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Hola, cuñado.

Por mi cabeza pasaron las diferentes torturas para suicidarme, pero ninguna borraría del historial mi tonta cara cuando gire y me encontré con Jared Miller sonriendo de lo más lindo ante lo que sea que haya escuchado de lo que le dije a Sheen después de haberle dejado caer mi utensilio de trabajo sobre su rostro.

Posiblemente no escucho más que la palabra chorizo empanizado, ruego al cielo que solo haya escuchado eso y no todas las babosadas que creí de Sheen.

Siento el codo debilucho y flaco de Sheen enterrarse en mi costilla, eso es como el interruptor para que yo despierte de mi embobamiento. Cierro mi boca de inmediato, porque sí, la tenía abierta como una autentica alelada, ladeo mi cabeza y enfoco a Jared.

—¿Hola? —digo segundos después de levantar el rastrillo avergonzada.

—Hola O'Neill —saluda de forma hermosa, a su voz parece haberle pegado bien fuerte la pubertad, porque ¡Dios! Causo tremenda sensación en mi cuerpo.

Vamos hormonitas, tranquilícense que van a ahuyentar a la presa

—¿Qué deseas? —giro mi cuello como el exorcista para enfocar al palillo que acaba de hacer esa pregunta. Esta de brazos cruzados y con sus cejas enarcadas, el sol le da en su melena rubia lo que lo hace lucir tierno.

Sheen es como el bebé de Barbie y Ken.

—Hola Lamberte —saluda Jared a Sheen por su segundo nombre, como si lo conociera de toda la vida y tuvieran la mejor de las amistades—. ¿Me permitirías hablar con Poppy, a solas?

Algo dentro de mí se enciende como llama, calentándome por dentro. Me pongo recta y trato de procesar lo que acabo de escuchar, lo que acaba de salir de la boca de Jared Miller... ¿acaso él ha dicho que quiere hablar conmigo a solas?

Ay diosito.

Me pongo a pensar en qué cosas he hecho en contra de Jared, en todas las fotos que le saque en vacaciones y las otras tantas que les he tomado en los partidos de fútbol, y otras tantas que le he tomado sin camiseta entrando a la ducha y en las que pienso tomarle aun...

¿me habrá descubierto?

Chilló internamente, cuando recuerdo que hace unas pocas horas le embarre malteada en la boca a su linda y bruja novia.

¿acaso viene a amenazarme de muerte por ello?

Ay no, no, no, y no. Claro que no tonta Poppy. Miro para todos lados disimuladamente, buscando una salida para salir huyendo.

Me regaño segundos después.

Maldigo una vez más, porque aquí estoy como tonta haciéndome una película en mi cabeza sin saber de qué diablos quiere hablar este bello ser conmigo.

Volteo a mirar a Sheen, quien al igual que yo está sorprendido.

—¿Me estás pidiendo permiso para hablar con Poppy? —Jared asiente— ¿me tomaste en cuenta? —Jared vuelve a asentir, algo extrañado, pero lo hace— ¿sabes quién soy? —asiente una vez más— ¿y también...

—Basta Sheen —detengo al rubio flacucho de mi mejor amigo, porque ya me está doliendo el cuello de mirar de Jared a él y viceversa.

—Lo siento, es que nadie aparte de ti, me había notado. Ya sabes, somos los invisibles...

—Cállate lengua larga, eso no se dice —siseo abochornada.

O sea, no somos los más populares, pero... nah, sí somos los invisibles del colegio, a mí solo me conocen porque soy la hermanita pequeña de Callum y la vanidosa Cecile, buah. Y a Sheen, a él quizá lo conozcan como el títere de Simón idiota Pullman, igual a mí, pero Sheen se lleva el primer puesto.

Poppy y el pack de Jared.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora