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Lo que ve mí cámara, se queda en mí cámara.

—¿Ya me tienes una respuesta? —susurra Jared junto a mí oído, su cálido aliento cosquillea en mi cuello y causa algo dentro de todo mi sistema. Ya saben que el cuello es una parte sensible que causa revoluciones en cualquier cuerpo con tan solo un respiro.

En fin, no respondo, lo veo de soslayo y agarro un puñado de palomitas para luego meterlas en mi boca y masticarlas de manera ruidosa como yo solo sé hacerlo, sin importar que el crush de toda la escuela este a un lado mío, no me avergüenza en lo absoluto, ahora mismo quiero que se le quite esa tonta idea de la cabeza de utilizarme como una pobre e indefensa carnada para provocar a su bruja exnovia.

Porque sí, señores y señoritas, el galán, ahora idiota Jared Miller me ha contado lo que quiere de mí, quiere utilizarme como su novia falsa para darle celos a su ahora exnovia Layci Pullman. ¡Qué coñazo del tipo! Que yo sea la invisible del colegio no quiere decir que sea fácil de manipular o engañar, y mucho menos ser la burla de un chico cara bonita como lo es Jared; no señor, es más, llegando a casa buscaré aquella libreta donde tengo anotado a cada chico que me ha gustado en el colegio y lo tacharé de allí, él ya no merece el primer lugar como mi platónico o crush.

Siento la mirada potente de Jared quemar con gran fuerza, mi piel cosquillea, pero lo ignoro, tomo la gaseosa y succiono y succiono.

Giro mi cabeza hacia la izquierda para encontrarme con los mellizos embobados viendo la película "Satán y el reino perdido", si mamá se llega a enterar que los mocosos vieron una película con semejante nombre es capaz de llevarlos a bañar a la iglesia en agua bendita y a mí mandarme a un colegio de monjas y que el sacerdote me exorcice; aunque la película en sí, no tiene nada de malo, es de dibujos animados, del diablillo que pierde a su familia y él no recuerda nada de su vida, es en realidad cómica y Charles está sumamente embobado viendo cada escena, Charlotte por su parte está devorando los dulces que su mellizo no come por estar tirando baba viendo la película.

—¿Poppy? —Jared vuelve a susurrarme.

—Chico no hables mientras una película se está reproduciendo —le recrimino sin mirarlo. Tomo otro puñado de palomitas y las mastico como cerdo muerto de hambre.

Haciendo ruido sin pudor.

—¿Me ayudarás? —insiste.

Trago el resto de palomitas que queda en mi boca, para proseguir a beber gaseosa, sacudir mis manos y entornar mi mirada hacia el zopenco que tengo a un lado mío.

—¿Qué te crees que soy? —inquiero furiosa, más de lo que debería, pero es que estoy realmente indignada— Jared, no te conozco y no me conoces y soy muy chica para tener novio.

Cuando de conviene, picarona.

—Pero si no serás mi novia de verdad —justamente por eso cabeza de chorlito quiero responderle, pero en cambio solo ruedo los ojos y bufó.

Me siento como esos animales salvajes heridos, traicionados... oh bueno, creo que estoy exagerando, yo ya tenía en cuenta la clase de calaña que eran los chicos con cara bonita y aunque creí que Jared podía ser la excepción, he llegado a la conclusión de que no es así. Tantos libros que leí sobre romance y los badboys y aun ando creyendo en ese cliché baboso que dicen que los chicos cambian por amor.

Buah.

Quiero vomitar las mariposas que hay dentro de mí, o cagarlas... una de dos, pero sacarlas de mi sistema es la misión.

—No puedo, Layci me odia.

—Por eso te necesito —dice el muy estúpido.

—No quiero morir —atacó, ya no hallando otra salida.

Poppy y el pack de Jared.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora