10 - El valor de una família

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***

Esteban cerró los ojos y giró, tan grande el coraje que le recorrió al oír aquella frase. "¿Todavía estás molesto conmigo y crees que tuve la culpa de que Luciano me besara?". La frase giraba en su cabeza produciéndole un coraje que él no podía controlar.

_ ¿Qué Luciano me besara?
_ ¿Qué Luciano me besara?
_ ¿Qué Luciano me besara?
_ Que Luciano me besara...

Se repetía en su mente como una cantilena sin fin. Él quería olvidarlo. ¡No! Más que eso, él quería borrar ese hecho, como si jamás hubiera sucedido y le incomodaba que María insistía tanto en hablar de aquello. ¿Por qué no dejaba simplemente que todo pasara y volviera a la normalidad, como era antes?

_ Lo que yo quería María, lo que yo de verdad quería era... era que eso nunca hubiera ocurrido. — Le confesó.

_ ¡Pero sucedió! — le contestó María impaciente. — Sucedió y no podemos cambiar ese hecho. Todo lo que podemos hacer es lidiar con eso.

_ ¡Yo no puedo! — Le gritó Esteban. - Tú no sabes como me duele la simple idea de que otro hombre te intente tocar con el deseo.

_ Entonces ya contestaste a mi pregunta. — María bajó los ojos.

_ ¿Qué quieres decir? — Esteban indagó.

_ Sigues molesto conmigo y crees que tengo la culpa de lo que pasó. — Constató la empresaria.

_ María es que tú podrías... ¡debías de haberlo evitado! — Afirmó Esteban herido.

_ ¡Yo intenté! Juro que lo intenté, Esteban, pero él me besó por la fuerza.

_ Yo lo sé. Sé que te forzó ese día, pero no puedo dejar de pensar que... que si hubieras tenido una actitud diferente como te pedí, como tú me prometiste, las cosas no habrían llegado en ese punto y ese maldito no te tendría tocado.

María recordó lo que sucedió un poco más de un año antes en la casa de Camila. Si Esteban supiera, si él se enterara de que él intentó besarla allí, seguramente las cosas se pondrían aún peores. Lo mejor es que nunca lo supiera. Jamás revelaría a Esteban todo lo que sucedió en aquel corredor. Lo dejaría con la idea de que sólo se había insinuado con palabras para ella. ¿Para qué empeorar las cosas?

_ ¡No Esteban, no lo acepto! María demostró que también tenía dolores. — Yo no acepto que tú digas que es mi culpa lo que sucedió porque traté de evitarlo, le dije a Luciano precisamente lo que te prometí que haría, pero él... él estaba ciego, él parecía que no me escuchaba.

Esteban la escuchó atento y lleno de sentimiento. Caminó hacia la puerta del lavabo y mirándola con ternura dijo:

_ Te amo, María. Te amo con una intensidad que no puedo controlar el torbellino de sentimientos que ese amor provoca en mí. Por eso hicimos amor ahora en ese baño porque el deseo fue más intenso que mi razón o cualquier otra cosa...

_ Entonces, ¿no lo querías? — María indagó insegura.

_ ¡No, María no es eso! Yo lo quise, quería más que todo desde que me tocaste en nuestra habitación no podía pensar en otra cosa.

_ Pero, ¿todavía no me perdonaste por lo que le sucedió con Luciano? — Ella pareció entender su lógica.

_Yo... siento que... — Esteban tenía dificultades para explicar sus sentimientos.

Antes de que terminara la frase, alguién toco fuerte a la puerta de la habitación de la pareja, interrumpiendo sus palabras. Él se encaminó para abrirla. Era Estrella.

Especial Innegable VinculoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora