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Despierto nuevamente asustada, pero ésta vez, mis pesadillas no son la causa, si no un ruido proveniente de mi mesita nocturna, mi celular vibrando.

Me levanto aún adormilada y abro el mensaje. Es un número desconocido, tres imágenes se despliegan en el dispositivo.

Soy yo.

Quiero decir, literalmente, soy yo, en la comisaría, con mis padres de vuelta a casa, y la peor, mi madre y yo conversando en mi habitación, el miedo se apodera de mi sistema.

Los ángulos de la último foto, ésta foto la sacaron desde dentro de la habitación.

Instantaneamente observo mi habitación, y veo el ángulo de la foto, el armario.

Con cuidado me levanto de la cama y enciendo mi lampara nocturna, con pasos inseguros me aproximo al armario, lo abro lentamente, nada, no hay nada, está todo en orden, tal cual lo dejé la última vez.

Mi celular vibra nuevamente desde mi cama, me acerco con el ceño fruncido, y los pelos de punta.

Es otro mensaje

"Hola, Roma, ¿Me extrañaste?"-  Una foto va adjunta al mensaje.
Me quedo helada en mi lugar, soy yo, abriendo las puertas del armario.

Salgo de mi habitación alarmada con mi celular en la mano.

-¡¿Mamá?! ¡¿Papá?!- Grito mientras troto por el pasillo hasta la habitación de mis padres.

-¿Roma? ¿Qué sucede?- Mamá enciende la lampara mientras se pasa las manos por la cara.- ¿Tuviste más pesadillas?

-No, mamá, tienes que ver esto.- Le digo apunto de llorar.

Enciendo la pantalla del celular, esta en la pantalla de inicio, busco la aplicación de mensajes, entro en el chat del desconocido, no está, no hay nada.

-Mamá, lo juro, alguien estaba enviandome fotos de mi, de nosotras conversando, en la comisaría, ¡Alguien estaba en mi habitación!

-¿Roma, estás segura? Quizás fue una pesadilla.- Papá habla mientras ve mi celular.

-No, papá, yo las ví, la sacaron desde el armario, y cuando fuí a ver, me enviaron otra.- Las lagrimas ya salían de mis ojos.- Tengo miedo, mucho miedo.

-Llamaré a la comisaría.- Dice papá buscando su celular.

-Tranquila, lo resolveremos.- Mamá me tranquiliza haciendome cariño en el cabello.

-Vamos a la sala, es más seguro.- Informa mi padre con su celular en la oreja.

Juntos bajamos los escalones, nos sentamos en uno de los sillones de la sala, mamá intenta tranquilizarme mientras papá habla por el celular.

Doy un pequeño salto en el sillón cuando el teléfono fijo de la sala suena, mamá se levanta

-¿Aló?- Mamá habla con el ceño fruncido, son probablemente las cuatro de la madrugada, ¿Quién llama a esta hora?.

Ella cuelga el teléfono, supongo al no recibir respuesta.

-Quizás haya sido una grabación, de esas que no suenan sin señal.- Dice mi madre mientras nuevamente se sienta junto a mi.

-Me dijeron que vendría el que está de turno, para revisar la casa.- Informa mi padre sentandose junto a nosotras.

No se cuanto tiempo pasa, pero escucho cuando se estacionan autos afuera.

-Señores Carper, soy el oficial Thomas West, habran la puerta.

Mamá es la que se levanta para abrir

*

-Le avisaré al cuidador que está en la caseta.- Dice antes de retirarse.

-Muy bien, revisaron la casa, no hay nada, vayan a dormir, me quedare un rato más aquí.- Dice papá antes de besarme la frente.

-¿Quieres dormir con nosotros?- Pregunta mamá.

-No, está bien.- Le respondo, dormirán mal si duermo con ellos.

Sigo sola por el pasillo hasta mi habitación, dejo la puerta abierta y cierro con seguro la ventana.

Me acuesto y me arropo, en ese momento, mi celular nuevamente vibra

-"Será nuestro secreto."

No me dejo intimidar por el mensaje, no molestaré a mis padres nuevamente, simplemente dormiré.

*

Anoche, aunque estuve casi dos horas intentando consiliar el sueño, no pude, tenía miedo, me sentía insegura, pero mis parpados ya pesaban y se cerraron poco a poco.

Ya es domingo, mañana regresaré al instituto y no mentiré, estoy aterrada, es como volver a entrar por primera vez.

Sigo pensando que ellos, mis amigos, o ex amigos, lo saben, no me han enviado ningún mensaje, no han venido a verme, no creo que esten ocupados, antes venían casi a diario, no sé que otra cosa pudo haber pasado.

-Mamá, iré al parque, necesito tomar aire.- Le digo mientras tomo mi celular y llaves.

Tarde 5 meses y medio poder salir sola, de hecho solo voy de casa al parque y aveces al supermercado, pero todo con mis padres. Esta es la tercera vez que salgo sola, pero el parque es a menos de una cuadra lo cual me tranquiliza un poco.

Me siento en el mismo columpio de siempre, estoy sumida en mis pensamientos hasta que escucho un ruido, alguien se sentó en el columpio de al lado.

Miro y es un chico, supongo debe tener mi edad, quizás más grande, las ganas de levantarme e irme a casa cada vez crecen más, no me siento cómoda con un desconocido, especificamente hombre, cerca.

Cuando decido quedarme más tiempo diviso a un chico, se ve de 20 quizás menos, está sentado en una banca, observandome fijamente, voy a levantarme cuando el chico habla

-Hola.- Saluda sonriendo.

Dudo en contestarle, pero decido no hacerlo.

-Te he visto un par de veces aquí, y te ví cuando llegaste, solo quería charlar.- Dice rascandose la nuca.

Nuevamente dudo pero esta vez hablo

-Lo siento, pero ya debo irme.- Es lo único que puedo decirle antes de toparme nuevamente con la mirada del desconocido y seguir caminando hacia mi casa.

-Soy André, espero verte otro día.- Le doy una sonrisa tosca de boca cerrada.

Mientras caminaba, mi estomago se contrajo al recordar la mirada del desconocido, miro nuevamente pero ya no está, no hay nadie ahí.

Sigo caminando con paso apresurado hasta llegar a casa.

-Roma, ¿Cómo te fue?- Preguntó mi mamá, sobresaltandome- ¿Qué pasó? ¿Estás bien?- Se acercó y me hizo cariño en las mejillas.

-Si, es solo que aún no me acostumbro a salir sola.- Respondo abrazandola.

Subo a mi habitación con unas galletas en la mano, vibra mi celular en mi bolsillo trasero del pantalón.

-"1/5, cuenta regresiva, querida Roma"

Oscuro SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora