01 Presentación.

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Los O'Neill.

Abro la nevera y saco la jarra de jugo de naranja que seguramente mamá preparó. Hace calor, demasiado calor... Tal parece que estoy viviendo en el infierno y con muchos demonios. Amo vivir en California, pero odio el calor en exceso, aquí es cuando quiero ir a la playa, pero obviamente mamá no me dejará sino llevo a los mocosos de mis hermanos.

Buah.

Cierro de un portazo la nevera, y después me arrepiento.

— ¡POPPY! —al parecer mi madre tiene el don del oído biónico.

— LO SIENTO, SE ME PASO LA MANO —devuelvo el grito cerca de la puerta de la cocina.

Camino hasta el tablón de granito que está justo en el medio de la cocina y me siento en un taburete a beber mi rico jugo de naranja, para refrescarme.

Amo las vacaciones, sin duda alguna son mis mejores días del año. Sol, playa, arena y chicos guapos...

Ahh.

— Hola popo.

Retiro lo dicho. Odio las vacaciones, ya quiero entrar a clases.

Giro mi rostro en dirección a la pequeña voz chillona. La figura de un chiquillo rubio y una mocosa infernal de cabellera rubia, igual, se dibujan ante mí.

¿Por qué ellos son rubios y yo castaña?

—¿Estás pensando en lo guapa que soy? —entorno mis ojos en dirección a la vanidosa chiquilla de 7 años que tengo como hermana.

—¿Perdón? —inquiero alternando mi mirada de Charlotte a Charles.

Ya sé, no me digan. Mi madre estaba pensando en Carlos V, cuando registró a los mellizos.

—Perdonada —responde Charlotte y arrebata mi jugo de naranja.

Abro mi boca ofendida, viendo cómo se bebe mi jugo y tiene el descaro de invitarle a Charles.

—No gracias, Otte —responde este otro de manera afable con el pequeño diminutivo cariñoso con el cual la ha bautizado él, cuando la pequeña vanidosa le invita de mi jugo.

¡Mi jugo! Debería ser un delito que los hermanos menos te quiten tus alimentos, ellos son los esclavos de los mayores.

—Ahh, estuvo rico. Gracias Popo —me entrega el vaso con una sonrisa de dientes pelados.

—Es Poppy —le corrijo por millonésima vez en sus siete infernales años. Ella me ignora de manera olímpica, se da media vuelta junto con Charles y desaparecen de mi campo de visión.

Estos niños de ahora quieren pasar por encima de sus hermanos mayores. Ya no son los tiempos de antes, en el cual ellos eran nuestros esclavos. Para eso nacían, o al menos eso me tocó vivir a mí con los engendros que mi madre crio antes que a mí.

A veces me pregunto en qué estaba pensando mamá, cuando decidió tener tantos hijos. Realmente creo que no estaba pensando, estaba disfrutando. Aunque viéndolo desde su punto de vista, sólo tuvo cinco embarazos, aunque bueno cinco hijos también sería multitud. Pero al parecer papá tenía una gran puntería que, en cada uno de los embarazos, llenaba la cajita con dos botoncitos —como dice él, de manera amable, no vulgar—. Admiro a papá cuando da sus lindos y raros ejemplos sobre el sexo.

Yo igual tengo mi par no tan par. Somos mellizos—igual que los pequeños demonios, Charlotte y Charles—, compartimos matriz pero no bolsas. Pero creo que "mi par no tan par", salió defectuoso. En fin.

En el primer embarazo de mamá, papá le atino a mellizos, hombre y mujer—uno idiota y la otra exageradamente vanidosa, de veinte años, ahora—: Callum y Cecile son iguales y a la vez tan diferentes, ambos de cabellos rubio cenizo como papá y ojos azules como mamá. Callum es el más responsable, podría decírse, y eso que es hombre, pero eso no le quita lo idiota. Cecile en cambio es otro caso, ella se cree la miss universo, siempre anda con su labial y rubor en manos, para "el retoque". Ella no parece de esta familia.

Poppy y el pack de Jared.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora