Cuando las luces se apagan...

3 años después

____ había cambiado, había crecido varios centímetros, su cara era ahora más delgada, su pelo, antes castaño, caía como una cascada de pelo oscuro, casi negro, por su espalda, tres pendientes adornaban su oreja derecha, sus ojos seguían siendo castaños pero sus perennes hoyuelos habían desaparecido dejándose ver en raras ocasiones.

No solo su físico había cambiado, también su personalidad. ____ había sufrido y a consecuencia de esto su mente había creado una especie de escudo contra todo lo que ocurría a su alrededor. Se preocupaba de lo justo: mantener su puesto de trabajo en Jack's, el restaurante más visitado por los adolescentes en Londres, sacarse la carrera de magisterio y ocuparse de su nueva "familia".

Se mostraba reacia a todo lo relacionado con la vida social y la única compañía que normalmente tenía era la de Donnie, su hija (la única capaz de hacerla sonreir mas de lo que le gustaría reconocer) que había adoptado como sobrina; y Nick, que las visitó durante todo el embarazo de Donnie hasta que cumplio la mayoria de edad y se mudó con ellas para cuidar juntos a su hija.

Niall había desaparecido de su vida. No mantuvieron el contacto a pesar de los múltiples intentos de ella. Hasta que se cansó de esperar al otro lado de la linea del telefono.

Podía mentir al resto del mundo cuando le preguntaban por él y respondía que ella se encontraba bien, pero no se engañaba a sí misma, y la verdad era que lo extrañaba.

Llevaba una vida planificada, sin muchas sorpresas y estaba contenta por ello. Pero algo iba a hacer que lo cambiara todo y que su pasado volviera a florecer: una promesa... y una carta.