Después de dejar a Gabi en su instituto, dejo a Megan y Niki en el suyo y me dispongo a dejar a Sarah en una entrevista de trabajo. Podría decirse que soy un taxista, pero no. Cuando Sarah y yo nos quedamos solos sé que va a hablarme de Gabriella. Sé que lo lleva deseando desde que la vio. Sé que fue estúpido darle ese beso forzado y rápido y sentía miedo de que Gab se hubiera dado cuenta, pero mi hermana se había metido totalmente en mi cerebro hablándome de Kassandra.
-Es guapa- dice finalmente mi hermana.
-Lo sé.
-Oye, Harry, ya te he dicho que siento lo que te dije ayer, fue sólo un momento de... no sé, me dio una venada y dije cosas que estuvieron mal y que no pensaba realmente, ¿en serio te vas a enfadar eternamente conmigo por eso?
-¿Que lleve menos de un día siendo borde contigo te parece una eternidad?- sonrío burlándome.
Ella golpea mi brazo y ambos nos reímos.
-¿No estás enfadado?- pregunta.
-¿Alguna vez he estado enfadado contigo?
Ella sonríe, sabiendo que la respuesta es una negación. Sé que lo que dijo fue en defensa de su mejor amiga, que estaba dolida de que yo hubiera podido hacer algo así, igual que lo estoy yo conmigo mismo por haberlo hecho, pero tampoco pude evitar que me sentara mal.
-Lo que me dijiste ayer...- empiezo a decir- me ha confundido totalmente.
Sarah me mira fijamente, analizando mi expresión.
-¿A qué te refieres?
-Me hiciste sentir como si estuviera jugando con Gabriella, como si fuera totalmente incapaz de pasar página con Kassandra, cuando ayer por la tarde lo tenía todo claro.
Ella suspira y pone esa cara de concentración de cuando busca las palabras exactas que decir.
-Es muy fácil, Harry. ¿Quieres a Gabriella o a Kassandra?
Me quedo en silencio, pensándolo mientras ella continúa mirándome.
-Piensa en tu futuro, ¿lo ves con Gabriella o con Kassandra?
Mi futuro con Gabriella es borroso, no sé si le gustaría quedarse a vivir en Londres o mudarse a otro lugar, si quiere casarse o no, si quiere tener hijos o no. En realidad, a penas la conozco. Kassandra y yo, en cambio, teníamos muchos planes de futuro. Íbamos a esperar a que los dos hubiéramos terminado la universidad para irnos a vivir a Australia. Viviríamos juntos y buscaríamos trabajo. Cuando las cosas estuvieran acomodadas nos casaríamos y tendríamos hijos, aunque se negó rotundamente desde un principio a llamar a nuestra hija Darcy como yo siempre quise, pero siempre había tenido la esperanza de convencerla antes de que nuestra relación se acabara.
-No puedo pensar en un futuro con Gabriella porque no sé qué es lo que ella quiere hacer en el futuro, así que no hay igualdad de condiciones.
-No te estoy preguntando qué quiere Gabriella, te estoy preguntando que quieres tú. A quién quieres tener a tu lado el resto de tu vida. A quién quieres ver cuando llegues a casa. A quién quieres contarle como te ha ido en el trabajo y quién quieres que te cuente como le ha ido a ella. Con quién quieres formar una familia...
-Yo...- todo da vueltas en mi mente y me siento más confuso que nunca.
-Si ahora mismo volvieras a encontrarte con Kassandra y te dijera que quiere volver contigo, ¿lo harías?
-Kassandra se fue a España, así que eso no va a pasar.
-Un año- me corrige mi hermana-. Y el año ya ha pasado.
