Ramón

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Calle:
Cuando me desperté, suspiré profundamente, era la primer mañana en nuestro departamento y nunca había amanecido tan feliz, pero como ya se había hecho costumbre Poché no estaba a mi lado.
- ¿Poché? - la llamé pero nunca contesto.
Me asome al baño y no estaba, a la cocina y tampoco.
Sin embargo en el refrigerador había una nota:
"Amor, anoche no podía dormir y se me ocurrió sorprenderte, espérame y no te impacientes"
Demasiado tarde, estaba bastante brava, detestaba que se fuera de mi lado a cada momento y mis celos me daban una mal jugada.
Puse agua para café y cuando lo terminé me metí a bañar.
Cuando salí ella aún no llegaba, ¿Dónde carajos estaba? Llevaba fuera más de hora y media.
Decidí que no le dirigiría la palabra en cuanto ella llegara.

Dieron las 3:00 pm y oí el abrir de la puerta.
- Amooor, ya llegué - dijo con su voz tierna de niña pequeña, no podía enojarme con ella, pero trate de ser fuerte.
- Ok - conteste seca.
- Gordi, te dije que no debías enfadarte- dijo desde la cocina.
- ¿Dónde demonios estabas? - dije mientras caminaba a la cocina para encararla y ahí estaba ella con un lindo cachorro Pug en sus brazos.
- ¡Pero qué es esa cosita bella! - dije mientras lo quitaba de sus manos.
- Amor, te presento a Ramón, nuestro hijo
Sonreí a tal comentario, era un cachorro muy bello y tierno.
- Solo por él te perdono.
- Tan tonta.
Dijo y me besó.

Poché:
Nuestro pequeño Ramón era un cachorro muy bello, sin embargo el haberlo adoptado me había traído algunos problemas, empezando por la chica que me atendió...
No me había fijado mucho en su presencia hasta sentir que alguien me miraba fijamente, voltee hacia donde ella estaba y le sonreí por cortesía.
- Hola, ¿Te puedo ayudar? - dijo con una voz muy sensual.
- Uhm, supongo, busco un cachorro que sea tierno y lindo, pero a mí parecer todos lo son - dije sonriendo.
A ella le pareció gracioso mi comentario y rió también.
- Mucho gusto, mi nombre es Camila.
- Ah, qué tal, soy María José- me confundió un poco su comentario.
Una vez que nos presentamos me guió hasta donde estaba nuestro Ramón y dijo que era un cachorro muy bien educado y lindo.
Agredecí su apoyo y cuando iba a retirarme de la tienda, ella me dió el certificado de adopción (que a propósito ya estaba olvidando).
Fué hasta mi auto que noté que había escrito su número telefónico aparte y me pedía que la llamara, no lo iba a negar era una chica muy linda, pero tenía a una mujer preciosa a mi lado.
Sin embargo guarde su número (mal María José, mal)...

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