Huye

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Poché:
Tras colgar con Camila decidí llamar a Mafe y contarle todo lo que estaba pasando, pero en realidad lo único que hice fue alterarla pues ella estando tan lejos de viaje con Germán no podían hacer mucho por el momento, más que tomar un avión y regresar.
Estaba desesperada yendo de un lado a otro de la habitación.
No podía quedarme con los brazos cruzados, quien sabe que podría hacer esa loca con mi novia.
Sonó mi teléfono.
- No puedo creer que me hayas dejado por alguien tan cobarde María José, tu noviecita no deja de llorar - dijo con un tono tan calmado que me hizo enfurecer.
Me quebré, mi Daniela era muy mimada y seguro que estaba asustada.
- No le hagas nada, te lo pido Camila, dime qué quieres...- traté de negociar.
- Que vuelvas conmigo Poché, no debimos separarnos nunca - gritó.
- Si eso hará que dejes a Daniela en paz, lo haré...
- Bien, entonces ven a vernos, a mí en especial, te enviaré la dirección por mensaje mi amor - respondió.
Colgó de nuevo.

Recibí la dirección, no lo dude ni un segundo y salí del hotel en busca de mi amor, para mi mala suerte había muchos reporteros y cachers, algunas me vieron tan alterada y me preguntaron que pasaba, sin embargo no me detuve a explicarles.
Llegué al lugar, tenía pinta de mueblería abandonada, abrí el portón recorriendolo...
- ¿Camila? - dije despacio y mi eco resonó por todo el lugar.
Nadie contestó.
- Soy yo, Poché- dije.
- Hola amor - apareció Camila con calle sentada a una silla y atada - Que bien que veniste a verme.
Mi corazón se rompió en mil pedazos, Calle tenía un labio morado y con un poco de sangre sobre el, además tenía un pañuelo atado a la boca, el rímel corrido de tanto llorar y un golpe en su ojo derecho.
Corrí hacia ella, Camila la empujó con todo y silla ya que ésta tenía ruedas, la detuve y me arrodille frente a ella, acaricié su carita y quite los mechones de cabello de su cara.
- Maldita loca, te dije que no le hicieras nada - grité.
Solo sonrió satisfecha.
- Amor, ya estoy aquí, perdóname, perdóname por favor - le rogué a Calle.
Quite el pañuelo de su boca y ella comenzó a sollozar.
- Ahora, cumple lo que dijiste, vuelve conmigo - dijo Camila.
Mientras ella hablaba yo desamarre a Daniela y le susurré unas palabras.
- Huye, amor, huye- dije.
Se levantó y comenzó a correr hacia la puerta.
- ¡Que demonios! - gritó Camila
Por suerte, Germán había mandado a sus amigos de la policía para cubrirme, entraron en cuento vieron a Daniela salir y arrestaron a Camila.
En cuanto ví que la habían subido a la patrulla me tranquilicé.
Fuí a dónde Daniela y la abracé, ya estaban los paramédicos atendiéndola y me informaron que no era necesario ir al hospital, agradecí por eso.
Nos escoltaron hasta el hotel e impidieron el paso a reporteros.
Subimos a la habitación y la recosté en la cama para que descansara.
- Poché, te amo - dijo y se quedó dormida.
No pude evitar romper en llanto, la amaba tanto que no quería que nada malo le volviera a pasar.

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