Capítulo 12

168 24 5
                                    

Narra Giotto:

"Yo tenía 15 años cuando conocí a un chico, este muchacho yo lo veía frecuentemente, era un chico extraordinario, pero la mayoría de las personas le tenían miedo, pues el impartía la disciplina de ese lugar. Luego comenzamos a trabajar en el mismo lugar, y fuimos asignados a varias labores donde fuimos trabajando codo a codo, así nos fuimos ganando mutuo respeto y admiración, hasta que un día él se me declaró, resultó que yo también estaba enamorada de él. Yo tenía 17 años en ese entonces. Tuvimos una hermosa relación, hasta que tres años y medio después lo descubrí con otra chica".

"Resultó que una de mis amigas y él estuvieron mandándose cartas con contenido sexual durante un mes antes que yo lo descubriera, ambos me dijeron que nunca pasó nada entre ellos, algunas personas les creen, otros no, yo al menos les creo, pero no significa que no me haya dolido, que no haya habido contacto físico entre ellos no implica que la acción fuera menos infiel".

"Cuando lo descubrí terminé la relación con él, la mayoría de mis amigos me dijeron que lo que hizo fue imperdonable, los otros se abstuvieron de opinar, pero yo quería perdonarlo, al principio quería volver con él, pero luego me plantee que lo más importante era que yo estuviese bien, más que estar o no en la relación o perdonarlo o no, por lo que nos mantuvimos trabajando juntos, y apoyándonos constantemente, pero por eso no hay nadie en mi corazón, porque aún está destruido".

Su relato me rompió el corazón, era toda una vida echada por la borda por hacer una estupidez con otra persona, y se nota que lo amaba, ella realmente lo amaba, aun tenía su corazón roto, realmente, no era una dramatización ni nada, ella aun no era capaz de aceptar lo que le había pasado.

-Entiendo a lo que te refieres cuando dices que no puedes tener a nadie en tu corazón- ella soltó una pequeña risa irónica.

-Perdón Giotto, pero ¿qué vas a saber tú? Si ni siquiera te has enamorado en tu vida- ante sus palabras me hinqué frente a ella.

-Quizá yo no sepa mucho del tema, y quizá nunca haya pasado por una experiencia como la tuya, pero si te he conocido. He aprendido que eres fuerte, que eres valiente, y que eres lo suficientemente noble como para pensar en perdonar a quien te ha hecho daño, y eso es lo más hermoso que he visto en una persona. Ya habrá alguien que sepa ver lo hermosa que eres por dentro o por fuera, quizá sea él o quizá sea otro, pero como tú dijiste, lo importante es que tu corazón sane, para que pueda amar algún día otra vez, amar con la misma o más intensidad que lo que hiciste.

Narra _______:

Me quedé sin palabras ante todo lo que me dijo Giotto, aún tenía el corazón roto, pero no estaba dispuesta a renunciar al amor por lo que había sucedido, volvería a amar, a él o a otro. Giotto posó sus manos en mis rodillas, y pude sentir como su tacto me puso nerviosa.

-Volverás a amar- me dijo con una sonrisa- estoy seguro- las lágrimas comenzaron a caer de mis ojos y solo pude lanzarme a abrazarlo por su cuello, nos quedamos así unos minutos hasta que Giotto se puso de pie y yo me quedé colgando de su cuello por la diferencia de estatura entre nosotros –Ahora te sostienes mucho más fácil- dijo el rubio con orgullo y nos lanzamos a reír.

Era verdad, durante muchos días estuve practicando colgarme para sacar fuerza de antebrazo, pero al fin lo había logrado, y lo había logrado gracias al cuello de Giotto. Nos volvimos a sentar en la cama y yo sequé mis lágrimas.

-¿Quieres que te muestre algo?- me preguntó Giotto con una sonrisa.

-Bueno- dije devolviéndole la sonrisa.

-Supongo que Talbot te debió hablar de esto- dijo y encendió una pequeña llama en su dedo, era su llama de la última voluntad, como me gustaría mostrarle la mía también.

Misión: Aprender de la Primera Generación [LIBRO #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora