Capítulo 3

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Narra ______:

Estaba terminando el libro cuando sentí como alguien tocaba mi puerta, me dirigí a abrirla y me encontré con G.

-Hola, G, ¿qué pasa?

-Es hora de cenar, Primo me pidió que viniera a buscarte.

-Comprendo, voy de inmediato, ¿él ya está allá?- pregunté adentrándome nuevamente en la habitación.

-Aun no, está terminando de firmar unos papeles y va de inmediato.

-Ok, bajo en un segundo.

G se retiró y aproveché de tomar el libro para ir a devolvérselo a Giotto, me acerqué a la oficina y toqué la puerta, ante el permiso del rubio para entrar pasé y me encontré con la misma escena de la mañana, él firmando papeles, supongo que debe ser habitual para él.

-Permiso Giotto.

-Ah, _____, cuéntame- dijo con una sonrisa.

-Venía a devolverte el libro- dije poniéndolo en el mismo lugar, vi como el Vongola me miraba sorprendido.

-¿No te gustó?

-Ya terminé- y su sorpresa aumentó aún más, sus ojos eran demasiado expresivos.

-Veo que realmente te encanta leer- dijo Primo poniéndose de pie y acercándose a mí-en ese caso, ¿me permites hacerte una recomendación?- me susurró al oído.

-Te escucho- le susurré devuelta, pude sentir como brevemente se estremeció por lo que decidí alejarme, no era lo que buscaba conseguir.

-Este- dijo sacando un libro y entregándomelo, "Medea". Abrí mis ojos como platos.

-¡Me encanta!

-¿Ya lo leíste?- me preguntó el rubio emocionado.

-¡SI!- dije tomando el libro entre mis manos-¡Me encanta!- dije girando sobre mi misma-Medea es ¡demasiado mala!

-¡SI!- me apoyó eufóricamente el rubio- ¡Realmente es demasiado mala!

-Muchas gracias, Giotto- dije brindándole una sincera sonrisa, creo que esta situación era lo único sincero que había hecho desde que llegué aquí.

-No es nada- dijo él sonriéndome de vuelta.

Fuimos hacia el comedor hablando de lo realmente terrible que era la historia de Medea, pero no esperaba encontrarme ahí con todos los guardianes de Primo, incluyendo a la mujer de Deamon Spade, Elena.

Se formó un silencio sepulcral ante nuestra llegada y es que Primo estaba llegando con una mujer totalmente desconocida. Ante esto Giotto decidió presentarme.

-Muchachos, ella es ______, y es pariente de Talbot, la cuidaremos durante un tiempo, así que espero que sean amables con ella.

Ante la explicación de Primo todo el ambiente se relajó y así me los fue presentando uno por uno mientras yo debía pretender que no sabía quiénes eran, no pude evitar sentir recelo ante la presencia de Daemon pues todos en el futuro sabemos cómo termina esa historia.

Primo me sentó junto a Elena, pero lamentablemente ese puesto era justo frente a Alaude, y la verdad, me daba un sentimiento extraño el verlo, me incomodaba, aunque él no miraba a nadie mientras comía, podría jurar que le molestaba mi presencia.

La comida pasó tranquila, Elena habló todo el tiempo conmigo, el problema es el sequito de mentiras que tuve que decir porque era bastante preguntona, por lo que preguntaba por mi parentesco con Talbot, el nombre de mis padres, que hacían, donde vivía y muchísimas cosas más. Hasta que de repente volvimos a un tema antiguo.

Misión: Aprender de la Primera Generación [LIBRO #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora