12.

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Las excusas de un infiel.

—Relájate Perseo, no es para tanto, ¿sí o no es un excelente poema?

Perseo sube sus lentes repetidas veces por el puente de su nariz mientras suspira, quizá, tratando de no matar a la persona que lo ha acompañado durante casi dieciséis años.

—Es inaudito que me hayas hecho leer ese absurdo poema.

—Pero si es de la película que más te gustaba —contraataque cruzandome de brazos.

—¡Cuando tenía diez años!

—Alfalfa no pasa de moda jamás, hermano. Es una reliquia, un tesoro, una joya...

—Pero...

—Diez años de mala suerte, sí...

—Eres una charlatana, y ¿no eran cinco años? —pregunta confundido.

—Es la penitencia, hermano.

—Embaucadora —me acusa. Me encojo de hombros—, pero debo admitir que ha funcionado, sus ojos han brillado como un gato cuando ve a un ratón.

—Excelente explicación —lo felicito—. Ves, hablando se entiende la gente.

—Era mejor cuando no hablabas, digamos que cuando estábamos nadando dentro de nuestra madre.

Abro la boca ofendida y después me rio.

—Eso ha sido cruel, Per's, hasta para ti.

—El amor me está cambiando, aunque bueno son solo las hormonas alteradas, es normal a esta edad, un estudio dice que el 65% de jóvenes entre 15 y 19 años pierden la virginidad a causa de las hormonas.

—Espero ser uno de esos jóvenes —escucho tras de mí la vocecilla de Sheen.

—Tu lo que vas a perder son los dientes y de eso me encargo yo —le riño.

—¡Qué genio! —dice él — Ho-hola Perseo —tartamudea amedrentado por Perseo.

—Hola Sheen Lamberte Patlox.

Saluda cordial mi hermano sin dejar de mirar hacia el frente. Él siempre saluda a Sheen de esa manera, lo que le causa terror a mi amigo y creo que ese es el motivo por el cual se amedrenta.

—Me despido camarada —anuncia Perseo levantándose del banco donde nos hallabamos. Lo miró raro y él se da cuenta—, lo siento, ayer mire una cinta rusa y ellos se hablan así, pero suena chistoso y no sé porque se me quedó aquello. Un desliz. Nos vemos luego.

—No te metas en problemas —le grito.

—Cómo si eso algún día fuese a pasar —cuchichea Sheen a mi lado.

Me quedo mirando a mi hermano caminar por la vereda de área verde que cubre la escuela, va por una orilla sin pisar el pasto, seguro para no maltratarlo.

Perseo es un ser extrañamente encantador para los ecologistas, y también un peligro para la cadena alimenticia; ya que si observa a un león cazando a una liebre, este se abalanzaria y evitaría eso. En fin, una catástrofe andante, lo bueno que no vivimos en África.

—No creo que debas subestimar a Perseo. Aún no terminó de quitar la primera capa de su genialidad, él es... Raro e intimidador, ¿no crees Sheen Lamberte Patlox?

Sheen entrecierra sus ojos acusadores.

—Me saca de onda que siempre me salude de esa forma tan formal, ni mi madre lo hace —remomera.

Me quedo en silencio cuando veo al infiel ingrato, Embaucador de Jared venir junto a Tom y al montón de dementes pero buenotes, del equipo de fútbol.

Poppy y el pack de Jared.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora