8

120 11 4
                                    

—¿Qué es lo que sucedió allá?— Le pregunto a Daniela cuando vamos de vuelta a la habitación.

—No es algo relevante.— Se limitó a responder.

—¿Sabes? Creo que todo lo que pasa aquí es relevante, ¿Te digo la razón?, me tienen secuestrada, ustedes tres, y de verdad no lo entiendo,- Las lágrimas no tardan en rodar por mis mejillas mientras la apunto con mi dedo- No sé de que forma mi estadía aquí les beneficia, pero llevo dos malditos días aquí y de verdad siento que voy a colapsar,— Mi respiración se vuelve irregular y me dificulta hablar, pero continuo, por que lo necesito- No sabes por las cosas que he pasado, y no, no es justo, porque yo por más egoísta que suene, no lo merezco, ni mis padres tampoco.

—Roma, de verdad ansío el día para poder contarte la verdad, pero...

—Pero nada, ¿Cuál es la maldita verdad que debo saber? Porque además de tenerme aquí me ocultan cosas, y quiero saber cuales son, porque si me tienen aquí, y son tan abiertos como para mostrarse ante mi sin máscaras ni nada, es porque estaré un buen tiempo aquí, así que por que no empezamos siendo honestos, porque de verdad lo necesito, porque siento que en cualquier momento explotaré, y también porque cada día despierto una hora antes para darme ánimos, me lo repito una y otra vez, me levantaré, porque ellos también lo necesitan, y algún día se los devolveré ¿Y qué? ¿Esto es lo que sucede?

—Roma, sonará muy confuso, pero todo fue...

—Todo fue nada, Roma a tu habitación,— Asher ordenó de manera demandante, luego miró a Daniela y le susurró algo al oído.

Luego me tomó un brazo suavemente y me guió hacia la habitación.

—Lo siento.

¿Qué?

Como dijo Daniela, esto es muy confuso, y definitivamente esto no es normal, de verdad tengo miedo, ¿Por qué me pide perdón? Que clase de "Secuestrador" pide perdón.

Cada segundo que pasa siento que me hace falta aire, y por pequeños momentos el calor es insoportable.

Pero sigo sin responder, solo lo observo mientras prepara la cadena para después cerrarla en mi pie.

—Mira, no sé que estás pensando ahora, sé que suena extraño y también sé que necesitas respuestas y aunque no me creas, yo necesito contarte, por que no quiero que me odies y sé que lo haces, pero cuando te lo cuente, entenderás todo, solo gana nuestra confianza, para nosotros ganar la tuya.

Sin más se dirige a la puerta.

—Solo respondeme un par de cosas, ganemos la confianza mutuamente— Solo que a mi me importa un bledo la confianza, yo quiero entender que hago aquí, pero sobre todo quiero escapar.

—Responderé lo que pueda.

—Si no quieren hacerme daño, ¿Por qué estoy aquí? Sabes que el daño emocional que me están causando es mucho más fuerte que el físico.

—Solo te queremos a salvo.—Dice de forma cortante. Su afirmación me asustó, pero no lo demostré.

—Nunca estaría más a salvo que con mis padres, y lo sabes, ¿De qué me "protegen" entonces?

—Lo sabrás pronto, solo ten paciencia— Responde como siempre, creando más dudas.

—¿Te puedo hacer una última pregunta?— Pregunté resignada, pero ésta respuesta necesitaba saberla.

Tomo su silencio como una respuesta afirmativa y procedo a preguntar

—¿Ustedes fueron los que me...— No puedo continuar, pero él sabe a que me refiero, las lágrimas ahora caen sin control.

Él parece pensar la respuesta y me observa fijamente.

—No, nosotros no hemos hecho nada más que salvarte.

¿De qué? o ¿De quien?
Necesito más respuestas.

—¿Sabes quienes fueron?—Pregunté con miedo de escuchar la respuesta.

—No, pero sé quienes lo saben, y también por que lo han hecho.

—¿Quienes lo saben? ¿Por qué? No entiendo nada, si quieren ayudarme como dicen, respondeme— Suplico, me cuesta hablar, y mi respiración sigue siendo errática.

—Por tu bien, aún no te conviene saberlo, de verdad te lo digo, sé de tus terapias y de tu inestabilidad.

—Por favor

—Roma por Dios, ya te lo dije, no quieres saberlo.

—¿Quienes lo saben? —Pregunte deteniéndome en cada palabra, secando mis lágrimas levanté mi cabeza y lo observé fijamente a los ojos.

Él bajó la mirada y miró al suelo, él quería decirme, pero había algo que no lo dejaba.

—Asher ¿Quienes...

—Tus padres, —Me cortó— Ellos lo saben, siempre lo supieron.

—No.— Respondí de forma impotente.

—Te dije que...

—Lo único que quieren es ponerlos en mi contra, pero sépanlo, no funcionará.

Él solo sonrió con pesar y caminó a la puerta y la abrió.

—Daniela te traerá comida en un rato.- Luego cerró la puerta tras él.

Ésta maldita conversación solo sirvió para algo, dejarme más en claro que son unos psicópatas.

¿Mis padres? ¿De verdad? No les pudo ocurrir algo mejor. Entonces eso es lo que harán, inventar cosas para ponerlos en mi contra, inmediatamente la sonrisa complice de mi padre mientras mamá nos regañaba por comprar pasajes a la playa sin su permiso y con su tarjeta.
Pero a pesar de eso, fueron unas muy buenas vacaciones.

Desde pequeña tuve problemas, depresión, ansiedad, solía tener muchas pesadillas, siempre había una mujer, su rostro era en algunas ocaciones borroso pero a veces lo reconocía bien, era de tez clara, y con pelo negro, ella estaba siempre con un pequeño a su lado, recuerdo que yo estaba con mis padres y ella intentaba llevarme, pero luego algo sucedía y me soltaba. De todas formas luego de un tiempo después y con las terapias no tuve más pesadillas, el psiquiatra me decía que era probablemente mi mente, que unía lo que sucedió esa noche con la realidad, por eso era tan repetitivo.

Rato después llegó Daniela, con una bandeja con un plato de lo que parece lasaña, un vaso de jugo y sémola.

—Él te lo contará, por favor no insistas, no es bueno para nadie.

Antes de poder replicar ella sale de la habitación dejandome nuevamente sola.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 27, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Oscuro SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora