Poppy y el pack de Jared.

08.

UN TRATO A LO SUPERNATURAL.

13 de mayo del 2016.

Querido diario, aquí Poppy, desde algún lugar del planeta tierra, ok vale, desde mi habitación, justo en mi cama pensando en cuál sería la mejor forma de desaparecer sin ser vista. Aún no es de noche, pero escribo esto antes de que Little boy exploté y arrasé con mi torpe existencia. Aunque me hubiese gustado estar más en este mundo y disfrutar de sus placeres, mis errores me han llevado un paso cerca de la muerte. Antes de morir debo confesar que no me arrepiento en lo absoluto de haber vivido una vida loca, rodeada de semejantes bombones como lo es Jared Miller. La boda que tenía planeada en un futuro con él, ya no será más, ni los cinco hijos que planeaba tener...

En fin.

Son las 4 de la tarde, dentro de media hora empieza el partido de fútbol en el cual tengo que animar como la mascota súper hiper mega wow que soy. Pero presiento que moriré en cuanto Jared me vea después de la última vez que escape de él.

Por si no regreso completita, quiero dejar escrito en estas líneas lo mucho que me encantan las canciones de viejitos y las tortitas de plátano que mamá hace, como también lo mucho que amo a cada uno de mis hermanos y a mis padres.

Con amor; Poppy L. O'Neill.

...

Cierro el deteriorado cuaderno lila que uso ocasionalmente como diario o para inventarme historias de princesas siendo yo la protagonista y Jared el princeso. Tengo algunos garabatos a los cuales llamo dibujos y mis muchas ideas sobre cómo fotografiar o el nombre del como quiero que se llamen mis obras cuando yo sea famosa.

Vamos, soñar no cuesta nada y menos para una desahuciada como yo. Creo que estoy exagerando, pero al parecer esa es mi naturaleza.

—¿Ya estas listas?

—¡Palillo! —exclamó al ver al tonto rubio de mi mejor amigo aparecer bajo el marco de la puerta de la habitación de Perseo y mía— ¿Quién te ha dejado subir? ¿Te trajo tú madre?

—Sí, me trajo mi mami y tú mamá me dijo que estabas acá y me dio permiso de subir, por cierto, me encontré a tu hermanita la rubia cantando algo sobre herpes geniales y gonorrea —arruga su frente cuando dice eso.

Ruedo los ojos y niego.

—Charlotte no maneja bien su inglés, temo que un día invoque demonios mientras canta las canciones de Hanna Montana.

Sheen se ríe. Y es que sí, Charlotte es súper fan de las canciones de Hanna Montana, ama la serie, ella obliga a Charles a verla junto a ella, aunque el rubio de su mellizo se niega, ella siempre logra convencerlo, quisiera tener esa facilidad de persuasión. Ellos dos son muy unidos, tienen un lazo más fuerte que Callum y Cecile, incluso que Perseo y yo. Charles no habla mucho, solo lo hace con ella y en ocasiones cuando algo le molesta mucho dice lo que piensa. Como poner en su lugar a los tontos de Reece y Richard, creo que eso es su pasatiempo favorito.

—¿Qué es eso? —apunta la libreta color lila que reposa en mi cama.

Parpadeo y la tomo rápidamente para meterla debajo de mi colchón.

—Nada que no sepas.

—No me digas que es tú sucia libreta hormonal.

—Nou —niego meneando mi cabeza y mirándolo con reproche—. Es algo más privado, personal.

—Oh —dice él para después añadir: — ¿ya nos vamos?

—Temo por mi vida —le confieso a Sheen, me dejó caer en mi cama nuevamente.