✨Sueños-[Izan Llunas & Tu]✨

✨Gran Sorpresa✨

P.O.V ____________

Noté que Luis se empezaba a sentir incómodo, al hablar de Sofía y Natasha.  A mi tampoco me agradaba hablar de ella y de Izan, así que decidí cambiar el tema.

–Bueno, dejemos lo que nos hizo daño en el pasado. -me levante- ¿porque no hacemos otra cosa?.

–¿Cómo que?. -cuestionó.

–¿Qué tan bueno eres para los vídeojuegos?. -pregunté.

–¡No es por presumir, pero yo jamás he perdido en algún juego, soy el rey en eso!. -dijo egocéntrico.

–No pues que bueno que no me lo presumiste. -rodeé los ojos- te reto a jugar el juego que más te guste, quiero comprobar si eres muy bueno como dices.

–Me parece perfecto.

–Mira si yo gano, te dejas maquillar por mi y subes una foto a tus redes sociales.

–Mmm.... ¿y si yo gano?

–Tu eliges que castigo ponerme.

–¡Ya sé!, si yo gano, subes una foto a tus redes sociales dónde salgamos abrazados.

–Ese no es un castigo interesante, pero si eso quieres.

–Todavia no acabo de decirte tu castigo.

–¿Entonces?

–En esa foto vas a poner que estás completamente enamorada de mí y que estás honrada de estar saliendo con el chico más guapo de todo el mundo, osea yo.

–¡¿QUÉ!?, ¡ESTAS PERO QUE SI BIEN LOCO, SI CREES QUE VOY A PONER YO ESO! -grité.

–Ni modo, ese será tu castigo. -sonrió- me lo vas a agradecer, tus redes sociales explotaran con comentarios de mis fans, hasta ganarás seguidores.

–¡Pero yo no quiero que me sigan!, suficiente tuve cuándo Izan me salvó. -bufé.

–Mis fans no son cómo las de Izan, mis fans si lo entienden si yo salgo con alguien, son muy amorosas y comprensivas. -dijo mientras se acercaba a mi.

–¡Pero yo no estoy saliendo contigo! -chillé.

–Bueno, eso lo podemos arreglar. -tomó mi mejilla.

–¡Te voy a ganar en ese maldito vídeojuego! -quité su mano- andando,vamos.

–¿A dónde? -cuestionó.

–Iremos a un lugar dónde hay muchos juegos de esos. -tiré de su mano.

Avisé a mis padres que saldría un rato, no sin antes llevarme un momento bochornoso de mi padre amenazando a Luis si intentaba sobre pasarse conmigo. A veces me irritaba que mi padre fuera así de sobre protector conmigo, pero por otra parte amaba que se preocupara por mi.

Luis no parecía incomodarse con las cosas que mi padre decía, al contrario le causaba mucha gracia.

En todo el camino Luis y yo no hablábamos, cada quien iba sumergido en sus pensamientos. El silencio no era incómodo para ninguno de los dos, era soportable.