historia que te transporta a la situación, erizando tu piel, descubre como la hormona sexual (Testosterona) hace su función alimentando el apetito sexual de Ari y Temo, llevándolos a situaciones comprometedoras, sin dejar de lado el Romanticismo...