capitulo 15

237 8 0
                                    

El niño salió de la habitación siendo nuevamente acompañado por la ama de llaves que apenas abría la boca. Eso debía ser muy útil a las conveniencias del patrón. Mal llegó y ya se sentía abandonada incluso por el hijo. No podía culpar a un niño por querer descubrir todas las novedades que le eran ofrecidas. Peter estaba jugando con las armas que tenía para ganar el corazón del hijo y todo su dinero le facilitaba para conseguir todo tipo de diversión para el niño.

Aprovechando el momento solo, ella calmadamente arregló las ropas en el armario, dejando la maleta guardada en un rincón. Decidió arreglar las cosas del hijo y salió por el pasillo en busca de su cuarto. La puerta abierta mostraba la pared azul y ella se acercó lentamente. Vio la decoración y los muebles de madera dejar la habitación sofisticada sin perder el aire infantil. Esa habitación era el sueño de cualquier niño. Tenía una cantidad considerable de juguetes y Lali sabía que si Santino pedía cualquier cosa a Peter, él prontamente atendería. Con certeza iba a mimar al hijo y eso la dejaba preocupada. Vio la maleta que traía las cosas del niño a un rincón del cuarto y empezó a arreglarlas en el armario de madera. Se doblaba todo y ponía en los cajones mientras otras se colgaban en las perchas.

Decidí volver a la habitación. Por más que tuviera curiosidad de conocer toda la mansión, Lalisentia un poco avergonzada por estar allí. Tal vez cuando el hijo volviera, ella pudiera salir con él por el jardín, así tendría compañía y podría mostrar todo al niño. Estaba arreglando algunas cremas y perfumes sobre el peine cuando la puerta se abrió y Santino apareció todo sonriente.

- ¡Mamá! - corrió hacia ella.

- Hola mi principe. - se agachó y recibió el abrazo del hijo - ¿Cómo fue el almuerzo? ¿Usted se comportó?

- Fue bueno, mamá. - respondió mirándola con las manos sobre los hombros de Lali - La novia de papá estaba con nosotros.
Lali no pudo evitar la sorpresa. Santino ya había conocido a la novia de Peter, la relación era realmente seria y si el hijo ya había conocido a la muchacha, señal de que tarde o temprano, Peter pretendía casarse con ella. La tristeza que sentía tenía que ser guardada para sí misma, no podía ver ni para el hijo ni para cualquier otra persona, principalmente Peter.

- ¿Y te gusto? - preguntó dejando la curiosidad hablar más alto.

- Es bonita. - respondió inocentemente.

- ¿Y dónde está ahora su padre?

- Él salió con ella, dijo que iban a pasear. - se quedó jugando con los propios dedos - Volví con la tía Euge.

- Entendí. - besó la frente del hijo - Ahora es hora de bañarse, chico.

Tomó al niño hasta su cuarto, donde en anexo tenía un baño que también estaba decorado de manera infantil. Lali intentó distraerse conversando sobre la escuela del niño, pero no podía dejar de pensar en Peter y su novia. No sabía su nombre y no le preguntó al niño. Se sentía nostalgia de los tiempos en que Peter vivía para hacerla feliz, de los tiempos que él la elogiaba, que le daba atención y hacía amor de una forma apasionada.

Ese era la primera vez que se despertaba en la casa de Peter y se sentaba en la gran mesa, repleta de opciones para el desayuno. Los pasteles, cereales, panqueques, quesos, tortillas y jugos, dejaban a Lali sin saber qué elegir para comer. Santino ya estaba a su lado saboreando un tazón de cereales con leche y Eugenia del otro lado de la mesa comiendo su panqueque con miel. Lali todavía estaba un poco avergonzada de estar allí después de todo lo que había sucedido y la voz que oyó acercarse la dejó aún más tensa.

Peter apareció en el comedor al lado de una mujer un poco más baja que él, con la piel blanca y los cabellos negros increíblemente lisos. Tenía los ojos castaños y redondeados, la boca con bellos contornos y el cuerpo un poco más delgado que el de Lali. Ella sonríe animada a Eugenia que se levantó para saludar a la cuñada con un beso en la cara. Peter continuaba sosteniendo la mano de su novia mientras Lali se sentía el baño de agua fría. Ahora parecía que el peso de su relación era real. El poder ver a la novia de Peter frente a él, el dolor de la pérdida era aún mayor. Aquiló la cara para intentar no ver su tristeza cuando oyó su voz llamándola.

- Lali, esa aquí es Martina Stoessel. - la presentó - Martina, esa es Mariana Espósito.

- Mucho gusto. - Martina dijo con educación abrazando a su novio de lado.

- Placer. - Lali respondió con educación y volvió su concentración a la mesa de café.

Él estaba todavía con la misma ropa del día anterior. No había dormido en casa, pasó la noche con su novia y ahora venía para tomar el café. Peter le pidió permiso y subió a la habitación junto a Martina, dejando a Lali aún más reñida. No podía negar que sentía celos y envidia de aquella mujer que ahora era la dueña del corazón que un día fuera suyo. Algunos minutos después, Peter regresó al lado de la novia con los cabellos mojados mostrando que se había bañado.
 

Destinos opuestosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora