Capítulo 11. Gabriella.

180 12 3
                                    

Cuando nuestros labios se separan del beso para coger aire las palabras de Harry resuenan en mi cabeza. 

"Quiero conocerte mejor".

Por primera vez en mi vida siento que puedo confiar en alguien de verdad. Siento que puedo contarle todo y, en parte, quiero. Pero algo me dice que no lo haga.

Hay una cosa que tengo muy clara: si abro mi mente a Harry completamente, me volveré muy vulnerable a él. Aún más que ahora. Y la idea me asusta. Me asusta tanto como pensar en la rapidez con la que han pasado las cosas con él. Me asusta que no he llorado ni una sola vez por lo que pasó con Siva. Besé a Harry un día después de que Siva "rompiera mi corazón", joder, ¡se suponía que debería estar destrozada! Mi vida es una mierda y, ahora que Harry apareció... no sé... es como si de repente todo cobrara sentido. Como si lo mucho que he sufrido hubiera merecido la pena solo por acabar a su lado. Como si por fin hubiera encontrado el puzzle en el que encajo.

Quiero contárselo todo a Harry. Quiero confiar en él. Quiero que no me falle y quiero que me quiera. Quiero que sienta lo mismo que siento yo cuando nuestros labios se juntan; cuando nuestros dedos se enredan entre ellos. Quiero que me abrace muy fuerte y no me suelte nunca; respirar el olor de su piel durante horas mientras mis dedos se pueden permitir el lujo de acariciarlo. Lo quiero. O eso creo. Y no tenerlo claro, pero al mismo tiempo estar segura hace que mi cabeza quiera estallar.

Sus ojos no paran de analizarme ni un segundo después de dejar salir esas palabras, como si estuviera estudiando mi reacción.

-No es necesario que me cuentes nada si no quieres.

Cuando dice eso algo en mí se activa. Es como si ahora tuviera que decírselo sí o sí. Supongo que siempre he funcionado mejor cuando dejan de tener esperanza en mí.

-¿Qué quieres saber?- suelto en un pequeño suspiro todo el valor que conseguí reunir.

Él se mueve en el banco, buscando como acomodarse y, probablemente, buscando las palabras exactas, preguntándose a sí mismo qué es realmente lo que quiere saber sobre mí.

-¿Por qué dijiste el otro día que tu padre te odia?

-Porque lo hace.

Harry se queda mirándome sin acabar de creerse mis palabras.

-Mi madre y mi padre empezaron a discutir mucho cuando mi hermano tenía dieciocho años. Digamos que a Ian nunca se le dieron demasiado bien los estudios y mi padre no aceptaba eso bajo ninguna circunstancia. Todos los días le repetía a mi hermano que era un inútil, por decirlo suavemente y, a mi madre, eso no le gustaba para nada. Ella siempre defendió a mi hermano cuando mi padre decía cosas como que para él no era su hijo y que ojalá nunca hubiera nacido. Había mucha tensión y hubo aún más cuando mi madre se quedó embarazada de mí. Fue entonces cuando se enteró de que mi padre quedaba a menudo con una mujer más joven que él y... bueno, que también estaba embarazada. Creo que ese fue el momento en el que la relación se fue definitivamente a la mierda y, aunque mi madre intentó que siguieran siendo por lo menos amigos por mi bien, el día que yo nací, también nació su otra hija. Mi padre prefirió ir a verla a ella al hospital. Y también prefirió pasar el día siguiente con ella, y el otro más...

Paro un momento para mirar a Harry. Él no dice nada, simplemente me acerca acia él y besa mi cabeza antes de animarme a seguir con su mirada.

-Prácticamente crecí sin un padre y, cuando hacía el papel, era un padre cruel. Creo que nuestras conversaciones más largas eran cuando él me llamaba el día después de mi cumpleaños, diciendo que sentía no haberme llamado el día anterior para felicitarme, pero es que había estado muy ocupado en la fiesta de cumpleaños de Chloe. Después me contaba lo genial que había sido todo, la gran cantidad de regalos que le habían comprado, lo rico que estaba el pastel y los muchos amigos que habían ido a su fiesta. Para él Chloe siempre fue mucho mejor que yo, desde el día en que nacimos. Él se divorció de mi madre poco después del parto y se fue a vivir con su joven mujer Sofía y su perfecta hija Chloe. Yo crecí con mi madre y con mi hermano. Mi madre no tenía mucho dinero y mi hermano siempre hizo todo lo posible por tener un trabajo y ayudar con lo que ganaba. Él nunca volvió a hablar con mi padre hasta que cumplí los diez años. 
Cuando tenía nueve a mi madre le diagnosticaron cáncer y, cuando tenía diez ya te conté lo que pasó...- se me quiebra la voz. Harry asiente para hacerme saber que no tengo por qué repetirlo y yo se lo agradezco silenciosamente-. Cuando eso pasó mi hermano dijo que él me cuidaría, pero mi padre no se lo permitió. Volvieron a discutir como en los viejos tiempos y mi padre ganó. Yo me fui a vivir a su perfecta casa con su perfecta familia. En resumen diré que a Sofía no le gusto, mi padre preferiría que estuviera muerta y Chloe me hizo siempre la vida imposible. Me pasaba los días viendo como mi padre trataba a Chloe como una princesita y a mí a penas me daba los buenos días. Como a ella la aceptaba en todo y todo lo que yo hago le parecía mal. También me apuntaron al mismo colegio que Chloe y todo el mundo allí pensaba que era... rara. Creo que fueron los peores años de mi vida, pero finalmente conseguí cambiar de colegio y, el año pasado, mi padre accedió a dejarme vivir con mi hermano porque, según él, la basura se junta con basura. Él sigue pasándome dinero para todo lo que necesito y... bueno... el resto de cosas iban bien hasta que conocí a Siva y me alejé de mis amigas, pero eso ya lo sabes.

Harry acerca su pulgar a mi mejilla y me limpia las lágrimas. Ni si quiera me había dado cuenta de que estaba llorando hasta que lo hizo. Cuando veo que está preparado para decir algo pongo mi mano sobre su boca, haciéndolo callar.

-No digas nada más del tema, por favor- suplico.

Él se traga sus palabras y asiente levemente antes de besarme y, no sé si es que estoy muy sensible, pero parece hacerlo con más ternura que nunca.

-Yo también quiero conocerte- susurro apartándome levemente del beso.

-Yo he tenido una vida de lo más normal- se encoje de hombros.

Yo suspiro, envidiando poder decir lo mismo.

-Eso no quiere decir que no lo haya pasado mal. Todas mis relaciones han acabado mal, he tenido discusiones con mis amigos y hubo momentos en los que me sentí solo, pero nada de lo que pueda quejarme demasiado.

-Mi vida ha sido siempre una mierda.

-Ey- susurra Harry acariciando mi mejilla con su dedo-. Te prometo que a partir de ahora voy a hacer todo lo que pueda y más para que seas feliz.

Mi sonrisa sale sola y sincera y no puedo evitar echarme levemente sobre él y pasar mis brazos al rededor de su cuello.

-Ya lo haces- le confieso al oído.

Nota:
Os prometí que hoy abría otro capítulo y aquí está. Eso sí, dudo que hasta el fin de semana que viene (y con suerte) pueda subir otro, pero se acercan las Navidades y las vacaciones y prometo compensaros:)

La chica de la ventana- Harry Styles.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora