Capítulo 1. Gabriella.

767 23 5
                                    

Las cosas que funcionan, no siempre marchan bien. Funcionar significa que continúa realizando sus acciones como siempre. Que marche bien, es que esas acciones sigan dando buenos resultados. Mi relación con Siva, aunque seguía funcionando, no marchaba bien. Había empezado a ser uno de esos amores que trabajan por costumbre y no por emoción. Y ahora que las cosas se han vuelto más grises que blancas, ya no sé si soy yo, que lo necesito más de lo que me quiere, o si es él, que no me quiere todo lo que sabe. Hace tiempo que estamos "acabando" con este nosotros que no nos lleva a ningún lado. Pero es difícil decir adiós a mi única excusa para creer en algo. Sobre todo cuando sujeta mi mano mientras camina a mi lado por las frías calles de Londres; cuando coloca mi pelo detrás de mi oreja, antes de susurrarme en el oído.

-Te quiero- su voz suena suave, pero firme.

Sin poder evitarlo, mis ojos se abren mucho y me tiemblan las piernas. Quiero que me lo repita una y otra vez. Quiero que me diga que, a partir de ahora, las cosas van a estar bien. Quiero que me abrace. Quiero que me bese. Quiero decirle que yo también le quiero, pero simplemente no puedo.

-Vale.

Siva suelta un suspiro de fastidio y se sienta en un banco cercano. Yo me quedo inmóvil, mordiéndome las uñas y observando como aprieta su mandíbula enfadado. Parece que siempre soy yo la razón de sus enfados. Barajo la posibilidad de huír, dejarlo ahí, hacer que se sienta como yo cada vez que me quedo en mi habitación pensando mientras él se va de fiesta, pero obligo a mis pies a llevarme hasta el banco y sentarme junto a él.

-Lo siento- intento disculparme. A su lado siempre sueno tan débil, tan estúpida...

-¿Qué es lo que sientes exactamente? Porque resulta que nunca lo dices.

-Vaya, ¿ahora quieres que hablemos de sentimientos?- me río irónicamente.

-¿No es esa la mierda para la que me has llamado?

-Te llamé porque se supone que eres mi novio, Siva, se supone que eso es lo que los novios hacen. Se llaman, quedan...

-Se dicen que se quieren- me corta él.

-¿Eso es lo que quieres? ¿Que te diga que te quiero? Es estúpido.

-¿Entonces no me quieres?- me desafía.

-¿Me quieres tú a mí?

-Joder, ¿no te lo acabo de decir? Eres tú la que me ha contestado con un estúpido "vale".

-Decir "te quiero" no es como dar los buenos días, no se le dice al primero que pasa. Aún es muy pronto...

-¿Muy pronto?- ahora es él el que se ríe irónicamente- Llevamos dos meses saliendo.

-¡Dos meses es poco tiempo!- replico.

-No lo entiendo, ¿vale? Cualquier tía lo diría el primer día, ¿cuál es tu puto problema?

-Mi puto problema es que yo no soy cualquier tía y no pienso decirte algo que no siento. Soy yo la que está siempre tirando de esta relación, intentando que funcione y tú te crees que por decir un simple "te quiero" ya está. Pues no. No está. En vez de hablar tanto podrías demostrarlo más porque yo ya estoy harta de todo esto. Muy harta. Así que adiós.

En el momento que me pongo de pie para largarme, él agarra mi brazo y me besa. Como siempre. Me besa tanto que me desgasta las dudas. Tanto que absorve todas mis fuerzas de intentar mantenerme lejos de él. Porque a fin de cuentas, aunque no lo diga, yo sí que le quiero. Y, a fin de cuentas, aunque lo diga, él no me quiere a mí.

-Tú no vas a dejarme nunca.

-Pues no me des razones para hacerlo- contesto alejándome de él, intentando creerme que su tono de amenaza ya no tiene ningún efecto en mí.

La chica de la ventana- Harry Styles.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora