capitulo 17

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Lali con cuidado pasó el remedio en la herida del hijo. Él hizo hizo un pucherito de quien iba a empezar a llorar, pero ella pronto se bajó y comenzó a soplar para aliviar la ardencia. Peter miraba impresionado con la manera en que ella tenía que cuidar de su hijo, en el pasado nunca imaginó a Lali como madre, por más que estuviera apasionado y soñara con construir una familia con ella. Ahora se veía frente a la realidad y entendía que por más defectos que Lali tuviera y por más que errores que tenía, Santino era su vida.

- Creo que acabó la broma. - él comentó cuando vio al hijo más tranquilo - Creo que podemos almorzar en un buen restaurante que tiene aquí cerca.

- ¿Quieres comer algo, hijo? - Lali preguntó al niño.

- Tengo hambre. - Santino respondió bajito inclinándose para ir al cuello de la madre.

- Entonces vamos a almorzar. - ella acurrucó al niño.

Peter se levantó y por caballerismo, tomó la bolsa de Lali y cargó mientras ella llevaba al niño en el regazo.

- Él es pesado para ti, Lali. - comentó.

- No tiene problema, estoy acostumbrada. - respondió besando la cabeza del hijo.

Ella decidió sentarse en el asiento trasero para que dejara a Santino acostado con la cabeza en su regazo, Peter salió con la bolsa de ella sobre el asiento del caron y dio la salida yendo hacia un restaurante francés que había cerca. Tenía un clima bastante familiar y había juguetes en un rincón que ayudaban a distraer a los niños.

- Pídele lo que quieras, hijo. - Peter dijo cuando se sentaban en una mesa más reservada.

- ¿Puede ser carne? - Santino preguntó inseguro.

- ¡Claro! - el padre sonrió.

- ¿Y patata frita? - el niño arriesgó.

- También. - Peter abrió el menú - Escoge lo que quieres comer, Lali.

- Puede ser cualquier cosa. - respondió sin gracia.

- Escoge, deja de ceremonia. - él insistió.

- Puede ser lo mismo que Santino pidió. - ella dijo mirando al niño.

- Siempre te gustó el filete con patata frita. - Peter recordó.

- Es verdad. - sonrió feliz por él todavía recordar.

Un clima de tensión se instaló en aquella mesa y Lali prefirió mirar hacia el lado de la ventana de cristal. Peter se quedó hablando con su hijo sobre su escuela. Quería poner al niño en una escuela bilingüe de alto nivel, pero Lali lo convenció a esperar el año escolar terminar, ya que cambiar de escuela durante el período de clases dejaría al niño perdido.

Los platos no tardaron en llegar, sólo Peter había pedido algo diferente. Un raviol a la boloñesa, como los que comía en Italia cuando aún era niño. Santino le pidió para Lali cortar su pedazo de filete y ella, amorosamente, ayudó al niño. Peter se sintió enojado viendo al hijo siempre recurrir a la madre cuando necesitaba ayuda. Quería que el niño también confiase en él de la misma manera, pero sabía que eso era una cuestión de tiempo.

En cuanto terminó el almuerzo, Santino salió hacia los juguetes del restaurante dejando a los padres solos, pero siempre siendo vigilado por la madre. Lali se quedó bebiendo su jugo, evitando el contacto visual con Peter, pero él pensaba de otra forma.

- Quería saber más sobre mi hijo. - se recostó en la silla para mirarla enseguida.

- ¿Que quieres saber? - desvió la mirada hacia él.

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