Capitulo 58, Pies sobre la tierra.

79 3 0
                                    

N/A: ¡HOLA! No sé si habrán visto que la historia está en edición.
(Los primeros capítulos están siendo editados)

¡Bueno! Noté que no tenía publicado los últimos capítulos ya que permanecían en modo borrador, así que, voy a; publicar los últimos capítulos en lo que queda de esta semana y dejar para cuando termine el epílogo.
¡Gracias por leer!

Al día siguiente...

Nick estaba abrochando el abrigo de Luca, una vez acabado, se atrevió a preguntar —¿A dónde iremos hoy?

Luca se movió nervioso y fué a tomar su mochila —quiero que me lleves a casa, Papi —Respondió mientras se colocaba su pequeña mochila. Nick lo miró curioso —Tengo que ir a buscar juguetes que tío Fin me regaló— mintió

— De acuerdo, vamos— dijo Nick y Luca emocionado salió de la habitación. Él estaba paseando por el pasillo del hospital.

—¡Mami! —Dijo Luca y corrió hacia ella —¿Qué haces aquí? — preguntó el niño.

Amanda lo abrazó y luego de darle sucesivos besos le respondió —Vine a programar tu cita de mañana, bebé ¿Lo recuerdas? —Luca asintió despreocupado, ya estaba acostumbrado a las quimio acompañadas de malas noticias.

—De acuerdo, campeón, ¿A dónde irán hoy a divertirse? —Ella preguntó.

—Al parque, mami —Dijo Luca, y nuevamente, mintió.

—¡Que bueno, divertirse!— dijo Amanda cuando divisó de lejos al dr. De Lucas. —Nos vemos pronto —dijo antes de correr hacia el médico.

—Si, mami —Luca sonrió.

Nick aún más al verla que se encontraba con fuerzas hoy. Había tomado una gran decisión con abandonar la idea de juicio, se había comportado como un idiota anteriormente.

Al llegar al departamento de Amanda, Nick no se sorprendió cuando Luca le entregó la llave para abrir la puerta, al parecer el pequeño tenía todo pensado. El niño le pidió que lo espere en la sala y eufóricamente corrió hacia Frannie quien venía feliz a saludar a sus visitantes, luego de unos minutos Luca se separó de ella y se perdió en el pasillo. Nick se sentó en el sillón mientras recuerda lo de la anoche anterior, se había dormido en la habitación del hospital que le habían asignado a Amanda luego del desmayo, ella se había rendido en sus brazos logrando descansar.

Luca caminó por el pasillo de ambas habitaciones y se detuvo al ver la puerta entre abierta de su cuarto, la curiosidad hizo que el haya entrado.
Una vez dentro pudo divisar su cama en forma de auto, un estante con los libros que su madre le leía por las noches y otras cosas más.

—Te voy a extrañar —Dijo acariciando su pequeña cama —A ti también, y a ti — dijo señalando ciertos objetos que habían dentro, dejando escapar una lágrima. Sabía que esa no era la razón por la que venía, pero le hizo bien despedirse de su cuarto. Caminó fuera de la habitación y se cruzó a la que se encontraba justo en frente.

Al entrar, definitivamente era la habitación de su madre, todo olía a ella. Colocó su mochila encima de la cama y la abrió. Una vez que quitó lo que tenía dentro, se preguntó.

¿Dónde lo esconderé?

Abrió el ropero de su madre y luego de mirarlo por unos segundos encontró un hueco entre las zapatillas de correr, sabía que ella amaba salir a correr, pero no lo hacía desde que el enfermó temiendo que la llamen de urgencia y ella no tendría su celular encima.

Luca pensó que, tal vez cuando todo acabé, ella vuelva a salir a sus maratones. Aún guarda la medalla que ella le dió a sus  tres años cuando el tuvo su primer quimio. Una vez colocado su regalo cerró las puertas del ropero. El caminó hacia la mesa de luz al lado de la cama y sonrió al ver una foto de él y de Frannie jugando en la playa.

La Última Nieve En Primavera (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora