Poppy y el pack de Jared.

15.

Esa Poppy, novia de Jared.

Debí pensar muy bien mis palabras antes de decirlas.
Me recriminó por millonésima vez mientras veo mi closet, o bueno, la mitad de closet. Porque la otra mitad le pertenece a mi mellizo.

—Bien dicen los japoneses que es mejor pensar, antes de hablar —me aconsejó a mí misma, en una recrimienda—. Pero no, la señorita se sintió con suficientes ovarios y le gritó a su novio falso que lo invitaba a cenar al infierno —bufó llena de frustración—. Como si su familia fuera la más nooormal del mundo.

Rasco mi cabeza con desespero y muerdo mi labio volviendo a repasar mis mudas de ropa que tengo para ocasiones especiales. Y me doy cuenta que todas las más decentes son las que llevo a misa y con las cuales Jared ya me ha visto.

—¡Maldita sea! ¡Qué difícil es tener vagina! —me tumbo en mi cama derrotada mirando al techo. Perdiéndome por instantes de la realidad.

Mi celular vibra regresándome a la realidad.

Es un mensaje y es de Sheen.

Aún no mueres xD???

Entrecierro mis ojos, soplo y escribo rápidamente una respuesta.

Estoy muerta desde que nací!!! ¡¡Quisiera tener pene!! Es difícil ser mujer!!!! :(

Espero unos segundos y su respuesta llega.

Ni te creas. Tener pene es tan difícil como ser mujer!!! A veces nada más lo tienes de adorno, así como el mio.

Me tiro una carcajada en cuanto leo su mensaje tan lleno de honestidad, y rápido me imagino su cara de decepción.

Tranquilo Tigre... Pronto le darás uso!!!

Espero su respuesta mientras miro el desorden de ropa que tengo en el suelo y en la cama de Perseo, cuando los gritos de él me hacen sobresaltar y bajar como alma que lleva el diablo a la sala.

—¡NO SOY UN TONTO NIÑO COMO SIEMPRE ME HAN TRATADO!

—Perseo, ¡Basta, ya!

Me quedo al pie de las escaleras viendo a Richard furioso, respirando exageradamente como toro en una partida. Perseo por su parte tiene sus lentes de lado, y un corte en la ceja. La sala está hecha un desastre y mamá esta justo en el medio de ellos dos, furiosa.

—¡Gallina! —Grita Richard escupiendo veneno como cual víbora.

—Silencio, Richard. ¡Por Dios! Hasta parecen bestias salvajes y no hermanos —acota mamá mirando a ambos chicos.

—Haz cliado un zoológico de aminales, mujel —Grita Baltazar, sentado a un lado de mí, en las escaleras.

—¿Quién iba ganando? —pregunta Melchor uniéndosele.

—Pelseo es inteligente pelo dudo que puela ganadle a cala de celdo —tercia Gaspar haciendo una bomba de Chicle.

Mamá gira su rostro y voltea a verlos.

—Ustedes estaban castigados.

—Pelo hasta a los leclusos le dan leceso, mujel. ¡Eles una...

—Si no suben a su habitación inmediatamente, les juro que será una semana sumamente cansada para ustedes...

Los trillizos se miran entre sí, se levantan de donde estaban y suben escaleras arriba gritoneando lo descriminadora que es su progenitora y todo lo que le dirán a derechos humanos cuando vengan a casa.

Quisiera reírme. Pero la situación no lo amerita, mi mellizo esta echo un manojo de furia.

Mi madre suspira y entorna nuevamente su mirada hacia mí mellizo y el gemelo apestoso.